Una inesperada sorpresa alteró la normalidad este jueves en los terrenos de Asti en Zarautz. Fue tan grande y tan imprevista que más de uno tardará en olvidarlo. Xabi Alonso irrumpió al frente de uno de los equipos participantes en la Donosti Cup. Como ... uno más sin ser uno más. No había vuelto desde que salió de la Real Sociedad el verano pasado.
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El tolosarra ha vuelto al torneo que tantas alegrías le dio cuando era un chaval. «Entre otros recuerdos, mi primer partido ofrecido en televisión fue en la Donosti Cup», recuerda el entrenador del Bayer Leverkusen en alusión a una final ofrecida por ETB entre la escuela de Parla y el Antiguoko, su equipo por aquel entonces cuando tenía doce años.
Años después, con 41, ha regresado, esta vez para dirigir al Zua-tzu, el equipo de su hijo Jon, en su encuentro ante el Aravacaen cuya plantilla aparece otro apellido ilustre: Arteta. Un Alonso y un Arteta unidos como cuando sus aitas vestían la celeste del Antiguoko junto a Aduriz, Iraola y Mikel Alonso, entre otros. Un puntazo para un torneo que siempre guarda un as en la manga, que se reinventa cada año sin perder su esencia. Un técnico de primer nivel europeo al frente de un equipo de chavales. Difícil imaginar una mejor campaña publicitaria.
«Siempre me gusta poder estar cerca de la Donosti Cup. Tengo muy bonito recuerdo del año en el que participé. Le tengo cariño», confesaba para este periódico.
Quienes mejor le conocen cuentan que Xabi Alonso «ha movido Roma con Santiago» para poder entrenar por primera vez a su hijo en la Donosti Cup. Su incorporación al torneo se ha ido posponiendo en una especie de 'crescendo' narrativo que ha puesto de los nervios a más de uno; algo lógico teniendo en cuenta la enorme expectación existente. ¿Cuándo viene? La pregunta lleva flotando sobre el torneo y la respuesta definitiva llegó ayer. Se cierra así un círculo, como recuerda el director de la Donosti Cup, Iñigo Olaizola, porque Xabi ha sido participante en el torneo, premiado como uno de los jugadores más destacados, colaborador en la ceremonia de inauguración en 2021 cuando micrófono en mano se dirigió a los participantes desde el césped de Anoeta y ahora entrenador.
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Xabi Alonso
Su presencia en Asti revolucionó una tarde nublada en Zarautz. El boca a boca corrió como la pólvora. En nada el aparcabicis de Asti se quedó pequeño. El tolosarra tuvo un gesto para todos los que quisieron saludarle y llevarse un recuerdo gráfico en su teléfono móvil. «Estábamos dudando si entrar al agua para surfear y cuando nos han avisado que estaba Xabi, no hemos dudado», confesaba Aitor, un joven zarauztarra en bañador y chanclas.
Hoy Xabi regresará a Leverkusen, donde tiene que seguir planificando la nueva temporada. No tardará en volver a San Sebastián porque el día 29, al frente del conjunto alemán se medirá a la Real en Anoeta en un amistoso benéfico porque los fondos se destinarán a la labor que realiza la Fundación Columbus.
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Bien en el banquillo del Bayer Leverkusen o como en esta Donosti Cup al frente del Zuatzu, Xabi es el mismo. Sus gestos, sus indicaciones a los jugadores, su idea de juego y hasta sus registros con más goles a favor que en contra. Por recordar, como entrenador ha dirigido al Real Madrid infantil, al Sanse y ahora al Bayer Leverkusen. Como jugador lo ha ganado prácticamente todo. Solo le ha faltado el Mundial de clubes y esa Liga que se le escapó con la Real en 2003. Su palmarés contempla un Mundial y dos Eurocopas por selecciones, y por clubes dos Champions, dos Supercopas de Europa, tres ligas con el Bayern y otra con el Real Madrid, cuatro Copas en tres países diferentes con el Liverpool, Madrid y Bayern, además de otras tres Supercopas nacionales con los mismos equipos.
Hoy es el día que su nombre aparece en todas las quinielas para suceder a Carlo Ancelotti al frente del Real Madrid una vez que la etapa del italiano en Chamartín tiene ya fecha de caducidad al haberse comprometido a partir de junio de 2024 con la selección de Brasil. Por de pronto su aterrizaje en Alemania ha sido mano de santo. El equipo farmacéutico le contrató en la previa de la jornada 9 de la Bundesliga 2022/23 cuando estaba en puestos de descenso. Era decimoséptimo y la crisis era mayúscula. Meses después, alcanzó la final de la Europa League y acabó sexto con un juego tremendamente ofensivo que ha encandilado. Como ayer en Zarautz.
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