Donostia escucha al Biarritz de rugby

El proceso, polémico en la localidad vascofrancesa, empieza el 15 de febrero de este mismo año. El Biarritz había pedido antes al Ayuntamiento de la ciudad de Iparralde una reforma en su estadio Parc des Sports d'Aguilera debido a su estado y con el objetivo de reparar el terreno. El reto es atraer público y generar nuevos ingresos que permitan, a largo plazo, equilibrar las cuentas de un club estructuralmente deficitario y que acaba de subir al Top 14, la élite del rugby en Francia. Los dueños del BO quieren jugar en un campo que tenga en torno a 15.000 espectadores y que sea moderno, no como el antiguo Aguilera, que alberga a unos 13.500 aficionados.

Ante las negativas de la alcaldesa, que esgrime que no dispone de suficiente dinero público para semejante modernización, el presidente del club, Jean-Baptiste Aldigé, y propietario, Louis-Vincent Gave, pusieron sobre la mesa la posibilidad de trasladar los partidos del club a otra localidad. Entre las opciones, dos lugares adquirieron un peso significativo: la norteña ciudad de Lille y San Sebastián, que ha acogido en varias ocasiones en Anoeta partidos de Liga y de competición europea del Biarritz, debido a su cercanía, apenas 50 kilómetros.

Si la primera sede ha perdido algo de fuerza, la segunda sigue en el candelero. Eneko Goia, en una entrevista al diario Sudouest, ha dejado claro que no cierran las puertas al conjunto vascofrancés. El alcalde donostiarra ha escuchado al club. «La propuesta me pareció interesante y se trabaja conjuntamente en un proyecto transfronterizo, en el que el Ayuntamiento de San Sebastián sería un actor clave. Tenemos un proceso continuo y un canal de discusión abierto. Estamos sopesando las posibilidades existentes y las alternativas», comenta. Eso sí, el regidor donostiarra precisa que de momento solo hay un «proyecto en borrador en el que se propone que los partidos del Biarritz se puedan albergar en San Sebastián. El resto de actividades se desarrollarían, en principio, en Biarritz, aunque no entramos en este tipo de detalles».

Goia insiste, en todo caso, en que todo lo que se haga debe ser de la mano del Ayuntamiento y la alcaldesa Arosteguy, y reitera que «el principal obstáculo es su financiación. Existe una dificultad innegable que es el aspecto económico de tal proyecto, que representaría un costo muy alto. No me atrevería a dar cifras. Es demasiado prematuro», por lo que aún «no tenemos la solución». El primer edil añade que «la cooperación podría conducir a la creación de una especie de equipo de rugby transfronterizo».