Se definen como defensores del papel, «románticos por los cuatro costados», porque en un momento en el que el deporte del surf está volcado en lo audiovisual, en el que no hay surfista que no explote la potencialidad de las redes sociales para hacer llegar ... a sus seguidores su última maniobra, ellos han apostado por lo «tangible», por recuperar «la buena costumbre de seleccionar con tranquilidad una fotografía y acompañarla de un buen texto, lejos de las prisas y la inmediatez».
Publicidad
De Aritz Aranburu Por Javi Muñoz
Autoeditado 130 páginas
Precio: 35 euros
Puntos de venta: Por el momento en tiendas de surf y en aritzaranburu.com
Han casado el hábito oculto de Aritz Aranburu (Zarautz, 1985) a dejar por escrito en cuadernos y folios sueltos sus reflexiones «más íntimas» realizadas a lo largo de su dilatada carrera deportiva con el «extenso» fondo gráfico acumulado en viajes surferos por el fotógrafo hondarribiarra Javi Muñoz 'Pacotwo'.
El resultado, el primer libro que repasa la trayectoria personal del que sigue siendo el primer surfista nacido y formado en suelo europeo que compitió en la máxima categoría del surf, el selecto Top44, hoy WCT, de la mano del inquieto fotógrafo que ha sido sombra de los mejores surfistas de nuestro territorio y del que Aranburu dice «se ha ganado la confianza y amistad de surfistas porque no solo ha puesto el ojo en el deportista y la ola sino que ha contextualizado las fotografías». Algo que corrobora el propio 'Pacotwo', quien no tiene problemas en reconocer que ha «huido del fotógrafo que se asienta en la orilla con el teleobjetivo en la mano; siempre he buscado algo más».
Por eso no estamos ante un libro propiamente de surf, de una sucesión de fotografías de olas y paraísos idílicos, sino de un relato visual de Aritz –o 'Potxoka' como le apodan sus allegados– a través de los ojos de Pacotwo. El volumen, de 130 páginas, se presenta mañana en sociedad en Madrid. Antes este periódico ha tenido acceso en exclusiva al mismo cuando ambos protagonistas daban los últimos retoques en Zarautz.
Publicidad
A Madrid le seguirán presentaciones en Barcelona, Sopelana, San Sebastián y Zarautz, sin descartar la posibilidad de abrir el abanico a localizaciones de Francia y Portugal, donde Aranburu tiene un notable tirón.
El recorrido de esta «reflexión íntima» por parte de Aritz arranca en su primer baño hace veinte años en Roka Puta, una rompiente próxima a Zumaia que 'Paco-two' inmortalizó con su cámara, y acaba en el «último viaje» que hicieron juntos hace un año a Tahití, a la ola de Teahupoo. Ese camino, a «partir de las fotografías», ha llevado a Aritz «a viajar hacia dentro para abrirme al exterior», según confiesa. «No sin vértigo porque una cosa es escribir sabiendo que nadie lo va a leer y otra distinta publicar mis reflexiones», afirma. Así que no tiene problema en reconocer que este trabajo ha supuesto «un desafío muy bonito» que además «me ha permitido pararme a reflexionar sobre lo mucho que me ha dado el surf más allá de lo deportivo».
Publicidad
Aranburu desvela que «desde hace años» viene escribiendo «reflexiones o cosas que me motivan». Ese ejercicio lo ha hecho «muchas veces» en los aviones cuando se pasaba más de cuarenta semanas al año fuera de casa porque «ese era el único momento en el que estaba desconectado del mundo y en el que más me podía abrir a nivel emocional».
