La sequía interminable del Real Unión

El Real Unión vuelve a caer fuera de casa y vuelve a hacerlo sin marcar, un lastre para el combinado dirigido por José Luis Ribera, que se instala en la decimocuarta plaza de la clasificación con 36 puntos, a siete puntos de la promoción del descenso.

El bagaje ofensivo del Real Unión como visitante es una invitación para los locales a ponerse por delante en el marcador. Tres goles llevan los irundarras lejos del Stadium Gal. Así es muy difícil sumar. En Las Gaunas ante una UD Logroñés, necesitada para seguir con opciones de playoff e irregular en el juego, evidenció que las intenciones para marcar son buenas, pero que falta el último pase y, como es menester, el remate posterior. Eso le lastró ante un conjunto que comprobó cómo su adversario se llevaba los tres puntos en liza por dos acciones geniales de Ñoño.

La primera parte resultó divertida. Con idas y venidas. Con dos equipos que se sienten a gusto cuando manejan el cuero y que no tienen tanta solvencia cuando el rival construye. Por ello, las intenciones de ambos equipos pasaban por presionar y evitar que el adversario jugara con facilidad. La UD Logroñés era más precavida y, de partida, quería acabar las jugadas. Así probó fortuna con varios tiros desde la frontal sin consecuencias. Trataba de evitar las transiciones de los irundarras. El Haddadi remataba de cabeza tras un centro lateral.

El duelo estaba equilibrado, con alternancias en el dominio, aunque con mayor presencia en campo contrario de los locales. Justo cuando Sergio Llamas probaba los reflejos de Miguel vino el tanto de Ñoño pasada la media hora. Saque de puerta, balón largo y el extremo convirtió una acción desapercibida en un gol que dio tranquilidad a un conjunto riojano que hasta el descanso, merced a varios saques de esquina y faltas laterales agobió a los de José Luis Ribera. Eso no quita para que el Real Unión se pudiera haber ido al intermedio empatando la contienda. De hecho, Sergio Llamas gozó de una falta en la frontal que impactó en la barrera y Martins, tras un córner sacado en corto, cruzó en exceso.

La segunda parte comenzó con un cuadro riojano que no arriesgaba tanto en la salida de balón, que quería aprovechar los espacios y que se dejaba querer. Enfrente, un Real Unión que quería llegar arriba lo antes posible y que se equivocaba a la hora de dar el último pase. Ribera cambió piezas y el dibujo con la puesta en escena de Mikel Alonso y Juan Domínguez. Ahora la zaga cerraba con cuatro. Las perspectivas eran buenas porque el control era de los visitantes. Con lo que no contaban era con una nueva acción individual de Ñoño. El andaluz sí vio portería en una jugada calcada a la de Martins con la que se cerró el primer período. Ahí, la UDL se vio con el triunfo. Pudo ampliar la renta con una contra mal ejecutada por Sotillos. Pese a todo, el Real Unión quemó las naves insistiendo con centros laterales, algunos con más peligro que otros, pero sin que hubiera variación en el marcador.