Fotomontaje del proyecto que ha presentado el Biarritz Olympique para la reforma del miniestadio de Anoeta con gradas retráctiles para la convivencia con el atletismo.

Rugby

Donostia rechaza el proyecto del Biarritz

El alcalde Goia renuncia a que el club biarrot participe en la remodelación y juegue sus partidos en el Miniestadio de Anoeta

Álvaro Vicente

San Sebastián

Miércoles, 31 de enero 2024, 01:00

No habrá rugby de élite ni proyecto deportivo para el crecimiento de este deporte en Gipuzkoa. El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, trasladó ... ayer a su homóloga de Biarritz, Maider Arosteguy, su rechazo al proyecto que el Biarritz Olympique había puesto encima de la mesa para participar en la financiación de la reforma del miniestadio, con 15 millones de euros, con la única condición de que el equipo de rugby pudiera jugar sus partidos como local en el recinto de Anoeta.

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En la reunión entre alcaldes celebrada ayer en Biarritz, con el presidente del Biarritz Olympique como testigo, Goia alegó los inconvenientes para la ciudad que supondría tener a diez mil aficionados cada quince días en un entorno como el de Amara ya castigado por el fútbol y los diferentes acontecimientos que se celebran en la zona a lo largo del año, además de las pegas que supuestamente conllevaría para la convivencia con el atletismo.

La decisión de Goia –respaldada por su socio de gobierno (PSE) y por la segunda fuerza en el consistorio donostiarra (EH Bildu), según trasladó en la reunión– supone que el Ayuntamiento mantiene su proyecto de remodelación del miniestadio, por el momento sin fecha de inicio, focalizado en el atletismo. La reforma, según los diferentes planteamientos de los últimos años, hará del miniestadio un recinto con capacidad para dos mil espectadores con sus dependencias interiores renovadas.

El Biarritz Olympique, de la mano de su alcaldesa Arosteguy, había propuesto una instalación moderna con capacidad para diez mil personas en la que su equipo, hoy en la segunda división gala, pudiera jugar sus partidos como local. Para afrontar esta operación el club biarrot cuenta con el respaldo económico de un fondo inversor radicado en Hong Kong dispuesto a participar con 15 millones de euros. Esa propuesta se completaba con un proyecto deportivo transfronterizo que implica a los clubes guipuzcoanos y vascos para la formación de jugadores y entrenadores con un objetivo último: un equipo que compita en el Top14 bajo la denominación Euskal Herria Rugby y otro en la División de Honor española. El miniestadio pasaría a ser un recinto en el que se seguiría practicando atletismo –gradas retráctiles volarían por encima del tartán en los partidos del BO– y que podría albergar otros acontecimientos deportivos o culturales como conciertos de tamaño medio. «Era el mejor proyecto deportivo que había llegado nunca desde Iparralde», apuntan quienes están en el día a día trabajando en favor del rugby vasco.

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La final europea, a San Mamés

El rechazo a este proyecto coincide con el anuncio de que San Mamés volverá a organizar la final de la Champions Cup. Como ya hiciera en 2018, en un partido que aún sigue siendo el que más asistencia (52.282) ha acogido el recinto bilbaíno, el estadio del Athletic albergará en 2026 el partido por el mayor título continental del deporte del balón ovalado.

Bilbao será de nuevo, ocho años después, la capital del rugby europeo. Un evento que mueve masas más allá de nuestras fronteras y que, con Francia, Irlanda e Inglaterra como las grandes referencias, asegura un desplazamiento masivo de sus aficionados.

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