Los Eagles destronan a los Chiefs en una noche negra de Mahomes

Los Philadelphia Eagles destronaron a los Kansas City Chiefs en Nueva Orleans e impidieron que el conjunto de Misuri entrase en la historia como el primero que gana tres Super Bowls de forma consecutiva. No dieron opción alguna a los defensores del título los de Pensilvania, que barrieron de principio a fin a un equipo irreconocible para cobrarse venganza por la derrota que sufrieron dos años atrás en el State Farm Stadium de Glendale (Arizona) y devolver el Trofeo Vince Lombardi a la franquicia siete años después de que esta estrenase su palmarés doblegando a los New England Patriots en Minneapolis.

Con una actuación defensiva impecable, los Eagles asfixiaron a un Patrick Mahomes que no pudo superar nunca el cerco al que le sometieron y volaron en ataque a lomos de un estelar Jalen Hurts, incuestionable MVP de la Super Bowl LIX. Estupendamente protegido en todo momento, al contrario de lo que le sucedió al quarterback de los Chiefs, Hurts gobernó con puño de hierro una final en la que no hubo más color que el verde de los Eagles.

Los pupilos de Nick Sirianni dieron un repaso monumental a un equipo que parecía inabordable y acabaron con la tiranía de los de Misuri en un partido que demostró que Mahomes también es humano. Pasará mucho tiempo hasta que el quarterback de los Chiefs, que completó un encuentro desastroso, olvide la humillación que sufrió en Luisiana, donde la abrumadora superioridad de los Eagles en las gradas se vio acompañada por una incontestable victoria sobre el terreno de juego que baja los humos a una tropa que se sentía invencible.

Masacraron los Eagles a los Chiefs en una primera parte demoledora por parte de los aspirantes y de paupérrimo desempeño por lo que atañe de los defensores del trono. Apenas 23 yardas recorridas, un 0 de 6 en terceros downs convertidos, un solitario primer down alcanzado y un sangrante cero en su casillero de puntos resumieron el destrozo que sufrieron los hombres de Andy Reid antes del intermedio.

Resultó impresionante la exhibición que realizó el conjunto de la ciudad del amor fraternal en los primeros 30 minutos. No solo lograron los Eagles cortocircuitar por completo el ataque de los Chiefs, que acumularon errores groseros y no supieron dar en ningún momento el espacio necesario para que Mahomes desplegase su talento, sino que consiguieron imponer también su poderío ofensivo sin necesidad de recurrir a su arma más destructiva, un Saquon Barkley que se fue al descanso sin acaparar focos, en buena medida por la sobrevigilancia a la que le sometieron los de Misuri.

No precisó de una aportación significativa por parte de su running back estrella Philadelphia, que marcó territorio desde el inicio de la mano de un acertadísimo Jalen Hurts e hizo gala de una valentía y agresividad que sorprendió a los campeones de la AFC. Abrieron el marcador los de Pensilvania mediado el primer cuarto con un touchdown de Hurts, que aprovechó el prácticamente imparable 'tush push' que patentaron los Eagles hace dos años para poner a rebufo a los Chiefs.

Protegido por la línea ofensiva más alta y pesada en la historia de la Super Bowl, Hurts se movía sin apuros frente a una defensa que hacía aguas. Ampliaron distancias los Eagles al poco de comenzar el segundo periodo con un field goal de 48 yardas convertido por Jake Elliott y dieron un nuevo golpe encima de la mesa a renglón seguido con dos sacks consecutivos sobre Mahomes seguidos de una intercepción por parte de Cooper DeJean que el cornerback novato transformó en un touchdown para festejar el día en el que cumplía los 22 años. Nadie lo había conseguido antes.

Los tres errores que enlazó Mahomes en un suspiro evidenciaban el cúmulo de problemas a los que se enfrentaban los Chiefs, sojuzgados por la brutal defensa de la que hicieron alarde los Eagles y blandísimos a la hora de frenar los ataques de su oponente, hasta el punto de desquiciar al mítico Steve Spagnuolo. Imposible completar una peor primera parte, que acabó con otro error de Mahomes que propició una nueva intercepción por parte de los Eagles como preludio de un nuevo touchdown de los de Pensilvania, materializado esta vez por A.J. Brown (24-0). Era la tercera vez en toda su carrera que Mahomes se marchaba al descanso sin conseguir que los Chiefs anotasen ni un solo punto. Asombroso.

Precisaban una machada los Chiefs en la segunda parte, pero los Eagles siguieron campando a sus anchas. Comenzó a aparecer Saquon Barkley, que terminó superando el récord de mayor cantidad de yardas terrestres recorridas en una temporada que ostentaba Terrell Davies desde hacía 26 años, y Jake Elliott aumentó la sangría con un field goal de 29 yardas (27-0). Levantar tamaña losa se antojaba imposible y se convirtió en una quimera con el touchdown de DeVonta Smith tras un envío soberbio de Hurts que colocaba el 34-0 en el marcador. «Fly Eagles Fly» rugía la parte verde del Caesars Superdome.

Iban a la desesperada ya los Chiefs, que debían lavar al menos la pésima imagen que estaban ofreciendo, y Mahomes se sacó al fin un conejo de la chistera. Estrenó el novato Xavier Worthy el marcador de los Chiefs anotando el touchdown tras un gran envío del quarterback (34-6). Fue la primera alegría de los de Misuri en una noche para el olvido.

Aumentó sin embargo Jake Elliott la renta de los Eagles con un field goal de 48 yardas (37-6) y volvió a castigar la defensa de Pensilvania a Mahomes, cazado por sexta vez en un partido, algo que no le había sucedido nunca. Elevó la masacre Jake Elliott convirtiendo otro field goal y los touchdowns de DeAndre Hopkins y Xavier Worthy en la recta final solo sirvieron ya para maquillar el marcador (40-22) por parte de unos Chiefs que se vieron obligados a enterrar la cabeza cual avestruces tras el repaso que les dieron las águilas.

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