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Kylian Mbappé vuelve a la selección francesa tras dos convocatorias de ausencia. El atacante del Real Madrid, que no formó parte de los Bleus en las ventanas FIFA de octubre y noviembre, regresa al combinado galo para el doble enfrentamiento ante la Croacia de Luka Modric en los cuartos de final de la Liga de Naciones. Por ello concedió una amplia entrevista al diario Le Parisien, en la que repasó varios aspectos de la actualidad, relacionados con el equipo de Francia pero también con la exigencia en el Real Madrid o la relación con su pasado reciente.
El exjugador del Paris Saint-Germain, con el que mantiene un contencioso a tenor de unas primas a su juicio adeudadas por el club, no guarda pese a ello rencor al mandatario de la institución de capital catarí, Nasser Al-Khelaifi. «Claro que le daría la mano», aseguró el astro de Bondy, al menos de puertas hacia afuera.
«Jugué en el PSG durante siete años y viví momentos fantásticos. No soy el tipo de persona que solo se fija en lo negativo. Sé agradecer lo que la gente me da en la vida, tanto profesional como personalmente», añadió en este sentido, sin olvidar su pasado en el conjunto de la capital gala, en un tono siempre diplomático y respetuoso. «Está en manos de los abogados. Creo que se resolverá pronto, así que no es algo que me preocupe», puntualizó sobre la disputa legal por las cantidades económicas reclamadas al club del Parque de los Príncipes.
«El año pasado todo el mundo daba por hecha una final PSG-Real Madrid y al final no llegamos a la final -el equipo de Luis Enrique cayó en la semifinal contra el Borussia Dortmund-. Así que solo pienso en el Arsenal, que será nuestro rival en cuartos de final, y en mi equipo, el Real Madrid. Participamos en todas las competiciones, podemos lograr algo grande en esta parte final de la temporada y nos tenemos que focalizar en eso, en nosotros mismos y en los partidos que nos esperan», analizó Mbappé sobre un posible enfrentamiento ante su exequipo en la Champions, optando por la prudencia a pesar de la ilusión después de dejar en el camino a dos escollos de gran nivel como el Manchester City y el Atlético.
El '9' del Real Madrid es consciente de la altísima exigencia propia del equipo blanco, por lo que asume la crítica tras algún momento dubitativo en sus primeros meses en Chamartín. «No es la primera vez que paso por una situación así. Lo que pasa es que mi estatus es ahora diferente y también lo son las expectativas y las repercusiones. He tenido otros momentos complicados, pero se hablaba menos de ellos porque no tenía el mismo estatus. Sí, lo he entendido. Sigo diciendo que lo que ha cambiado es todo lo que me rodea, la forma en que me mira la gente, más que yo», analizó el galo en referencia a su nueva situación como madridista.
«Una Eurocopa que no ganas, en la que no juegas bien, un final de temporada en el PSG en el que juegas mucho menos... Es una acumulación de cosas, lesiones, malas actuaciones, cosas que no he vivido mucho en mi carrera y que te obligan a tener que volver a trabajar para convertirte en el jugador que puedes ser», añadió Mbappé en relación al inicio de su etapa en el Real Madrid y sus condicionantes, que pese a todo no le han impedido sumar a estas alturas de campaña 31 goles entre todas las competiciones, 20 de ellos en la Liga y 7 en la Liga de Campeones.
Más allá de su nueva vida en el Real Madrid, Mbappé retoma su brillante carrera en la selección de Francia, con la que no juega desde septiembre, por lo que cierra una herida provocada por ciertas desavenencias con Didier Deschamps, a su juicio todavía reconducibles en beneficio del combinado galo. «Son desacuerdos que la gente no tiene por qué conocer. En todas las profesiones a veces no estás de acuerdo con los compañeros, pero eso no significa que no te gusten o que no los respetes. Si hubiera habido una ruptura, nunca habría cogido sus llamadas. Todo el mundo me conoce. Si hay una ruptura con alguien no guardo el contacto, no sé fingir», explicó en este sentido.
«Hemos tenido éxitos juntos y nuestra relación no puede acabar en el cubo de la basura por dos o tres desavenencias que, por otra parte, no son nada graves», resumió, tratando de calmar las aguas con el seleccionador que llevó a Francia al título en el Mundial de Rusia en 2018 y que repitió final en Catar en 2022, aunque con derrota en los penaltis ante la Argentina de Messi.
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