![Un tropiezo que no debe hacer daño](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/pre2017/multimedia/noticias/201504/13/media/realunion2--575x264.jpg)
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BORJA OLAZABAL
Lunes, 13 de abril 2015, 08:07
El terreno de juego y las condiciones climatológicas nunca pueden ser puestas como excusa a la hora de explicar una derrota, pero el viento y el Paquito Giménez, el campo en el que juega el Socuéllamos, no fueron los mejores aliados del Real Unión en el partido que se disputó ayer desde las doce y cuarto del mediodía. Un horario que no deja de sorprender pero que cada vez es más habitual en este grupo segundo de la Segunda B.
Los irundarras afrontaron el encuentro de ayer inmersos en una brillante racha de resultados que les había llevado a ganar los seis últimos encuentros, cuatro de liga y otros de la Copa Federación, pero en tierras manchegas no salió nada.
Y gran culpa de que no saliera casi nada la tuvo la hierba artificial, la pista de atletismo que había alrededor del campo y el viento. En esas condiciones era casi imposible jugar. Controlar el balón se convirtió en una odisea. Ni por el suelo, porque botaba demasiado, ni por el aire, porque el viento impedía que los pases fueran precisos.
A esto, y ya con el marcador en contra, hubo que sumar que meterle ritmo al encuentro para intentar la remontada era otra tarea muy complicada de ejecutar. El campo estaba rodeado por una especie de pista de atletismo y cada vez que la pelota se iba fuera, se tardaba un mundo en ponerla de nuevo en juego.
El Socuéllamos y el Real Unión jugaron con las mismas condiciones, pero fueron los locales los que, sin lugar a duda, se adaptaron mejor. Algo lógico si tenemos en cuenta que es su campo, al que están más que acostumbrados.
De hecho, los manchegos llevan diez partidos sin perder en el Paquito Giménez, campo en el que tampoco han ganado equipos como el líder Huesca, el Bilbao Athletic o el Real Madrid Castilla, bloques potentes de la categoría a los que ayer se sumó el Real Unión, que cayó 1-0.
El partido tuvo muy poca historia. Al cuarto de hora, Zurdo puso el balón desde la banda izquierda y lo dejó caer entre Azkoiti y Aimar, los dos centrales. Allí apareció Ocaña, que tocó lo justo la pelota para colocarla lejos del alcance de Tena, que a pesar de su estirada no pudo evitar el tanto.
A partir de ahí, los jugadores del Socuéllamos tuvieron bien claro lo que tenían que hacer. Estar bien colocados para que los unionistas no encontraran huecos y se dieran una y otra vez contra el mismo muro.
En toda la primera parte el Real Unión no lanzó una sola vez entre los tres palos. Solo en los instantes previos al descanso los txuribeltz consiguieron acercarse al área rival. Aunque todo lo que pudieron sacar fue un disparo de Goikoetxea desde fuera del área que fue rechazado por uno de los defensores locales.
Así se llegó al descanso, con el 1-0 en el marcador y con la sensación de que mucho tenían que cambiar las cosas para que los irundarras consiguieran sacar algo positivo de Socuéllamos. Aunque con un solo gol de desventaja, cualquier jugada a balón parado podía cambiar el panorama del encuentro. Quedaban 45 minutos y seguro que llegarían opciones de marcar para poder sumar algún punto.
Una ocasión clara
Cierto es que los hombres de Aitor Zulaika afrontaron el partido de ayer después de haber jugado el jueves en Castalia la ida de la final de la Copa Federación contra el Castellón, pero el técnico pudo colocar sobre el terreno de juego un once totalmente diferente al de cuatro días antes. Solo Urkizu repitió titularidad y el cansancio no podía ser excusa.
A la vuelta de los vestuarios dio la sensación de que el Real Unión tenía algo más de control, pero seguramente estuvo provocado por la forma de hacer del Socuéllamos, que solo se preocupaba por defender bien y no romperse. Apenas se estiraban en ataque los manchegos.
Los unionistas no supieron cómo atacar el entramado defensivo local y solo tuvieron dos opciones de marcar. Primero con un lanzamiento de Galán desde fuera del área que fue blocado sin problemas por el portero. Luego con una buena acción individual de Mujika, que había entrado en la segunda parte. El pasaitarra recortó bien dentro del área, pero su disparo se marchó al lateral de la red.
Y ni en tiempo de descuento, con dos faltas lanzadas a la olla, consiguió el Real Unión inquietar a la defensa del Socuéllamos.
El de ayer no fue un buen día para los unionistas, que se volvieron de vacío tras un encuentro bastante ramplón.
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