
Su acento y su sonrisa han marcado a una generación de seguidores al fútbol. Michael Robinson -que ha fallecido este martes como consecuencia del cáncer de piel que padecia- quedará en el recuerdo como el comentarista que estuvo presente en los momentos más importantes del fútbol en los 90 y en los primeros años de los 2000. Siempre afable y con esa ironía británica se metía en el bolsillo a todo aquel que se ponía delante del televisor.
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'El Día Después' o 'Informe Robinson' han marcado época en la televisión deportiva. Y es que Michael Robinson dejó huella allá por donde pasó. Primero fue en Pamplona donde sedujo con su natural encanto. Aterrizó en la capital navarra para ser delantero de Osasuna. Aunque, tal y como él mismo reconoció, no sabía dónde venía. «Le dije a mi mujer que comprara un mapa para buscar Osasuna, como no lo encontrábamos le mandé a buscar un mapa más grande», recordaba con su habitual gracia.
Inolvidable fue también su maqueta de Atotxa en el plató de 'El Día después' donde daba lecciones de táctica. «Era un campo tradicionalista».
La cercanía con Pamplona hizo que siempre tuviera una querencia especial por San Sebastián y la Real Sociedad. No se guardaba ningún halago a la hora de hablar de la ciudad. «Si fuera rico viviría en Donostia», se sinceró en una entrevista con este periódico. «Cuando jugaba en Osasuna venía mucho a andar por estos montes», explicaba.
Michael Robinson no se perdía una. Estaba en todas las salsas. Algunos veteranos recordarán aquel febrero de 1996 en el que vestido de chino fue pregonero del carnaval de San Sebastián. «Para un guiri como yo fue un elogio gigantesco. Estuvo muy bien porque íbamos disfrazados de chinos y con lo mal que se me da el idioma a mí todo me sonaba a chino».
De su época de jugador, recordaba con especial cariño a 'Bixio' Gorriz. «Es el central más elegante al que me he enfrentado», rememoró en una de sus últimas visitas a San Sebastián el pasado mes de febrero para grabar en el Korner Festibala su programa 'Acento Robinson' de la Cadena Ser.
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En programa se centró en los derbis vascos que también le apasionaban. Sobre todo por el ambiente que se respira en los encuentros del Reale Arena y San Mamés. El respeto entre ambas aficiones era lo que más le atraía. «Un derbi vasco empieza en un terreno de juego, pero trasciende a otros ámbitos de la cultura vasca. A mí me encantan cómo viven los derbis los vascos, porque no hay crispación, lo que hay es rivalidad, y la rivalidad no es mala».
En Eibar también recuerdan con especial simpatía el homenaje que 'Informe Robinson' realizó al club armero relatando de manera excelsa su vertiginoso ascenso de Segunda B hasta Primera División.
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