Mikel Odriozola: «Estaríamos encantados de jugar otra vez la final four»

– ¿Cuesta mucho tomar la decisión de entrenar al GBC cuando suena el teléfono?

– No costó mucho, la verdad. Todas las decisiones había que pensarlas, estaba buscando un reto diferente al del año pasado y, la verdad, es que no pasaron ni dos días para decidirme.

– ¿Cuál es ese reto del que habla?

– Mi realidad es un poco diferente porque hasta junio del año pasado trabajaba en un laboratorio en la investigación contra el cáncer. Entonces sé que una vez que paras de entrenar es difícil volver a la rueda y estaba totalmente abierto a irme fuera. No salió nada, apareció el GBC y no podía decir que no.

– ¿Satisfecho?

– Sin duda. Entrenar en el GBC llega una vez y hay que aprovecharlo.

– ¿Nota mucha diferencia en la construcción del equipo entre el año pasado y este?

– Yo tengo que hacer una plantilla. Tengo unos retos y presupuesto mayores y es diferente. En Iraurgi la exigencia era que con poco dinero tenías que hacer mucho, mientras que en el GBC con el dinero que tienes hay que hacer mucho también. Puede ser que en Donostia haya más focos pero yo estoy bastante tranquilo.

– Para usted ser entrenador del GBC es...

– Un reto. Algo ilusionante, que afronto con ganas de hacerlo bien.

– ¿Suena más el teléfono?

– Como siempre a estas alturas de temporada, porque estamos haciendo el equipo. Lo cargo solo una vez al día (risas).

– Tiene siete jugadores por ahora en plantilla.

– Era importante renovar a algunos jugadores que hicieron un gran trabajo y mantener el bloque. Además tuvimos la oportunidad de sumar a Manex Ansorregi, que cumple ese ADN guipuzcoano e Ivan Aurrecoechea, que lo ha hecho bien en Albacete y creo que tenemos una base muy sólida.

– Ya que nos habla de Ansorregi, usted le conoce muy bien de los dos últimos años. ¿Qué puede aportar?

– Es un jugador que hace tres años jugaba en liga vasca. Pasó de ser un jugador de rotación en la LEB Plata hace dos años a MVP de la final de ascenso contra el Barcelona. No te puedo decir nada malo de él ni de su forma de trabajo ni de la ilusión que tiene. Es joven, ha crecido mucho en poco tiempo y hay que tener paciencia con él, pero nos va a ayudar muchísimo.

– ¿Faltarían tres piezas para cerrar el equipo?

– Nos queda un escolta anotador que pueda manejar el balón y que sea una amenaza desde fuera; un ala-pivot que, como iremos a una estructura de cuatro interiores, podría hacernos el 'cinco' en alguna situación puntual y buscar un pívot un poco más atlético que nos ayude en tareas de rebote, puntos e intimidación.

– Esos son diez jugadores. ¿Cierran la puerta a un undécimo?

– Valoraremos después lo de la undécima ficha. Cuando tengamos el equipo cerrado nos sentaremos y veremos lo que queremos, podamos o nos haga falta.

– ¿Los centímetros siguen siendo lo más caro del mercado?

– Aquí lo que más se paga son los puntos y el físico. Es lo que te da un plus extra en la plantilla y suele ser lo más caro, sí.

– ¿Cuándo quiere tener cerrada la plantilla?

– No hay una fecha para cerrar el equipo, el mercado te marca los tiempos. Tenemos claro los perfiles de jugadores que queremos. Por un lado quieres tener el equipo cerrado lo antes posible pero también quieres tener el mejor equipo, así que a veces te lleva más tiempo.

– ¿Es buen negociador 'Xubi'?

– (Risas) Sí, si lo es. Ahora le toca a él pegarse con el teléfono y hablar con gente pero no tengo ninguna duda de que vamos a conseguir una plantilla competitiva.

– A 'Xubi' ya le conocía pero a nivel organizativo y de estructura, ¿cómo están siendo estas primeras semanas con el GBC?

– Sin ningún tipo de problema. En todo lo que necesitamos el club está dispuesto a ayudar, yo tengo que ir entendiendo la realidad del club poco a poco y me están ayudando. Por trabajo no va a ser. Intentaremos hacer un buen equipo y ser ambiciosos para competir bien cuando empiece la liga.

