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borja olazabal
Sábado, 20 de enero 2018, 19:42
El Real Unión no solo ha demostrado que es capaz de ganarle al cuarto clasificado, a uno de los equipos más en formar del grupo segundo. También ha demostrado que es capaz que ser mejor que un Bilbao Athletic que llegaba al Stadium Gal en plena racha de resultados. Los irundarras han ganado este sábado, lo han hecho tras nueve jornadas sin hacerlo, y también se han demostrado a sí mismos que pueden y deben estar más arriba en la clasificación.
José Luis Ribera sabe lo que se está jugando su equipo y este sábado ha puesto de inicio un once muy experimentado. Un once de esos preparados para sacar las castañas del fuego cuando la cosa se pone caliente. Ha alineado, además, a los dos fichajes realizados durante este mercado invernal. Por un lado a Eneko Eizmendi, que ya debutó la semana pasada en Estella, y por el otro a Mikel Azkoiti, que ha firmado a última hora de la tarde del sábado.
Lo primero que se le ha percibido al equipo ha sido una especial intensidad. Los unionistas han metido el pie con fuerza en cada acción, como queriendo imponer jerarquía dentro del terreno de juego.
Y así, siendo más fuertes en el centro del campo y con un Mikel Alonso dedicado a repartir juego a uno y otro costado, han empezado a llegar las ocasiones de gol. La primera de Orbegozo y la segunda de Galán. En las dos ocasiones el balón ha golpeado en el cuerpo de un defensa.
La superioridad unionista se ha plasmado en el marcador al cuarto de hora de partido. Juan Domínguez ha sacado una falta desde la derecha, el balón se ha ido cerrando y Orbegozo se ha adelantado al portero vizcaíno para marcar el 1-0 de cabeza.
Con ese marcador se ha llegado al descanso, aunque el resultado podía haber sido más abultado si a diez minutos de que acabara la primera parte el meta Oleaga no hubiera hecho una parada más que notable. Galán picó el balón por encima del portero y Gal empezó a cantar gol, pero Oleaga reaccionó para sacar la pelota con una gran estirada.
Los pocos aficionados que se han acercado al campo de fútbol han despedido a su equipo con aplausos cuando estos han tomado camino de vestuarios. Algo que hacía mucho que no pasaba.
La segunda parte ha sido menos intenso. Quizás, porque el veterano Real Unión no está para aguantar noventa minutos a un gran ritmo. Pero los de Ribera también han sabido jugar a sujetar el resultado y lo han hecho sin renunciar al ataque.
Los unionistas han dado un paso atrás y le han cedido la iniciativa al filial vizcaíno, que no ha hecho una sola ocasión de gol hasta el último minuto de partido. Mientras tanto, Eizmendi se ha podido sentenciar a quince minutos del final y Galán ha levantado a la afición con una presión en el 88 de las que se echaban de menos. Y en el último minuto Otaño ha salvado un mano a mano que ha dejado los tres puntos en Irun. Tres puntos para coger algo de aire.
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