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Josu García
Jueves, 9 de mayo 2024, 13:09
La UEFA juega siempre sobre seguro. Cuando el máximo organismo del fútbol continental designa una ciudad como escenario de uno de sus grandes eventos, acostumbra a tener apalabrado con anterioridad un tratamiento fiscal especial con las autoridades del territorio. Bilbao, que acogerá las finales de ... la Champions femenina (este próximo 25 de mayo) y la Europa League (en la primavera de 2025), no va a ser una excepción.
La Diputación ha aprobado esta semana una batería de importantes exenciones de impuestos tanto para el organismo futbolístico domiciliado en Suiza como para los equipos participantes, sus jugadores y empleados que acudan a la capital vizcaína para participar en las dos grandes citas previstas. Por ejemplo, tanto los salarios como las primas generadas durante el evento no pasarán por la ventanilla de Hacienda.
El fisco vizcaíno ha extendido una alfombra roja tributaria para que en ambos eventos no se paguen ni impuestos locales, ni IRPF, ni contribuciones por la renta de no residentes, ni tampoco el Impuesto de Sociedades. Queda aún por tramitar las exenciones de IVA. Es algo que se hará a posteriori, cuando el Gobierno central saque adelante un Real Decreto que está en preparación, apuntan fuentes forales.
Las medidas ahora adoptadas son similares a las que se impulsaron en febrero de 2019 para allanar el camino a la celebración en Bilbao de la Eurocopa de 2020, un espectáculo futbolístico del que finalmente San Mamés se quedó fuera por culpa de la pandemia de Covid-19.
Hay que recordar que, pese al trabajo desarrollado entonces por las autoridades locales, la UEFA decidió, no sin polémica y a última hora, trasladar los partidos previstos en Bizkaia a Sevilla. A cambio, a modo de compensación, el organismo continental se comprometió a desarrollar las dos finales que ahora tendrán a San Mamés como escenario.
Al contrario de lo que sucedió con la Eurocopa de 2020, llama la atención, en esta ocasión, la celeridad y urgencia de última hora con la que ha actuado la Diputación. La normativa que contempla incentivos fiscales entró en vigor el pasado lunes, a sólo 19 días del desenlace de la Champions femenina. Para la cita continental afectada por el coronavirus se engrasó la maquinaria administrativa con más de un año de antelación.
En el preámbulo del decreto foral que da carta de naturaleza a esa alfombra roja fiscal, los responsables de Hacienda justifican esta premura por el hecho de «garantizar el principio de seguridad jurídica» dada «la proximidad de las fechas de la final femenina». En el documento también se subraya que la decisión de la Diputación responde a un compromiso adoptado, en realidad, por el «Reino de España» en materia fiscal con la UEFA, con respecto a eventos similares desarrollados anteriormente en el país. En este sentido, destacan que es una forma de armonizar las obligaciones tributarias, ya que las instituciones forales están obligadas a mantener «las mismas normas sustantivas y formales que estén vigentes en el Estado», en base al Concierto Económico.
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