La apatía se apodera del Sanse en Madrid

Agónica y sufrida victoria del San Sebastián de los Reyes ante una Real Sociedad B que aparentemente controló el partido pero que no pudo superar la intensidad de los locales, necesitados hasta el extremo para no perder el tren de la salvación. Los madrileños quizás se aprovecharon de la situación de los canteranos donostiarras, que se presentaron sin nada que jugarse, tanto por arriba como por abajo.

Los tintes trágicos que en lo deportivo tenía el duelo se tiñeron de mayor dramatismo con la lesión de Fer Ruiz, quien en el minuto 29, en una rápida jugada de ataque, chocó fortuitamente con Ujia, y en su caída se golpeaba de gravedad en la cabeza llegando a perder el conocimiento. Fueron cinco minutos que se hicieron eternos, ante la preocupante mirada de jugadores y técnicos y el silencio sepulcral de todo el estadio. Finalmente, la eficiente intervención del personal sanitario permitió sacar al jugador de su estado, siendo trasladado en ambulancia al hospital donde se le diagnosticó un severo traumatismo craneoencefálico, pero ya fuera de peligro.

En lo que al juego se refiere, la primera mitad transcurrió en una constante lucha en tierra de nadie, donde el San Sebastián de los Reyes estaba más cómodo gracias a su tempranero gol. Era el minuto 7 cuando Mancebo botaba un córner que prolongaba de cabeza Fer Ruiz para habilitar la llegada en solitario de Arroyo, que solo tenía que empujar de cabeza para batir a Garrantxo. De ahí en adelante, la Real tomó el control del juego pero sin ninguna efectividad ante un Sanse que reforzó sus posiciones defensivas para guardar su renta como un botín preciado. Tan solo una falta botada por Merquelanz puso en apuros a la defensa local, sacando Moyano de cabeza un balón que buscaba la escuadra.

En la segunda parte cambió muy poco el decorado, aunque el duelo ganó en intensidad y emoción. El filial donostiarra seguía queriendo el balón, y el otro Sanse, el madrileño, buscaba las contras cuando se le presentaba la ocasión. El verdadero Sanse, el txuriurdin, no tenía ninguna prisa en buscar el empate. Confiaba en su calidad y en que su rival cometiera un error que le condenase.

En estas llegó la mejor jugada de los locales, en el minuto 55, en una perfecta internada de Maganto, que se fue en velocidad y con habilidad de varios contrarios, poniendo un balón soñado a Dani Pichín a pocos metros de la portería, pero el cabezazo picado de éste encontró una no menos espectacular intervención de Garrantxo para sacar una mano increíble y evitar el gol. Los donostiarras buscaban hacer daño por bandas, ahora con más fluidez por la derecha desde la salida de Calvillo, pero las ocasiones seguían sin llegar y el tiempo transcurría de forma irremisible.

Jauregi, a punto de empatar

Y cuando todo parecía condenado al 1-0, se produjo la gran oportunidad guipuzcoana en un inteligente pase de Sangalli en profundidad a la carrera de Jauregi, que sin mirar y en difícil postura remató como le venía, cruzando el balón ante la salida ya iniciada de Aragoneses, que se encontró superado. El cuero fue rodando lentamente ante la mirada helada de los madrileños y expectante de los vascos para perderse finalmente muy cerca del marco. Era el minuto 90, y ya no daba lugar para mucho más confirmándose de esta manera la segunda derrota consecutiva donostiarra.