Susana, Andrés, Iñaki, Martín. Llopis, Nacho, Gari y Nico, todos amigos del nadador, celebran en oro en París.
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Iñigo Llopis: «Entre la cafeína y la emoción por el oro, apenas pude dormir. Estoy en una nube»

El donostiarra ha logrado su mayor éxito deportivo al colgarse el oro en unos Juegos Paralímpicos. «No hay nada que se asemeje a esto», confiesa

Álvaro Vicente

San Sebastián

Lunes, 2 de septiembre 2024, 06:43

Iñigo Llopis (San Sebastián, 1988) atiende a este periódico camino del entrenamiento porque no hay tiempo para celebraciones después de la medalla de oro conseguida el sábado en la prueba de 100 metros espalda. El nadador de Basque Team está feliz.

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– ¿Se alargó mucho ... la fiesta?

– No, la verdad. Al final, como todavía quedan más pruebas, dos más individuales y dos relevos, tampoco podía hacer mucha fiesta. Eso sí, entre la cafeína y la emoción, me desperté a las 3 de la mañana y terminé pasando una mala noche. Apenas pude dormir. Estuve horas sin pegar ojo. Estoy en una nube. Pero, bueno, que todo sea así después de ganar un oro en unos Juegos. Estoy muy feliz.

– En esas horas sin poder conciliar el sueño, ¿volvió a ver repetida la final?

– En mi cabeza. Le daba vueltas a lo que había conseguido porque es muy grande. Por un lado quería dormir porque mañana (por hoy) tenemos el relevo y hay que estar a tope, y por otro lado me mantenía despierto pensando en lo mucho que he peleado para conseguir esta victoria.

– Lograr acercarse a su mejor marca en una final de unos Juegos son palabras mayores.

– Es lo que todo deportista desea: acercarse a su mejor nivel el día más importante. Hubiera sido bonito también bajar la marca, pero bueno, llegando el primero, pues tampoco nos importa mucho ahora mismo, ¿no? Al final, también hacerlo aquí, tiene mucho valor.

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– ¿Cómo recuerda la final?

– Mi idea era que en el primer 50 no se alejasen mucho de mí porque siempre pasan más rápido que yo. Pude llegar bien colocado al viraje, vi que estaba con ellos y que la oportunidad se me estaba presentando. Desde ahí ya casi ni abrí los ojos. En la vuelta, de menos a más, fui ganando metros hasta terminar muy fuerte. Cuando llegué a la pared tuve un par de segundos para asimilarlo y explotar.

– ¿Ganar una medalla de oro en unos Juegos es diferente a cualquier otra medalla? ¿Qué lo hace distinto?

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– Ganar el oro el año pasado en el Mundial fue la bomba, pero esto es algo único, es diferente. Para empezar el escenario. Nadar ante 17.000 personas es la bomba y luego la repercusión. No hay nada igual.

– ¿Qué le dijo la reina Letizia?

– Estuvo muy atenta, cercana. Me dio la enhorabuena y me preguntó por el calendario que me quedaba porque tiene intención de acercarse a más pruebas. Que esté con nosotros en un importante respaldo.

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– ¿Dónde ha guardado la medalla?

– No me dormido con ella colgada del cuello de milagro. La tengo en mi habitación. Tengo confianza en Carlos (Martínez), mi compañero de la selección con el que siempre duermo, así que está a buen recaudo.

Resaca

«No me he dormido con la medalla colgada al cuello de milagro. La tengo en mi habitación a buen recuerdo»

– Supongo que ya habrá visto que amigos y familiares suyos se reunieron en San Sebastián para seguir su prueba.

– Sí, algo he visto, fotos. La verdad que es muy chulo. Luego he tenido la suerte de que algunos amigos han venido a París a estar conmigo así que todo ha salido a pedir de boca. También he visto la portada de DV. Es muy grande lo conseguido. Es importante que el deporte paralímpico tenga reflejo y si mis éxitos ayudan a crecer no habrá mejor recompensa. Siempre digo que con la natación, he vivido experiencias increíbles. Es una manera de que otros puedan ver que no se tienen que quedar en casa sin hacer nada sólo por su discapacidad. Hay que encontrar la manera de hacer lo que uno se proponga a su manera. Con discapacidad o no.

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– En esa reunión en San Sebastián estaba Richard Oribe de quien se acordó usted.

– Richard, al que le conozco desde que era un crío, ha intentado enseñarme cómo hay que comportarse tanto en la piscina como fuera, y nos ha enseñado a todos a poder lograr cosas así. Y Javi (Aymerich), seguro que desde donde esté, seguro que ha estado empujando y animándome.

Persecución

«Si mis éxitos ayudan a crecer el deporte paralímpico no habrá mejor recompensa que eso»

– El equipo de fútbol del Real Madrid, en el que su aita es entrenador de porteros, cambió el horario de su entrenamiento por ver su final.

– Siempre digo que a final de temporada soy su hijo y cuando empieza la natación, él es mi padre. Que un equipo como el Real Madrid pare su entrenamiento para ver mi prueba es la leche. Están muy pendientes de mis resultados, siempre me apoyan y solo les puedo estar agradecidos.

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– ¿Siente que la medalla ha llegado cuando tenía que llegar, en su madurez deportiva?

– Sin duda. Estos son mis terceros Juegos. A Río fui un poco de rebote por el tema de Rusia (estuvo sancionada). Me lo tomé como un premio a un año muy duro. Esos Juegos eran poder disfrutar de la experiencia. Todo es diez veces más grande. Llegabas a la piscina y era una fiesta. Yo había competido sólo en unos Europeos, con una grada de nadadores y familiares. Llegué a Río y me quedé flipado. Tampoco tenía presión. No logré ni una final, un noveno puesto fue lo mejor. Me dio esa experiencia, porque unos Juegos te pueden sorprender. A Tokio iba con el chip de que quería mi medalla en los 100 metros espalda (fue plata). Río me ayudó a que en Tokio no me pillara todo de sopetón. Porque te imaginas que es la bomba, pero hasta que no lo vives no te das cuenta de todo lo que supone. En los Juegos, todo el mundo quiere estar pendiente de todo, pero lo importante es nadar.

– ¿Qué objetivos tiene en las pruebas que le quedan por conseguir?

– El objetivo realmente es el mismo: intentar mejorar mis marcas o estar cerca de mis mejores tiempos. Pelear por las medallas es más complicado, pero ya veramos. Seguiré centrado en lo mío, sin pensar en los demás para tratar de dar mi mejor versión.

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Zudaire, octava en la final de 200, y Mitxelena, fuera en tiro

Nahia Zudaire quedó octava y última en la final de los 200 metros libres disputada este domingo. «Llegaba undécima en la lista de inscritos y llegar a la final era un objetivo, así que estoy contenta porque la marca también ha sido buena. Hacer dos pruebas en un mismo día no es fácil y lo he sacado adelante», confesaba la nadadora de Basque Team. Por otra parte, Fernando Mitxelena no pudo pasar a la final en la clasificatoria de rifle de aire 10 metros de pie clase SH2 mixta al ocupar la decimoctava plaza. Mitxelena logró una puntuación de 633.5, lejos del serbio Dragan Ristic, quien obtuvo 638.4. Pasaban ocho a la final.

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