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BORJA OLAZABAL
Domingo, 20 de noviembre 2016, 10:06
La jornada quince de la Segunda B no ha finalizado, pero el Real Unión, gracias a la victoria que consiguió ayer ante el Sestao River, se ha colocado como colíder del grupo segundo. Y lo que es seguro, acabará el día entre los cuatro primeros clasificados. Los irundarras se siguen mostrando como un equipo infalible en Gal, donde han disputado ocho partidos, han ganado seis y empatado dos, y empiezan a tener muy buena pinta. Solidez defensiva, mucho fútbol y una plantilla más que amplia.
El Sestao River estrenó entrenador en el Stadium Gal y los unionistas no sabían con lo que se iban a encontrar, pero Asier Santana tenía claro algo. Echando un ojo a los errores defensivos cometidos por los vizcaínos la semana pasada contra la Real Sociedad B, los irundarras intentaron sorprender de la misma manera. Lanzando balones a la espalda de la zaga verdinegra. No habían pasado tres minutos y Jorge Galán ya había encontrado la primera ranura en el muro rival. El delantero se quedó solo ante Galder, pero su balón picado no superó al portero. Poco después la ocasión fue para Hernáez, que cruzó en exceso.
Visto lo visto, los verdinegros dieron un paso atrás y conformaron una maraña defensiva en la que era difícil meter mano. Y es que a buen seguro que Pablo Turrillas, en su estreno, habría firmado un empate. A los unionistas les estaba costando superar el autobús sestaoarra, aunque el dominio era total.
La primera parte no estaba siendo nada vistosa, pero el partido pudo cambiar notablemente en los cinco últimos minutos. Primero con un remate de Ekhi que pegó en el larguero y luego con una jugada muy protestada por los irundarras.
El portero visitante salió a cortar fuera del área una conducción de Juan Domínguez y el balón le pegó en la mano. El colegiado no señaló nada y los unionistas se llevaron las manos a la cabeza. Hubiera merecido tarjeta roja.
Con polémica y sin goles terminó el primer tiempo del partido. El Real Unión había merecido algo más, pero el equipo se marchó hacia los vestuarios inmerso en una dinámica de partido que ya se había visto antes en Gal.
Por la mínima vale igual
Como en otras tardes en Irun, el 0-0 empezó a pesar a los hombres de Asier Santana. Mientras el Sestao disfrutaba del punto que tenía en el bolsillo, el tiempo pasaba demasiado rápido para los txuribeltz.
Los verdinegros no se asomaban al área unionista ni para saludar a Otaño, pero tampoco sufrían atrás. De hecho, hubo que esperar más de un cuarto de hora para que el Real Unión tuviera su primera opción de gol en la segunda parte. Urkizu centró desde la izquierda y Ozkoidi cabeceó a las manos del portero.
No tenía buena pinta lo que se estaba viendo sobre el verde, pero este Real Unión es muy fiable. Atrás no concede y con la calidad que atesora arriba, acaba marcando.
Eizmendi, que acababa de ingresar en el terreno de juego, puso la pelota en el área desde la izquierda. Allí estaba Juan Domínguez, que controló el balón y con un disparo cruzado consiguió el único gol del encuentro.
En los instantes finales hubo un poco de todo. Los de Irun pudieron matar a la contra, pero también vieron cómo el Sestao se volcaba en busca de un empate que nunca llegó. El colegiado señaló el final del encuentro en el minuto 94 y cualquier tipo de agobio se esfumó. El Real Unión sigue sin perder en el Stadium Gal, sigue como una locomotora y se consolida en la zona de play-off.
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