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raúl melero
Lunes, 25 de septiembre 2017, 23:49
Solo faltaron dos aros con sus respectivas canastas para haber organizado un partido en el Aquarium de San Sebastián. Hubiera sido un escenario insólito para acoger un encuentro de baloncesto. Decimos partido porque todos los actores necesarios para un encuentro se dieron cita allí.
Once jugadores profesionales, un entrenador, sus ayudantes, delegado de equipo y de campo, preparador físico, fisioterapeuta y cuerpo médico. Obviamente también estaba la directiva en pleno, con su presidenta a la cabeza, representantes políticos, patrocinadores, miembros de los clubes punteros del baloncesto guipuzcoano, aficionados, prensa y hasta el estamento arbitral. Todos los condimentos necesarios para un buen partido de baloncesto.
El Gipuzkoa Basket abrió oficialmente en la noche de este lunes su regreso a la ACB con su clásica presentación institucional. Presentadas ya todas las caras nuevas del equipo, el GBC se encuentra en la semana previa a la vuelta de la competición. En la rampa de despegue de su décima temporada en la liga Endesa.
La escuadra guipuzcoana parte, de salida, con un objetivo muy claro: dejar a dos equipos por detrás y tratar de fidelizar a la grada de Illunbe. El primero es un propósito que se viene repitiendo en las últimas temporadas del GBC en la ACB y que en tres de las últimas cuatro no se cumplió. Fueron años duros de muy pocas victorias y derrotas abultadas. La pretensión es cambiar radicalmente de imagen. Como el programa de televisión. Quizá que el equipo se presentara en el Aquarium donostiarra fuera una premonición de buenas noticias.
Casualidades de la vida, o no, la última vez que el GBC posó de largo fue en la campaña 14/ 15. Última en la que la entidad donostiarra se salvó de la quema. Y no solo eso, lo hizo además con nota muy alta. Rebobinen la cinta. Hablamos del último año de Sito Alonso en el banquillo de Illunbe. El GBC acabó la liga décimo con dieciséis triunfos y a punto estuvo de colarse por segunda vez en su historia en la Copa del Rey. No lo hizo porque perdió dependiendo de él mismo el último encuentro de la primera vuelta que le midió al Estudiantes. Un conjunto guiado por las sabias manos de Sito Alonso, pero como la actual plantilla, con aroma de liga LEB. De ahí se fichó a Winchester y Hanley, éste de la LEB Plata. Charles Ramsdell quien se había roto la rodilla una temporada antes con el Manresa. Motos, Olaizola, Assalit y Huskic eran los jóvenes del plantel mientras que el peso de los partidos y la responsabilidad cayó en hombres como Robinson, Salgado, Neto, Doblas o Jon Cortaberria. Ese era el equipo. Bastante justo, se dijo antes de comenzar la competición aunque dio un resultado para muchos inesperado. Sin duda que aquella campaña es un espejo donde mirarse.
Hombres. Es lo que se ha ido repitiendo en cuanto a la confección de la plantilla por parte del entrenador y la directiva. El GBC no dispone de muchos recursos para fichar a estrellas del mercado europeo y por ello ha decidido dar la oportunidad a gente joven o con poca experiencia en la ACB.
Hay varios datos reveladores para explicar la bisoñez que puede tener la plantilla guipuzcoana. Solo tres jugadores - Fede Van Lacke, Henk Norel y Daniel Clark - llevan más de cien partidos en la liga. Y otros tres - Salvó, Pardina y Fakuade - no han debutado en la máxima competición estatal. Del resto, Dani Pérez es el más experimentado con 58 apariciones. Chery y Agbelese suman 20 y 23 respectivamente, mientras que Oroz y Swing no llegan a la veintena de partidos en la liga Endesa.
La plantilla para esta temporada del retorno a la ACB la componen ocho caras nuevas. Solo repiten del año pasado Xabi Oroz, que por cierto será el capitán, y Joan Pardina. Danny Agbelese llegó mediada la temporada en la última experiencia del equipo en la ACB y por ello esta será su segunda campaña en el GBC. El resto vivirán su primer año en Donostia.
La pretemporada deja dos grandes nombres: Norel y Swing. El pívot holandés ha dominado a todos sus oponentes y en los cinco partidos que ha tomado parte ha promediado casi veinte puntos de media. Se trata sin duda del gran referente que tendrá el Gipuzkoa Basket en la pintura. Si recibe cerca de canasta resulta infalible, sobre todo si su par es más pequeño que sus 2,12 de estatura. Además, su poderío creará espacios para el resto.
De eso se aprovecharán los grandes tiradores del equipo: Swing y Clark. El británico solo ha jugado un amistoso - el último ante el Oviedo - donde se fue hasta los doce puntos en dieciocho minutos. En cuanto al de Alabama, tuvo su momento álgido en los encuentros frente al Tecnyconta y Murcia donde hizo 23 cada uno de los días. Ha demostrado ser un jugador que cuando está en racha es muy difícil de parar, tiene buen porcentaje tirando tras bote o bloqueo y además ayuda en el rebote. Una de las sensaciones de la pretemporada.
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