Gipuzkoa Basket-Leyma Coruña

El GBC, a la final four tras una épica victoria con un Jaworski imparable

Illunbe despidió en pie a los doce guerreros, los doce titanes que han logrado una gesta histórica. Comparable a la de aquel mayo de 2006 cuando el GBC de Porfi Fisac, apeó al Inca 3-0 y al león 3-0 para lograr el primer ascenso a la ACB. 17 años han pasado de eso y el Guuk Gipuzkoa Basket ha vuelto a escribir una historia maravillosa. Que aún no tiene final y puede ser aún mejor porque está a dos peldaños de la ACB. Eso lo dejamos para el final.

El Angulas Aguinaga Arena rugió este domingo y fue esa vitamina extra que se demandaba. Estuvo el público, los 3.050 espectadores, metidos en el partido desde el principio. Empujaron cuando hacía falta, protestaron -hubo que hacerlo unas cuentas veces- y celebraron cada canasta, cada rebote, cada robo al unísono a la estela de los cinco jugadores que había en cancha. Fue un día disfrutón. Entre otras cosas por obra y gracia de don Justin Kyle Jaworski. 36 puntazos y un tercer cuarto para volver a ver en bucle donde hizo 17 puntos y trizas a la defensa del Leyma Coruña que no podía pararle. Ni mucho menos ganó solo el Tiburón. Nurger, Oroz, Delas, Zubizarreta, Motos, Ander, Sollazzo, Beraza, Carlson… todos sumaron. Guiados por un entrenador que le ha ganado la partida a Diego Epifanio con un planteamiento certero, valiente y exactitud suiza. Lolo Encinas y sus ayudantes se han cargado al tercer mejor equipo de LEB Oro.

La lógica imperó. Por fin una victoria como local, después de cinco partidos ganando los visitantes. El Guuk GBC cambió el guion y lideró el choque. Era fundamental crear dudas en el Leyma Coruña. Salió con ritmo, cogió la delantera apoyado en un buen Nurger. Apareció un invitado inesperado: Simeunovic. El serbio hizo 10 puntos en el primer cuarto, que acabó 21-21, con canasta de Delas. Diego Epifanio no quería sustos y agotó sus dos tiempos muertos en el segundo cuarto demasiado pronto, con 31-27 (min. 16) para el GBC. Alcanzó ocho de ventaja al descanso antes del show de Jaworski.

No se recordaba una exhibición igual. 17 puntos en el tercer cuarto para el escolta que metió canastas de todo tipo, sacó faltas, enchufó triples y desquició a la defensa gallega. Han pasado enormes jugadores por Donostia, pero Jaworski se ha colado por derecho propio entre ellos. Puede que subir a la ACB sea la única posibilidad de retener al Tiburón. Si no se puede, habrá pasado uno de los mejores jugadores en la historia del GBC y la buenaventura de haberlo disfrutado. Al show ofensivo del de Pennsylvania se le sumaron cinco puntos de Oroz y una canasta de Sollazzo y Delas para mantener la ventaja, 65-56 (min. 30), en un Illunbe encendido que sabía que venía lo mejor.

En el inicio del periodo de la verdad Ander aprovechó una asistencia clínica de Delas, Motos metió dos buenos puntos antes de que Jaworski pusiera patas arriba el pabellón. Hizo un canastón de dos antes de que hiciera la mejor acción del choque. Pidió un bloqueo, le cambiaron al defensor y el Tiburón bailó los 2,04 de Lottanna Nwogbo hasta sacarle de quicio y enchufarle un triple desde 8 metros, 76-63 (min. 36) que olía a triunfo.

Pero la nave coruñesa, que parecía hundida reflotó a base de triples y se puso a dos puntos tras una canasta de Vega restando un minuto para acabar. El siguiente ataque se las traía. El balón quemaba. Jaworski estaba sobremarcado y hubo dudas. Nervios. Mucha tensión. Hasta que apareció la muñeca del ingeniero Ander Martínez de la Orden para clavar un triplazo, el primero suyo en el partido, que dejaba al playoff casi visto para sentencia, 81-76 a 42 segundos para acabar. Ni las decisiones arbitrales, inentendibles con faltas antideportivas en contra y otras que no pitaron a favor del GBC cuando el Coruña solo buscaba la falta, privaron del triunfo a los donostiarras que estuvieron jaleados por más de 3.000 personas en un partido épico, titánico, que dejó una sonrisa inmensa en la hinchada guipuzcoana. Oroz robó un balón, sacó una falta y falló los tiros libres. Coruña tiró rápido, el rebote fue para Ander y con 6 segundos por jugarse Motos anotó un tiro libre para cerrar el choque. Una historia maravillosa.