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BORJA OLAZABAL
Domingo, 6 de noviembre 2016, 08:19
Las malas rachas es mejor cortarlas así. De un plumazo. Con una victoria contundente y ante uno de los equipos potentes de la categoría. El Real Unión sumó ayer los tres puntos que se pusieron en juego en el Stadium Gal en el partido que le enfrentó al Bilbao Athletic. El 3-1 ante los cachorros mete de nuevo a los de Irun en la zona de play-off, aunque durante el día de hoy se disputa toda la jornada y, probablemente, perderán esa cuarta posición. Pero eso no era lo importante. Había que ganar.
Y es que el Real Unión afrontó el encuentro de ayer después de haber acumulado tres partidos consecutivos sin vencer. No lograr buenos resultados siempre genera algunas dudas, pero los unionistas se quitaron de encima la mochila llena de piedras en solo cinco minutos, el tiempo que tardó Eizmendi en adelantar a los irundarras.
Mikel Alonso levantó la cabeza como solo él sabe hacer y vio que Eizmendi iniciaba la carrera para coger la espalda a la defensa de los vizcaínos. El extremo unionista recibió el envío pinchando el balón con calidad y batió por bajo al portero del Bilbao Athletic.
El partido estaba embarrado, lógico si se tiene en cuenta todo lo que llovió en Irun durante el día, y los jugadores tenían problemas para mantener el equilibrio, pero los irundarras supieron adaptarse a la perfección a lo que requería el choque.
Tanto es así, que tras media hora de partido, las estadísticas le daban al Unión un 64% de posesión. Algo muy complicado en un encuentro de las características del de ayer. Tanto en lo que al campo se refiere, como si se tiene en cuenta el rival, un recién descendido de Segunda y que ocupaba la cuarta posición.
La confirmación del buen partido que estaban cuajando los de Asier Santana llegó justo antes del descanso. Eizmendi entró por la derecha y puso el balón al área. Desde atrás llegó Urkizu, que empujó la pelota para poner el 2-0.
La sentencia
El 2-0 estaba resumiendo a la perfección lo que pasaba sobre el terreno de juego, pero al partido le faltaba la guinda para que fuera redondo. Jorge Galán reapareció tras varias jornadas lesionado y a los dos minutos de entrar al campo sentenció el choque.
El delantero navarro recibió un pase en profundidad, se plantó ante el meta rival y lo batió con un disparo raso y cruzado. Con el 3-0 no había dudas de cuál iba a ser el signo del partido y el resultado solo cambió con el gol en los últimos compases de Guruzeta.
El Real Unión llevaba tres partidos sin ganar y había caído a la zona media de la tabla, pero ni mucho menos estaba muerto. Quizás estaba de parranda, pero ya ha vuelto. La plantilla está convencida de que va a dar mucho de lo que hablar.
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