El Real Unión no puede con el Arenas

El primer aliciente de la tarde estuvo en comprobar qué consecuencias iba a tener el naufragio de la semana pasada. Telis recuperó su lugar en el centro de la zaga en detrimento de Azkoiti, Cárdenas dejó su sitio a Senar en el centro del campo y Eneko Eizmendi ocupó la punta del ataque en sustitución de Galán. Sorprendió la ausencia en la alineación del bigoleador ante Osasuna B, quizás pensando en que su concurso podía ser más útil tras el descanso.

El conjunto txuribeltz salió mandón al choque y dispuso de la primera ocasión clara a los cinco minutos, tras botar el primer saque de esquina de la tarde. La segunda jugada encontró a Yoel Sola libre de marca dentro del área, pero su testarazo acabó impactando en el larguero.

Poco después llegó el único intento de los getxotarras antes del descanso, tras una pérdida de Garrido. El balón quedó muerto en la frontal del área y Etxaniz probó fortuna por primera vez -no iba a ser la última- en el partido. Su disparo se marchó ligeramente desviado.

El tímido dominio unionista se fue disipando con el paso de los minutos y dio paso a una fase de partido más equilibrada, con mucho centrocampismo y pocos acercamientos, hasta que llegó la jugada decisiva del primer acto.

En un balón largo sin peligro, Eneko Eizmendi anduvo listo para ganarle la posición a Kaiser, que acabó arrollándole. García Verdura no dudó a la hora de decretar la pena máxima. El ayer capitán Dani Estrada tomó la responsabilidad y engañó a Aulestia para subir el 1-0. El juego no había sido excelso por parte de los de Iturralde, pero suficiente para cobrar una ventaja que parecía merecida.

Todos los méritos contraídos en los primeros cuarenta y cinco minutos desaparecieron de un plumazo en los segundos. El Arenas dio un paso adelante y estuvo cerca de empatar en el 60, tras una buena jugada de Parra por banda izquierda. Su centro encontró dentro del área pequeña a Etxaniz, que estrelló el cuero en el poste.

El atacante no iba a perdonar diez minutos después. Los jugadores unionistas se quedaron pidiendo una pena máxima sobre Cárdenas -que pareció clara- mientras los visitantes lanzaban la contra. El balón acabó en las botas de Etxaniz, que batió de tiro raso en el mano a mano a Irazusta.

El empate no sentó nada bien a los de casa, que se bloquearon y vivieron en su parcela los veinte minutos restantes. Los de Olaizola no dispusieron de ocasiones claras pero estuvieron más cerca de ganar que su rival, un Real Unión al que de poco le vale el empate. Necesita mejorar. Y rápido.