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Sábado, 2 de julio 2022
Dicen que la idea surgió en 1994, cuando dos días antes de arrancar aquella edición de la Donosti Cup, en las oficinas del torneo se recibió una llamada un tanto desesperada, de un equipo peruano que, una vez aterrizado en Barcelona, se había encontrado ... con que ese torneo en el que iban a participar se había suspendido. ¿Qué harían aquellos entrenadores y jugadores sin poder jugar aquellos partidos para los que habían cruzado medio mundo? En las oficinas de la Donosti Cup atendieron aquella llamada y le dieron una solución: les consiguieron alojamiento en Donostia, les abrieron las puertas de los comedores y el equipo pudo participar en la tercera edición del torneo.
Aquel fue el germen de una parte esencial de la Donosti Cup de años después: su fundación. Premio Nacional UNICEF en 2008, cada año la Fundación Donosti Cup recibe numerosas solicitudes por parte de clubes de zonas desfavorecidas o compuestos por personas en riesgo de exclusión por diferentes circunstancias y a las cuales les gustaría participar en el torneo. La fundación selecciona aquellos proyectos que, a su juicio, aportan un mayor valor social en el entorno en el que se desarrollan y en la sociedad en general.
La Fundación Donosti Cup es, en definitiva, esa palanca que sirve para activar un proceso mediante el cual se terminan cumpliendo los sueños de muchos chicos y chicas. Y es que gracias a esta iniciativa, en el torneo han podido participar ya más de 50 equipos procedentes de regiones pobres o muy vulnerables, de zonas en conflicto, de países privados de libertad o de ciudades sacudidas por desastres naturales. A lo largo de estos años, y tan solo por mencionar algunos de estos países, podemos destacar a Sierra Leona, Zambia, Mozambique, Etiopía, Uganda, India, Nepal, Palestina, Iraq, Ucrania, Rumanía, Croacia, El Salvador, Perú, Honduras, Colombia o Bolivia.
Este año serán las chicas del MOMIM boliviano y los chicos del Al Helal palestino quienes tomen parte en la trigésima edición de la Donosti Cup de la mano de su fundación.
La Fundación Donosti Cup ganó en diciembre del año pasado el premio Iberdrola SuperA en la categoría social y, gracias a este premio, en los próximos días se va a hacer realidad el sueño de un equipo femenino, el MOMIM, formado por jugadoras guaraníes de la selva boliviana. Algunas de estas chicas son hijas de aquel equipo formado por madres bolivianas que participó en la Donosti Cup del año 2016 y que estuvieron entrenadas por Xabier Azkargorta. Aquella experiencia dejó una huella imborrable en el torneo.
En esta ocasión, el equipo estará formado por chicas más jóvenes, de 15 a 17 años, aunque varias de ellas también son madres. Karin Jamel, coordinadora del grupo, explicaba que «están entrenando todo lo duro que pueden». Las chicas entrenan en sus aldeas y una vez por semana, si las lluvias lo permiten, procuran entrenar todas juntas en Camiri.
El viaje desde Bolivia tiene su complicación, ya que la hoja de ruta comenzó con un viaje en autobús desde Camiri hasta Santa Cruz, donde les esperaba un avión para viajar hasta Madrid. En la capital han pasado dos días visitando la ciudad antes de desplazarse en tren hasta San Sebastián.
El otro equipo invitado a esta edición de la Donosti Cup será la academia de fútbol Al Helal, vigente campeona de la Gaza Cup, torneo que se celebró durante el pasado mes de septiembre y en el que participaron 30 equipos de toda la región. Esta competición, organizada por la Asociación Palestina de Fútbol, comenzó su andadura antes de la pandemia cuando varios equipos de Gaza que iban a participar en la Donosti Cup no pudieron hacerlo.
Al conocer la existencia de este torneo, el director de la Fundación Donosti Cup, Iñigo Olaizola, se puso en contacto con la Asociación Palestina de Fútbol y acordaron que el premio para el equipo ganador de la Gaza Cup sería participar en la Donosti Cup 2022.
La Academia Al Helal es la primera academia reconocida por la Asociación Palestina de Fútbol en la Franja de Gaza, y también recibió el honor de la Asociación Palestina de Fútbol como la mejor academia en 2019 a nivel técnico y deportivo. Competirá en los campos guipuzcoanos con su equipo B19.
Lo cierto es que el torneo y su fundación siempre han mostrado una especial sensibilidad hacia Palestina y, prueba de ello, es que en 2019 llegaron hasta Donostia cuatro clubes invitados. Uno lo formaban chicas del campamento de refugiados de Yenín, en Cisjordania, que ya habían estado en la Donosti Cup en 2012. La experiencia sirvió a aquellas chicas para disfrutar del viaje, conocer a equipos de todo el mundo, mostrar su situación de refugiadas y cambiar las mentalidades en casa. Otro equipo palestino invitado en 2019 fue el Al Bustan, que también repetía en el torneo. Sus futbolistas eran del barrio de Silwan, en Jerusalén Este, una zona de mayoría palestina y que ha sido paulatinamente ocupada por asentamientos israelíes. En un entorno de mucha tensión, el club intenta que los jóvenes tengan la posibilidad de disfrutar con el deporte. El tercer club palestino en aquella edición fue el Rawahel Charitable Society, que llegó a Donostia con tres equipos, y el cuarto fue el club Champions, de la Franja de Gaza.
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