– ¿Tiene clara la pretemporada?

– Será de unas cinco semanas de trabajo y la idea es jugar entre cuatro o cinco partidos.

– Va a tener como ayudante a Iria Uxia.

– Sí. Iria es una persona totalmente preparada para hacer fenomenal su trabajo, nos va a ayudar en muchas cosas y ya ha dirigido un par de partidos en esta temporada pasada en Ourense. Tiene muchísimas ganas de venir aquí y eso, conjuntado con el trabajo, es algo muy importante. Todas las referencias son muy positivas sobre ella y tenemos mucha ilusión para trabajar juntos.

– Si hablamos de superar lo del año pasado, eso pone al GBC muy arriba.

– Sí, sí. Va a ser complicado. El equipo jugó un playoff de mucho mérito, podríamos estar encantados de jugar otra final four. No me gusta mucho compararme con el resto. A veces suma y otras veces resta. Soy diferente a Lolo, aunque somos grandes amigos, cada uno tenemos nuestra forma de trabajar, van a ser temporadas y equipos distintos y vamos a intentar hacer lo mejor con los recursos que tengamos.

– No le quiero meter presión...

– No, no es eso. Quiero decir que el pasado del club está ahí y se puede mirar sin duda, porque siempre es un elemento de aprendizaje. A partir de ahí hay que ser realista, estar en el presente y emplear el pasado para poder trabajar bien este año. A veces te quedas un poco ahí atrás y no merece la pena.

– A usted el GBC es algo que le suena. Lo ha seguido desde hace muchos años.

– Sí, estuve en el primer ascenso en el Gasca en 2006 y he sido socio desde que el club se llamaba Datac en 2001. La verdad es que he visto muchísimos partidos, ascensos, la época de Laso, de Sito cuando se metieron en el playoff y tengo muchos recuerdos de ir al pabellón con mis padres, con mis amigos y estoy muy contento de estar aquí.

– ¿Lleva usted ligado al baloncesto toda la vida?

– Casi. Empecé a jugar a los 11, a los 15 ya entrenaba en el Easo y cuando estudié en Bilbao estuve en la Salle y Páules y sí, ligado al basket casi toda la vida.

– ¿Qué nos dice de la LEB Oro que se va a encontrar a partir del 6 de octubre?

– El nivel medio de la liga está subiendo, creo que va a ser un campeonato muy competitivo. Hay que ver cómo se cierran los equipos y cómo empezamos cada uno en entrar en dinámica. Gente como Tizona o Menorca que son recién ascendidos pero no van a ese tipo de estructura de recién ascendidos, van a hacer que la Liga sea más competitiva, equipos que dan pasos hacia delante como Coruña, Alicante, Valladolid o Lleida; y equipos que tienen la necesidad de subir como Estudiantes o Burgos. También están los recién descendidos de la ACB... Va a ser una liga muy peleada.

– ¿Qué baloncesto le gusta practicar a Mikel Odriozola?

– Me gusta meter una canasta más que el rival (ríe). Jugar con un alto nivel de energía, agresivo, sin miedo y el nivel de ritmo lo marcan los jugadores. Siempre me ha gustado jugar alegre y rápido pero me ajustaré a los recursos que tenga, es importante que los entrenadores nos adaptemos a lo que tengamos.

– ¿Tiene la sensación de que se tacha a la LEB Oro como una liga defensiva o que los éxitos llegan con partidos a pocos puntos?

– La LEB Oro sigue siendo una liga muy táctica con muchas estructuras diferentes y con gente que trabaja muy bien. No creo que sea una liga de claro carácter defensivo. Para el público es más agradable el tipo de juego alegre, vistoso, rápido y con muchas posesiones pero so siempre se puede jugar así. No la consideraría defensiva.

– ¿Qué va a sentir el 13 de octubre cuando el speaker diga su nombre en la presentación de los equipos ante el Tizona en su debut en Illunbe?

– Soy un poco frío para estas cosas, lo reconozco. Evidentemente me hace ilusión ese momento pero no pienso mucho en ello. Soy de los que piensa que los protagonistas son los jugadores.