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BORJA OLAZABAL
Domingo, 28 de agosto 2016, 09:30
Fueron tres puntos de los que se saborean. Tres de esos puntos que llegan con sufrimiento y con susto en el último minuto, pero de los que suben al casillero y se recuerdan como importantes. Ayer el Real Unión ganó al Real Madrid Castilla, uno de los equipos más potentes del grupo. Los irundarras ya se empiezan a colocar en el grupo de los mejores.
No pudo empezar mejor el debut del Real Unión esta temporada en el Stadium Gal. El filial merengue intentó meter miedo presionando con todo en los primeros segundos, pero los unionistas mantuvieron la calma y llevaron el duelo a su terreno. La idea de Asier Santana es similar a la que tenía Aitor Zulaika, pero con sus matices.
Bien es cierto que los txuribeltz mantienen la posesión de la pelota como su mayor arma, pero tampoco huyen de golpear en largo o intentar transiciones rápidas para llegar al arco rival.
Así se produjo la primera gran ocasión para los de Irun. Solo habían pasado cinco minutos y Juan Domínguez filtró un pase a la espalda de la defensa para que Jorge Galán marcara, pero el asistente tenía la bandera levantada y el colegiado anuló el gol por fuera de juego.
No tardó Galán en volver a ver puerta. Esta vez con consecuencias en el marcador. El delantero forzó una falta en el borde del área y él mismo la ejecutó. El disparo fue preciso. Bien ajustado al poste izquierdo de la portería y para adentro.
Con solo un cuarto de hora disputado, los unionistas volvieron a disponer de otra clara ocasión, en este caso en las botas de Juan Domínguez. Ozkoidi pisó área por la derecha, cedió atrás y Juan chutó, pero el meta merengue efectuó una gran parada para evitar el gol.
El dominio de los txuribeltz estaba siendo abrumador y antes del descanso disfrutaron de otra gran tentativa de gol. En esta ocasión, tras dibujar un perfecta contra. Galán sujetó la pelota en el centro del campo, pasó atrás para Hernáez y este cedió en profundidad a Juan, quien intentó marcar de vaselina y tiró el balón por encima del larguero. Falló, pero se llevó los aplausos del público de Gal.
Paradón de Tena
La segunda parte empezó como había acabado la primera, con una gran ocasión de los unionistas. Sin embargo, el partido acabó siendo totalmente diferente a lo visto en los primeros 45 minutos.
Nada más volver de los vestuarios, Hernáez puso un buen centro desde la izquierda y Galán cabeceó de manera impecable. Abad volvió a hacer una gran parada para evitar que los unionistas ampliaran distancias. De ahí en adelante fueron los madrileños quienes se hicieron con el dominio del juego.
El Castilla empezó a mantener el balón sin problemas, pero dio la sensación de que era el Real Unión el que permitía que el partido discurriera por esos derroteros. El filial merengue tuvo mucho la pelota, pero no generó una sola ocasión de gol hasta el minuto 91.
Una falta desde el centro del campo botada hacia al área hizo temblar a la afición unionista. El balón pasó por encima de la defensa y Díaz se encontró solo para cabecear a gol. Su remate pareció superar a Tena en un primer momento. El portero irundarra reaccionó y con una gran estirada mantuvo su portería a cero. Una parada que vale los tres puntos puestos en juego.
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