Un guardián de Oiartzun entre dragones chinos

El conjunto oriental se quedó sin poder contar con su guardameta antes de despegar hacia la capital guipuzcoana porque este no llegó a tiempo al vuelo. Así, gracias a la ayuda del torneo, pudieron contactar con la familia de Derick para que este se colocara bajo sus palos. No estaba previsto que jugara porque su equipo habitual, el Oiartzun K.E., había decidido no presentarse a la 31 edición de la competición.

El joven de 12 años está viviendo una experiencia única. Todo «va bien» comienza contando. Eso sí, «la comunicación cuesta un poco porque yo no hablo chino», admite. De todos modos, «de vez en cuando hablamos inglés» gracias a las clases que toma Derick durante el curso escolar por las tardes. Así las cosas, sus compañeros de equipo «no me suelen decir mucho, pero después de cada partido me dan las gracias y me dan la mano» en señal de agradecimiento por ser el guardián de la portería.

En cuanto a la competición, los partidos no están saliendo como Derick Martínez y sus compañeros esperaban. En el debut cayeron contra el conjunto catalán del Atletic San Just, mientras que en la segunda jornada el Lengokoak pudo imponerse sobre ellos. «No son los mejores resultados», lamenta el portero. «En el segundo partido jugamos mejor», añade. «Es su primer torneo fuera», revela sobre el Changzhou Xiyue FC y cree que «les falta experiencia. Ya aprenderán», comenta.

«El fútbol le encanta, es su pasión»

La participación de Derick Martínez no sería posible sin la colaboración de su padre, Eric. Lo cierto es que cuando recibió la llamada para que su hijo jugara la Donosti Cup «fue una sorpresa». A Derick «el futbol le encanta, es su pasión», por lo que era una oportunidad que no querían dejar escapar.

A su modo de ver, Derick está bien integrado en el equipo y está jugando bien. Eso sí, durante el transcurso del torneo ha vivido algún momento curioso. «Lo más divertido es que se le acercan los del otro equipo y le preguntan a ver de dónde es», revela.

Por otro lado, Eric Martínez está más que agradecido del trato recibido por los representantes del Changzhou Xiyue FC. «La gente del equipo es muy agradecida e intentan que se integre. El otro día le invitaron al hotel para que estuviera con sus compañeros y hablaran de las jugadas. Todos están muy contentos con Derick. Son gente muy noble y servicial», explica. Por si fuera poco, a modo de agradecimiento, desde la sede del club en China «le van a enviar ropa del equipo: equipación, jersey y material», resalta a gratamente.

Es verdad que a Derick no le resulta fácil comunicarse con sus compañeros por la barrera del idioma, admite el padre. Por ello, el joven «está aprendiendo lo básico» para poder entablar alguna relación. Eso sí, al menos, en el equipo «tienen un traductor».