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El nuevo jugador del Real Unión, el exrealista Dani Estrada, trata de salir de la presión de los jugadores del Mensajero, ayer en Gal.
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Segunda B

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El Real Unión no pudo pasar del empate sin goles ante el Mensajero

BORJA OLAZABAL

Lunes, 9 de enero 2017, 07:31

Año nuevo, vida nueva. Es lo que había pedido el Real Unión mientras comía las doce uvas. Cambiar lo que había pasado en el tramo final de la primera vuelta. Pero a año nuevo, no hubo vida nueva. Hubo lo mismo que en las últimas jornadas. El cuadro txuribeltz sigue sin ganar, sigue sin ver puerta y sigue sin sumar de tres en tres. Al menos la clasificación sigue dando un respiro, ya que los de Irun se mantienen a solo tres puntos del tercer clasificado.

Los irundarras necesitaban reencontrarse con su mejor versión y hacer las paces con una afición, que se había quedado decepcionada con el último mes de competición de 2016, en el que los hombres de Asier Santana solo consiguieron sumar dos puntos de seis posibles y acabaron con dos goleadas consecutivas ante equipos de poca entidad como el San Sebastián de los Reyes o el Navalcarnero.

El técnico del Real Unión decidió hacer algunos cambios en el once y colocó en el centro del campo un doble pivote formado por Rodellar y Mikel Alonso, para conseguir algo más de consistencia, y retrasó a Ekhi al centro de la zaga. También cambió la portería, dándole paso a Tena, que había tenido muy pocas oportunidades durante la primera vuelta del campeonato.

En ataque también hizo algunos retoques, dándole la titularidad en la banda izquierda a Ozkoidi y haciendo debutar a Dani Estrada, el fichaje de este mercado invernal. A la primera ocasión que ha tenido, Santana ha dado la alternativa al ex de la Real Sociedad.

El zarautztarra, que en las últimas temporadas como txuriurdin venía jugando como lateral, vio su posición adelantada en su estreno en el Stadium Gal como txuribeltz. Y es que en su nuevo equipo, tiene toda la pinta de que va a jugar como extremo derecho.

Estrada cuajó un encuentro más que correcto a pesar de haber estado toda la primera vuelta sin jugar. Físicamente está bien porque se ha entrenado con el equipo durante estos últimos meses y con el tiempo irá cogiendo el ritmo de competición necesario para que pueda rendir a su mejor nivel.

En el juego, el Real Unión no quiso esperar para encontrar su primera ocasión de gol y para el minuto seis ya había metido miedo al Mensajero. Juan Domínguez recogió el balón al borde del área y disparó a portería, pero el meta Ione despejó sin problemas.

Los canarios también lo intentaron con una buena contra que acabó en nada, pero fueron los de Irun los que llevaron el peso en la primera parte. Otro tiro desde fuera del área, en esta ocasión de Mikel Alonso, puso fin a la primera parte en el capítulo de las ocasiones.

Negados de cara a gol

A la vuelta de los vestuarios los irundarras salieron decididos a por la victoria y jugaron casi todo el rato en campo rival, pero siguen negados con el gol. El Real Unión llevaba cuatro jornadas sin marcar y ayer sumó una semana más a su desgraciada cuenta. En la tarde de ayer no fue por falta de ocasiones sino por una preocupante falta de tino de cara al arco rival y, por qué no decirlo, por tener la suerte más que esquiva.

Jorge Galán tuvo un claro mano a mano que despejó el portero y también mandó una falta directa al larguero. Dani Estrada también tuvo la suya a balón parado, pero el portero se encontró con el balón. Y a cuatro minutos del final, nadie se explica cómo el esférico no entró después de tres lanzamientos seguidos dentro del área pequeña. La pelota pegó en el portero, en el larguero y en un defensa. Ver para creer.

Mensaje de atención para el Real Unión. Si no mejora de cara a gol, no podrá ganar partidos.

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