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La remodelación es un proyecto pendiente. Panorámica del miniestadio con las porterías de rugby en el césped. Estrada
El Biarritz Olympique, en el miniestadio: las claves de un ambicioso proyecto
Rugby

El Biarritz Olympique, en el miniestadio: las claves de un ambicioso proyecto

El club biarrot está dispuesto a abonar 15 millones en la remodelación de Anoeta a cambio de jugar sus partidos y con un plan estratégico deportivo que implicaría al rugby guipuzcoano y vasco

Álvaro Vicente

San Sebastián

Domingo, 14 de enero 2024, 14:41

Los dirigentes del Biarritz Olympique (BO) están decididos a participar económicamente con 15 millones de euros en la remodelación del miniestadio de Anoeta, haciendo de esta instalación un estadio con capacidad para 11.000 espectadores, a cambio de poder jugar sus partidos como local en el mismo, como adelantó este periódico el pasado 24 de diciembre. Pero hay más. Su deseo no se queda ahí porque detrás de esta propuesta hecha al Ayuntamiento de San Sebastián, con el alcalde Eneko Goia al frente, con el respaldo de su homóloga en Biarritz, Maider Arosteguy, hay un proyecto deportivo transfronterizo que implica a los clubes guipuzcoanos y vascos para la formación de jugadores y entrenadores con un objetivo último: un equipo que compita en el Top14 bajo la denominación Euskal Herria Rugby y otro en la División de Honor española. El BO tiene el dinero y el proyecto muy avanzado y preparado para arrancar cuando el Ayuntamiento donostiarra dé el visto bueno. El consistorio deberá decidir si sigue adelante con su proyecto para remodelar el miniestadio, con poco más de mil asientos ampliables a tres mil, o hace suyo el proyecto del BO. Estas son las claves del proyecto:

El club: el Biarritz Olympique. Antes de profundizar en la propuesta, conviene desgranar al Biarritz Olympique Pays Basque (BO), un club con más de cien años, fundado en 1898, pero con una trayectoria profesional corta de poco más de veinte años aproxidamente que coincide con el impulso de la liga profesional francesa en el año 2000. Es por tanto uno de los fundadores de la considerada mejor liga del mundo, uno de los 30 -los 14 del llamado Top14 y los 16 que tienen esa licencia en Francia-. El gran impulsor, el que situó al equipo entre los mejores de Francia hace dos décadas, fue Serge Blanco, tótem del rugby mundial, con el respaldo financiero de Serge Kampf. Fruto de esa unión, los biarrots ganaron ligas (2002, 2005 y 2006, que se sumaron a las ya conquistadas en 1935 y 1939) y fueron finalistas de la Heineken Cup en 2006 y 2010, además de ganar el Challenge Europeo en 2012. Pero esos tiempos de bonanza deportiva y financiera empezaron a languidecer cuando el patrón Serge Kampf falleció en 2016. El club no se había preparado para ese momento, no había hecho un proyecto sin la figura de Kampf, sin los ocho millones que inyectaba cada temporada este mecenas, y poco a poco fue cayendo en lo deportivo y económico hasta la segunda división, en la que está hoy. Tras una etapa convulsa en la que no fructifica la fusión con el otro club importante de rugby de Iparralde, el Aviron Baiona, Jean-Baptiste Aldigé accede a la presidencia en 2018 con ánimo de devolver al BO al lugar que merece, respaldado económicamente por la fortaleza de Louis-Vincent Gave, cofundador y CEO de GaveKal Capital, una firma de inversiones radicada en Hong Kong, inyectando tres millones de euros anuales. Esta cantidad sigue siendo corta para los presupuestos que se manejan en Francia. Hoy sin 30 millones es difícil competir en el Top14.

Las bases del proyecto

  • Euskal Rugby Taldea. El Biarritz Olympique se compromete a poner de su parte para que su equipo juegue en el Top14 bajo esa nueva denominación con jugadores de los dos lados del Bidasoa. «Un equipo de país en la mejor liga del mundo», defienden.

