Remontada en el noventa y tantos del Real Unión

Cara, cruz y cara. La moneda se lanzó al aire y cayó por sus dos lados. Primero fue todo a favor y luego se torció, pero en el último giro, cuando la moneda parecía que iba a caer del lado que nadie esperaba, la fortuna sonrió al Real Unión. Salió cara, los irundarras sumaron su tercer triunfo consecutivo y siguen aferrados a unos puestos de play off que ahora marca el Toledo con solo tres puntos más. Y todo gracias al golpe de gracia de Joseba Arriaga, que salió al campo en la segunda parte y marcó los dos goles que posibilitaron la remontada unionista.

Los iruneses entraron al partido como no lo habían hecho en mucho tiempo. Es difícil saber si por la calidad de los unionistas o por lo poco que parecían proponer los vizcaínos, pero el caso es que el Real Unión se mostró rotundamente superior durante los primeros minutos del encuentro. Parecía imposible que esa partido acabara con otra cosa que no fuera victoria local.

Las ocasiones se empezaron a suceder a favor de los txuribeltz ante la floja defensa del Zamudio. El primero en intentarlo fue Martins. Su disparo fue bueno, pero golpeó en los pies de un defensor. Poco después fue Galán el que tuvo en sus botas el gol. Capelete le filtró un buen pase a la espalda de la zaga y el delantero corrió para enfrentarse en el mano a mano con el portero, pero se escoró demasiado y acabó perdiendo la pelota.

Corría el minuto diez cuando Juan Domínguez tuvo la suya. Dejó atrás a varios rivales y se disponía a pisar área con todo a favor para chutar, pero fue derribado por un defensa. El árbitro, incomprensiblemente, no pitó nada. Y en el trece Estrada se sacó un buen disparo desde fuera del área que atrapó el portero.

El campo estaba totalmente inclinado hacia la portería del Zamudio, pero el fútbol tiene cosas impredecibles. Cosas inexplicables. Cosas como que el colista del grupo segundo, en un partido en el que no estaba haciendo absolutamente nada, se adelante en el marcador. La culpa, solo la tuvo el Real Unión.

La defensa, en general, se quedó parada ante la primera acometida visitante. Los vizcaínos jugaron por banda derecha como si estuvieran solos y Larrazabal puso el balón al área. Allí, totalmente solo, Lozano disparó a portería. Otaño repelió el balón, pero en el área pequeña estaban otros dos jugadores zamudioztarras libres de marca para empujarlo a gol. Fue el Armán el que marcó.

El 0-1 subió al marcador en el minuto dieciséis, momento en el que el choque cambió de rumbo. El golpe fue duro para los unionistas, que no supieron reaccionar. Dejaron de dominar. Dejaron de tener ocasiones. Se marcharon al descanso perdiendo. Incomprensible.

De la decepción al subidón

El paso por los vestuarios no cambió nada. Los unionistas siguieron faltos de ideas y la imagen mostrada empezaba a merecer una muy mala nota. Además, el Zamudio dispuso de dos claras ocasiones como para ampliar la renta y dejar muertos a los irundarras.

El 0, el insuficiente, el necesita mejorar, estaba a punto de ser escrito, pero entonces esa moneda que estaba cayendo del lado de la cruz, dio un inesperado giro y todo se puso de cara. Inexplicable también. Arriaga, que había entrado al terreno de juego en el minuto 56 para agitar el centro del campo, recogió un balón en la medular y se sacó de la manga un ajustado disparo al palo desde fuera del área que se coló en la portería visitante. Golazo, 1-1 y quince minutos por delante para conseguir la remontada.

Los unionistas insistieron, Asier Santana colocó, con la entrada de Thaylor, a dos jugadores en punta, y el arreón final tuvo su premio. El Zamudio estaba manejando bien los últimos compases del encuentro, pero el Real Unión tuvo una última en el minuto noventa y tantos. Galán tuvo paciencia para esperar la doblada de Gorosabel por banda derecha. El lateral centró y Arriaga se adelantó a todos para cabecear a gol. 2-1 y tres puntos vitales para seguir soñando con el play off de ascenso. Todavía es posible.