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Los triunfos alegran la cara. El Inveready Gipuzkoa Basket estaba necesitado de esbozar una sonrisa y sus victorias, el miércoles pasado ante el Real Valladolid ( ... 90-69) y la del domingo ante el Cantabria (101-108), le han cambiado la cara al equipo de Mikel Odriozola. No deben caer en la relajación en lo que se refiere a dejar de lado los puestos de abajo de la clasificación porque el equipo que marca el descenso está a solo dos encuentros. Misma distancia que se tiene con las posiciones de playoff.
«Los jugadores le han dado la vuelta y si no estamos unidos y mentalmente fuertes hubiéramos perdido», confesó Mikel Odriozola al término del encuentro en Torrelavega. Antes de esta semana, el GBC enlazó una pésima racha de dos triunfos sobre trece comparecencias, lo que hizo que varios equipos le fueran adelantando por izquierda y derecha.
Puede que estos dos encuentros signifiquen que el bólido guipuzcoano ha metido ya la sexta marcha y que mira definitivamente hacia arriba. Lo podrá hacer, entre otras cosas, si derrota el domingo al Zamora en el Amenabar Arena (18.00), lo que sería igualar la mejor racha de resultados de la temporada. Recuperar el averaje pasará a un segundo plano. En Zamora, el Gipuzkoa Basket perdió por nueve puntos, 84-75.
La virtud del equipo de Mikel Odriozola es que ha sido capaz de ganar de dos formas diferentes en apenas cuatro días. Al Valladolid le derrotó por el acierto que tuvo desde el 6,75 –comenzó con seis aciertos de siete intentos– y a partir de ahí jugó a placer.
En Torrelavega costó mucho más. Se tuvo que rehacer de un no muy bien inicio y tuvo que picar piedra para meterse en el partido. De hecho, empató a falta de cuatro segundos para el final con una acción de Vrankic y en la primera prórroga con un triple de Ander Martínez, su única canasta del choque.
Lucas N'Guessan y Daishon Smith le han cambiado el paso al equipo. Siempre que llega alguien nuevo supone un estímulo para el resto y tanto el gigante neerlandés como el escolta de Florida se han ido acoplando y aportando su granito de arena. Con N'Guessan el equipo posee algo de lo que hasta ahora carecía: alguien muy grande que haga a los rivales pensárselo dos veces a la hora de lanzar cerca de canasta. En ataque, todo lo que le llega cerca del aro la mete para abajo y ha demostrado que sabe leer cuándo debe pasar el balón a sus compañeros. Promedia siete puntos, cuatro rebotes y un tapón por encuentro.
Lo mismo se puede decir de Smith, quien hizo 15 puntos ante el Cartagena sin entrenar, se fue hasta los 17 ante Valladolid y el domingo anotó 12 frente a Cantabria. Lo que ha demostrado Smith es que es un jugador muy vertical, con espacios y a acampo abierto un gran penetrador, y tiene muchos puntos en sus manos. Conforma junto con Johnson y Mateo Díaz las principales armas exteriores del GBC.
Quedan nueve encuentros para acabar la ligar regular donde los de Odriozola tratarán de mirar siempre hacia arriba pero si los resultados en el corto se complican, quizá haya que mirar hacia atrás. El choque ante el Zamora del próximo domingo en Donostia, junto otros contra Oviedo, Castelló, Menorca o el último en casa contra Ourense serán claves para calibrar las opciones de los guipuzcoanos de alcanzar el noveno puesto.
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