  • Proyecto deportivo transfronterizo. El BO pondría sus técnicos y conocimientos en favor del rugby guipuzcoano y vasco, creando un centro de formación de primer nivel en el miniestadio de Anoeta.

Competencia con el Aviron. Mientras en los últimos años, el BO trataba de resituarse, el Aviron Baiona se ha hecho fuerte. Está en el Top14 y ha levantado un nuevo estadio con capacidad para 16.900 espectadores. Le ha ganado terreno al BO en poco tiempo. Esa fuerza se escenifica en su estructura económica principalmente. Siempre según fuentes próximas a la dirección del BO, Aviron Baiona se ha hecho con el negocio del rugby en Iparralde, limitando el margen de crecimiento del BO. Es aquí donde nace el interés del BO por dar el salto a Hegoalde con un proyecto que tiene su razón económica pero también deportiva, como se detallará más adelante.

El Aviron Baiona habría captado ya el 75% del posible «negocio» en torno al rugby que se mueve en Iparralde. Se cifraría en una bolsa de ocho millones de los doce que se calcula pueden captarse al otro lado del Bidasoa alrededor de este deporte.

Unica condición

El Biarritz aportará 15 millones de euros a la remodelación del miniestadio si puede jugar sus partidos como local

Ese negocio al que se refieren en el BO y sobre el que los clubes de rugby sustentan buena parte de su presupuesto es lo que se denomina el 'hospitality' de los estadios, que no es otra cosa que las localidades por las que particulares o empresarios pagan para tener servicios que van más allá del juego en sí mismo, como nuevas experiencias y otras actividades que enriquecen la visita.

Según números que ofrece la liga francesa de rugby, el 65% del presupuesto de los clubes se sustenta en esos asientos 'hospitality', el 25% corresponde a los derechos televisivos (un club del Top14 percibe alrededor de 8 millones por temporada y 3 uno de Segunda) y solo el 5% corresponde a la venta de entradas. El rugby en Francia, por tanto, sigue teniendo un componente territorial, carece de la proyección internacional del fútbol y por tanto no hay firmas dispuestas a pagar millonadas por aparecer en la camiseta de un equipo.

Proyecto

El proyecto dibuja un estadio con capacidad para 11.000 espectadores en el que se seguiría practicando atletismo

El Toulousse, considerado uno de los mejores, cuenta con 5.000 localidades destinadas al hospitality a un precio medio de 4.000 euros cada una. Ese es su fuerte. Mientras, el estadio de Aguilera, en el que el Biarritz juega sus partidos, solo tiene 500 asientos 'hospitality' -se agotaron en una semana en el último ascenso al Top14-. Su crecimiento por este camino está limitado porque Aguilera, con capacidad para 13.500 espectadores, se ha quedado obsoleto y principalmente por la fuerza que ha ganado el Aviron en Iparralde. El BO calcula que en el miniestadio podría crecer sin la competencia tan cercana del Aviron. Sus gestores están convencidos de que situando al equipo en Anoeta el retorno económico sería «mucho mayor» y su crecimiento «imparable». También en lo deportivo pese a estar ahora en Segunda.

El proyecto del miniestadio. Jean-Baptiste Aldigé y su equipo proponen la remodelación del miniestadio de Anoeta dando forma a un moderno recinto con capacidad para 11.000 espectadores, de los que 3.000 estarían destinados a 'hospitality.' El miniestadio pasaría a ser un recinto en el que se seguiría practicando atletismo -gradas retráctiles volarían por encima del tartán en los partidos del BO- y que podría albergar otros acontecimientos deportivos o culturales como conciertos de tamaño medio. El BO, a través de su fondo inversor en Hong Kong, participaría económicamente en la operación con 15 millones de euros con la única condición de poder jugar sus partidos como local en San Sebastián a sabiendas de que la instalación seguiría siendo pública.

