![«Los críos me cantan 'Jagoba Arrasate, lolololó'»](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201905/22/media/cortadas/osasuna-k6G-U80266966700XBI-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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PATRICIA FERNÁNDEZ
PAMPLONA.
Miércoles, 22 de mayo 2019, 07:41
Jagoba Arrasate vivió como el que más los festejos del ascenso. «Estoy un poco desbordado, por poder darle esta alegría a tanta gente. Fue una noche larga, dimos rienda suelta a lo que pedía el cuerpo, después de diez meses de tensión y pelea. ... Era momento para disfrutar. Estaba desatado, me salió de dentro, me he ganado también perder un poco los papeles. Es un sentimiento rojillo especial, que está a flor de piel, han sido claves este año y esperamos tenerlos el año que viene también».
El extrenador de la Real desveló cómo «me cantan los críos esos cánticos de 'Jagoba Arrasate, lololololó'. No desconecto ni en casa. Que a un entrenador le vitoreen así es lo más bonito que te puede pasar porque reconocen tu trabajo».
Arrasate aseguró que «los momentos que vivimos en la Plaza del Castillo fue lo que más me emocionó, esa conexión con el público. Ya lo vivimos en la grada, pero eso fue muy especial».
El entrenador también ensalzó los valores del club, que consideró decisivos para haber logrado el ascenso: «Somos así, es una de las claves del éxito, que somos normales, naturales, somos una familia. Y eso nos ha llevado adonde hemos llegado».
Añadió que «ya habrá tiempo de recuperar. Ahora tocar disfrutar. El sábado nos tocará de nuevo competir y con la ayuda de la gente intentaremos quedar primeros por todos los medios. No esperábamos todo esto, ascender a Primera a falta de tres jornadas, y sobre todo como lo hemos hecho, es un sueño».
En cuanto se pitó el final en Albacete, una marea rojilla salió a las calles de Pamplona para celebrar el ansiado ascenso de Osasuna. Rápidamente se fueron llenando los aledaños de la Plaza del Castillo, monumento emblemático en cada ascenso, para esperar a la plantilla. Era lunes, pero no importaba a jóvenes, mayores e incluso familias que llevaban tiempo esperando la fiesta del cambio a la máxima categoría.
A las 00.00 horas salió el autobús desde El Sadar, mientras que en el centro de Pamplona sonaban cánticos en honor a Jagoba Arrasate, Patxi Puñal y numerosos recordatorios al Real Madrid, con motivo de su regreso la próxima temporada a un campo que siempre se lo pone muy complicado.
Hacia las 00.23 aparecían la plantilla y la directiva de Osasuna, avistados en un primer momento por la gente asomada a los balcones, ya que los que esperaban a pie de calle, envueltos en una humareda roja de bengalas, no pudieron percatarse de la llegada de los jugadores osasunistas hasta que los tuvieron delante, en un paseíllo desde Sarasate hasta el quiosco en el que se pararon a saludar a sus principales apoyos durante la temporada.
Subidos a los barrotes, los futbolistas rojillos, junto a su entrenador Jagoba Arrasate, cantaron el himno de Osasuna a coro con una afición entregada. Rápidamente cogió el técnico el micrófono para acordarse de todos aquellos que habían hecho posible el éxito, rodeado de Roberto Torres, Kike Barja y Oier, los jugadores más aclamados, los de casa.
El ímpetu del público provocó la caída de una valla, con la siguiente atención de tres aficionadas por cortes leves. Pero ese fue el único incidente. Cada jugador se fue pasando el micrófono para entonar un cántico rojillo e incluso Brandom se atrevió a hablar en euskera.
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