«No dormí ni un minuto de tanta emoción, tengo el cuerpo agitado de alegría»

– De tanta emoción no he dormido ni un minuto. Lo he intentado, pero no había manera, el cuerpo lo he tenido bastante agitado, pero agitado de tanta alegría. Estoy todo el rato intentando ponerme en el sitio, pero la alegría te saca de ahí. Lo que nos ha regalado y emocionado Pau ha sido increíble y no hay palabras para describirlo.

- Sigue asimilando lo que ha conseguido.

– Acabo de terminar de entrenar, sin haber dormido toda la noche, ahora estoy pensando que tengo que comer un poco y en volver al agua. Ha sido impresionante lo que ha hecho este chico. Lo vale todo. Estoy muy orgullosa. Hiciera lo que hiciese hubiera estado igual de orgullosa, pero es que es muy grande lo que ha hecho. No os podéis imaginar lo difícil que es... Pau ha mostrado carisma, naturalidad, ganas y esa ilusión para afrontar situaciones como las del otro día.

- ¿Recuerda la bajada o la emoción ha hecho que se le borre de la cabeza?

– Fue increíble, yo estaba muy, muy nerviosa. Se me hizo bastante duro el momento en el que se colocó para salir, pero verle bajar con esa garra y esas ganas fue lo máximo. Hizo unas maniobras con una dificultad y una perfección que me dejaron sin palabras.

- Y tocó esperar a que bajaran los demás contrincantes.

– Esa espera se me hizo muy larga. Le veía ahí solo con los deportistas sentado en el 'kiss and cry' y sufría por él. Con esa tensión el pobre viendo el resto de marcas... La celebración fue grandiosa.

- No sé si se va a tatuar esa marca de 88.87 que ya ha pasado a la historia.

– Espero que no se lo tatúe –ríe–. Hizo ese tiempo además con un mini toque, que al principio no lo vi. Lo hizo con la hebilla del casco, marcó 86 segundos, cuando el mejor tiempo de la semifinales fue 89. Ane, mi madre, mi hermana, toda mi familia estaba al otro lado en la grada y cuando bajó yo ya les decía que era tiempo de medalla. La espera se hizo larga, todos sufrimos y lo vivimos con una gran intensidad. Gracias a Pau por ser tan valiente, por ser ese tiburón en el agua y por ser tan buen chaval. Ese carisma que tiene nos encandila a todos.

-¿Le dio algún consejo antes de su descenso?

– Intento no estar mucho con él en esos momentos. Le dije que disfrutara, pero prefiero dejar al deportista tranquilo. A mí me gusta que me dejen tranquila para poder concentrarme en lo que tengo que hacer. Le animé y le dije que fuese a por todas.

- ¿Esta medalla le retrotrae al bronce que logró en Londres?

– Para mí ha sido lo más, porque estar aquí con Pau era algo muy especial. Hacer lo que ha hecho no es comparable con nada.

- ¿Cómo afronta ahora el regreso a la competición en kayak cross?

– Llevo todo el día intentando enfocarme en lo mío, este viernes me tuve que ir antes para descansar, pero llegué un poquito más tarde de lo normal. En estos momentos tengo que hacer lo mío. Pau está con los amigos y ya habrá tiempo para la celebración, aunque creo que el jueves hicimos la gran celebración. Esto ya nos queda para siempre. Siempre digo que familia unida nunca será vencida y la verdad es que tengo mucha suerte de tenerlos.

- Cuarta medalla para la familia y otra más para el piragüismo guipuzcoano, que es un valor seguro.

– Los jóvenes que vienen son una gran inspiración. Muchas veces me preguntaban antes de los Juegos sobre los consejos que le daba yo a Pau y realmente no se los doy. Los jóvenes me muestran a mí qué es lo que hay que hacer y aprendo muchísimo de ellos.