Ese ejercicio le ha podido ayudar a adentrarse en un nuevo escenario que ni él sabe «a dónde nos va a llevar», confiesa con cierto pudor en alusión al libro publicado. «El miedo que he tenido al enfrentarme al folio en blanco es el mismo que puedo tener ahora al no saber qué respuesta podemos tener del público. Desde luego le hemos puesto mucho cariño y cruzamos los dedos para que eso llegue al lector, que no tiene por qué ser aficionado al surf». Han sido largas jornadas para seleccionar las fotografías que luego han llevado a Aritz a escribir sus reflexiones de su puño y letra. «De alguna forma me he enfrentado a lo desconocido. Es más o menos lo que nos mueve a los surfistas: viajar para surfear en olas que hemos visto antes en revistas o que han pintado las paredes de mi habitación cuando era un adolescente con surfistas a los que idolatraba y con los que después tuve la suerte de competir codo con codo. Esa magia es la que hemos tratado de reflejar en el libro».
Publicidad
Aritz ha tirado de apuntes, de «recortes de DV que recogían mis victorias» como la conseguida en casa en 2007 y de conversaciones con amigos y familiares para dejarse llevar destapando secretos guardados en los más de veinte años de carrera profesional en la que pasó de promesa a realidad. De surfear en Zarautz, Mundaka y Hossegor a hacerlo en las inhóspitas aguas de Namibia donde rompe la que él considera la mejor ola del mundo, una izquierda eterna bautizada con el nombre de Skeleton a la que se llega tras horas y horas en todoterreno por el desierto. «Aquel viaje en 2010 me abrió los ojos», confiesa al recordar su primera vez en Namibia. «Hasta que no llegas allí es imposible hacerse a la idea de lo que te vas a encontrar. Es una ola muy potente que dura más de un minuto, lo que es una barbaridad. La sensación de surfearla es indescriptible. Las emociones son muy fuertes. Tuve la suerte de surfearla con amigos y aquello me abrió los ojos», relata.
Se refiere a que hasta ese momento, siempre según recoge en el libro, su foco estaba puesto «única y exclusivamente en la competición» y desde ese viaje contempló la posibilidad de llevar su carrera por otras latitudes, hacia proyectos vinculados a su deporte pero con otro espíritu. «El surfista que compite normalmente aterriza en el lugar de la prueba, compite hasta que queda eliminado y ya está pensando en la siguiente. Quizás, en algunos momentos, también fui uno de ellos, estaba metido en esa rueda porque no tenía opción en esa carrera por mejorar cada día y subir puestos en la clasificación, pero siempre he tenido presente que viajar permite ver otras realidades y siempre que sea posible hay que hacer que ese viaje merezca la pena. ¿Cómo? Hace poco hicimos una recolecta de 400 tablas y las pusimos en manos de una onegé que las han llevado a países de África en las que poder surfear les hace evadirse de su dura realidad y tener un día mejor».
Publicidad
Ahí cruza la reflexión con el fotógrafo 'Pacotwo' para quien el surf va más allá. «Me gusta lo que hay alrededor de la ola y por eso también he huido de la foto de surf habitual en la portada del libro –es la imagen que preside este reportaje–. Es una fotografía que da juego a interpretaciones». Aranburu aparece remontando la ola de Teahupoo en Tahití que tantas alegrías le dio porque fue allí donde derrotó al once veces campeón del mundo, Kelly Slater. El zarauztarra parece volar bajo las espumas o las nubes. Depende. La respuesta está en el libro.
Aritz Aranburu va a pelear por una plaza en los Juegos Olímpicos de París del año que viene, que celebrarán su prueba de surf en las aguas de la colonia francesa de Tahití, en la ola de Teahupoo, a 15.000 kilómetros de la torre Eiffel. El zarauztarra ha sido seleccionado para competir con España en el Mundial que se celebra en El Salvador a finales de mes, de donde saldrán cinco de las veinte plazas de los JJ OO. El mejor de cada continente tendrá billete, cuatro más se asignarán a los finalistas del Mundial del año que viene en Puerto Rico, diez serán surfistas del circuito CT, y la última plaza no está claro cómo se asignará. «Me estoy preparando para ello y voy a pelearlo. Es un bonito reto y una recompensa mayúscula», dice Aritz.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.