El Real Unión se impone al Guijuelo (2-1)

Alberto Iturralde introdujo dos novedades respecto a los once hombres que saltaron de inicio el pasado fin de semana en Salamanca. Sola entró por Nico Kata –concentrado con Guinea Ecuatorial– en la medular y Eneko Eizmendi ocupó la banda izquierda en lugar de Aranzabe. El técnico de Astigarraga premió los buenos minutos del extremo ante Unionistas otorgándole la titularidad y la jugada le salió redonda.

Ekhi fue el encargado de inaugurar el capítulo de hostilidades con un potente disparo que se marchó alto. Fue justo antes de que el Real Unión estrenase el marcador en el minuto 7. Garrido y Eneko combinaron a las mil maravillas en el flanco izquierdo para meter un balón al corazón del área que encontró a Sola. El de Pamplona cazó el esférico y a la 'remanguillé', con la zurda, puso el 1-0 nada más empezar.

El visitante Cristóbal, a la media hora, puso por primera vez a prueba a Irazusta desde fuera del área con un disparo que el cancerbero txuribeltz atajó sin mayores problemas. Los salmantinos carecieron de profundidad en una primera parte en la que Fekir hizo diabluras por banda izquierda. A punto de alcanzar el túnel de vestuarios, cuando ya se daba el 1-0 por bueno, Sola estuvo cerca de aumentar su cuenta y la de su equipo. Tras una larga conducción por banda izquierda de Cárdenas, el balón llegó dentro del área al centrocampista. Su disparó, con el meta guijuelense ya batido, fue repelido en línea de gol por Jesús Muñoz.

Tras el descanso, los visitantes se hicieron dueños del encuentro. Fue un monólogo que tuvo como primer aviso un balón enviado a la madera por Fekir. El francés encontró premio poco después, en el 64. Su conducción, desde la banda, acabó en un disparo desde la frontal que pegó en un defensor antes de alojarse en la portería de Irazusta.

Estaban siendo los peores momentos de un Real Unión que parecía noqueado pero que despertó con una gran jugada individual de Estrada. Fue solamente tres minutos después. El zarauztarra se fue de dos defensores y metió un balón al área que no encontró rematador en primera instancia. En la segunda, tras tocar en Martín, Eneko Eizmendi consiguió subir al electrónico un 2-1 que resultó todo un tesoro vista la puesta en escena de los txuri-beltz.

A Iturralde no le gustaba lo que veía a pesar de estar por delante e introdujo un doble cambio. A falta de veinte minutos, dio entrada a Galarza y Etxaburu por Galán y Sola. El Unión se pertrechaba atrás con la línea de cinco defensores que tan buenos resultados le había dado.

Para entonces, mantener la estabilidad o conducir el balón en condiciones ya era todo un ejercicio de equilibrismo. El Guijuelo buscó sin acierto la portería de un Real Unión que vivió los minutos finales en su área sin recibir grandes ocasiones. La más clara una de Carmona, que buscó la escuadra izquierda de Irazusta a trece minutos de la conclusión.

Al final, triunfo de oro para un Real Unión práctico que quizás no hizo los méritos de otras tardes, pero que ganó, que es lo que cuenta. Y en las gradas de Gal, un espectador de excepción como Unai Emery, técnico del Arsenal que aprovechó el parón.