Respaldo

Once clubes guipuzcoanos han avalado ya el proyecto del Olympique para la formación de técnicos y jugadores

El club nunca se deslocalizaría, seguiría radicado en Biarritz, entre otras razones porque así lo obliga la ley en Francia. Un equipo no puede jugar 49 kilómetros más lejos de su sede, una norma aprobada hace tres años sabiendo los rectores de la liga francesa que esta posibilidad del Biarritz Olympique de jugar en Sa Sebastián se podía dar en algún momento. Su alcaldesa, Maider Arosteguy, se ha comprometido a remodelar la instalación de Aguilera, su centro social, de entrenamiento y formación, para que siga siendo un club de la ciudad. Arosteguy, quien ha escenificado sus diferencias con Aldigé en repetidas ocasiones en el pasado, hoy es una de las principales impulsoras para que el BO juegue en San Sebastián. De la mano de Aldigé, Arosteguy ha presentado el proyecto al alcalde Eneko Goia. El BO, apuntan sus rectores, tiene el dinero y el proyecto para arrancar «ya mismo».

¿Y el rugby guipuzcoano? La apuesta del BO por San Sebastián va más allá. Es un proyecto deportivo que pretende fortalecer el rugby a este lado del Bidasoa. «Es la primera vez que cualquiera de los grandes clubes de Iparralde muestra interés en compartir su experiencia y sabiduría con nosotros», resalta un histórico del rugby guipuzcoano. «El Aviron y el Biarritz han venido a jugar en Anoeta en más de una ocasión, han traído su fiesta y sus gentes. Y como han venido, se han ido hasta la siguiente. No han dejado nada para el rugby guipuzcoano», insiste este mismo dirigente. Así lo han firmado ya once clubes guipuzcoanos que ven una oportunidad para fortalecer su deporte. Encaja también en el interés de la Federación Vasca, con su presidente Iñaki Rica a la cabeza, en desarrollar la formación de jugadores y técnicos.

En lo alto de la pirámide

Euskal Herria Rugby competiría en la liga profesional francesa y otro equipo en División de Honor en España

El proyecto deportivo del BO se escenificaría en un equipo bajo la denominación Euskal Herria Rugby que ocupe el sitio del BO en el rugby profesional de Francia y otro conjunto que compita en División de Honor en España. «Es la oportunidad del País Vasco de jugar como país en la mejor competición de clubes de rugby del mundo», defienden fuentes próximas a la dirección del BO. El equipo jugaría con una gran ikurriña en la parte delantera de su camiseta según el diseño presentado. San Sebastián contaría con el mejor rugby del mundo de manera sistemática cada quince días, para lo que el BO está dispuesto a sentarse con la Real para no coincidir en fechas de partidos.

El Miniestadio pasaría a ser el centro de formación referente en Hegoalde con un proyecto que no existe en la península. El BO ofrecería su experiencia, sus técnicos y sus jugadores para crear un centro de entrenamiento y formación al que podrían acudir escolares y adultos. En este centro se obtendría el diploma JIFF, el que abre las puertas del mercado laboral en el rugby francés. Desde el BO se subraya que su proyecto «viene a fortalecer el rugby».

El Union Bordeaux Bègles, un ejemplo a seguir en el Top14

La liga francesa apoya el proyecto porque abriría un nuevo mercado –traer las semifinales del Top14 el pasado año escondía este interés del BO ya conocido en París– y porque ha comprobado que proyectos similares que nacieron de forma similar hoy son referentes. Se pone el ejemplo del Union Bordeaux Bègles, nacido tras la fusión en 2006 del Stade Bordelais y del Club Athlétique Bordeaux-Bègles Gironde, ambos en segunda división en ese momento. En mayo de 2011 logró el ascenso al Top14, en mayo de 2015 se clasificó por primera vez para la Copa de Europa y hoy arrastra a 23.000 aficionados en cada partido. En un primer momento primó lo económico sobre lo deportivo. Hoy es uno de los proyectos más sólidos.

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