A. V
San Sebastián.
Lunes, 2 de septiembre 2024, 02:00
Teresa Perales (Zaragoza, 1975) se citó con la historia el sábado y terminó con una medalla de bronce y un tiempo de 1:10.95, por lo que iguala el récord de Michael Phelps. La 'Sirena del Ebro' ha cazado al 'Tiburón de Baltimore', ... aunque hubo unos instantes de suspense. La cuarta, la italiana Angela Procida, que se había quedado a dos centésimas de la española, presentó una reclamación que fue desestimada. Al fin, el sueño se hizo realidad. La nadadora llevaba muchos años pensando en este momento. Una amplia sonrisa ha sido su inseparable compañera de viaje en un reto que comenzó a cocinarse, así, a fuego lento, desde Londres 2012. Momento en el que tanto ella como Phelps alcanzaron las 22 medallas. Cuando el estadounidense se retiró con 28 en la saca (23 oros, 3 platas y 2 bronces), la zaragozana encontró el estímulo —o la excusa, como ella misma bromea— para seguir adelante. Ese ha sido el motor para plantarse en sus séptimos Juegos (Sídney, Atenas, Pekín, Londres, Río, Tokio y París) con 48 años y 27 medallas (7 oros, 10 platas y 10 bronces). Por ello y por su otras muchas virtudes fue premiada este año en la gala Cinco Estrellas que organiza este periódico en el hotel María Cristina.
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Desde Tokio 2020 su discapacidad ha ido en aumento. Ha tenido que reinventarse, que empezar de cero después de dos décadas de éxitos y aprender a nadar sólo con el brazo derecho, el malo hasta entonces, como dice ella. Ha perdido prácticamente la movilidad en su mano izquierda, que ahora lleva con una férula negra en la que hay escritas todas las ediciones de Juegos en las que ha participado: desde Sidney 2000 hasta París 2024. Ya tenía la medalla al pundonor. Ahora también tiene la medalla física.
Aquella niña que soñaba con ser médico e irse a las misiones terminó estudiando Fisioterapia y añadiendo experiencias. Ha sido diputada del Partido Aragonés Regionalista, inspirado cómics (Teresa Perales Cómics), escrito dos libros ('Mi vida sobre ruedas' y 'La fuerza de un sueño'), protagonizado un documental (La teoría del Espiralismo), actuado en un cortometraje (Servicio técnico), vivido aventuras extremas como nadar con tiburones y después de sus incursiones en la docencia, ahora también es coach. Por no olvidar su 'papel' de madre y esposa. Nano y Mariano estuvieron entre el público. También quería la medalla porque lleva un trocito de la torre Eiffel y fue en el restaurante que hay en ella donde su marido le pidió matrimonio hace 20 años.
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