Más problemas para el Unión

A falta de los resultados que completen mañana la decimotercera jornada, el Real Unión ha finalizado el fin de semana coqueteando con los puestos de descenso. El Barakaldo lo ha hecho en segunda posición. Aitor Larrazabal, el técnico del conjunto fabril, ha reconocido en la posterior rueda de prensa que la distancia entre los dos equipos probablemente no sea la que refleja la clasificación, pero los números son impepinables. El Real Unión ha sido capaz únicamente de vencer dos encuentros en lo que va de temporada y es uno de los conjuntos que más goles encaja de la categoría. El algodón no engaña.

El silbato del colegiado Usón Rosell ha sido el gran protagonista en los primeros minutos del choque. Mucho juego subterráneo entre dos equipos que apenas han creado peligro en los primeros 45 minutos.

El internacional sub-21 galés Alex Babos y el atacante Martínez han sido las novedades de un Juan Domínguez que ha tenido que variar pronto sus planes por lesión de Etxabeguren en el veinticinco. Los numerosos inquilinos de la enfermería unionista no están ayudando nada a los fronterizos en este comienzo de temporada.

Tampoco la suerte, esa a la que a veces se apela para explicar las dinámicas de algunos equipos. Los detalles. Los unionistas no se han mostrado inferiores al conjunto vizcaíno, han igualado en intensidad a su rival, pero la primera ocasión en contra ha acabado con el balón alojado en la portería de Irazusta. Pasada la media hora, Fran García ha aprovechado el rechace de un córner, y de espuela, ha subido el 0-1 al electrónico de Gal.

Las malas noticias han seguido llegando en la reanudación con el 0-2 de Villacañas a los cinco minutos, que le ha ganado la espalda a Esnaola y ha resuelto de tiro cruzado ante 'Txusta'.

Inmerso en una mala racha de resultados, la segunda parte se le ha podido hacer muy larga a los txuribeltz, pero los de casa han tirado de orgullo. Los de Domínguez, que han agotado los cambios y han jugado veinte minutos con Capelete lesionado, han arrinconado a los gualdinegros, esta vez de azul, y Ekhi, con la testa, ha reducido distancias a falta de un cuarto de hora.

No ha llegado el tanto de la igualada pero la afición de Gal, a diferencia de otras tardes, ha reconocido con aplausos la entrega de los suyos. Hay motivos para la esperanza.