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Sobre el deporte, como fenómeno pujante en el territorio de Gipuzkoa con aristas que van más allá de la competición y el resultado, reflexionó el viernes el foro 'Gipuzkoa en forma', evento que reunió a más de doscientos invitados en el lugar de encuentro en ... el que se ha convertido 'DV Gunea'. La planta baja de la sede de EL DIARIO VASCO en el Parque Tecnológico de Miramon albergó a representantes de los numerosos deportes practicados en Gipuzkoa y asistió a una mesa redonda protagonizada por el director de Fútbol de la Real Sociedad, Roberto Olabe, la piragüista Maialen Chourraut –tres medallas olímpicas–, el entrenador de baloncesto Pablo Laso –22 títulos con el Real Madrid–, el golfista José María Olazabal –dos chaquetas verdes en Augusta–, la fundadora de 'Habituatea' Amagoia Eizaguirre y Nerea Salinas, entrenadora entre otros deportistas de Lucas Eguibar desde su centro Equilibrium.
Los seis participaron en una tertulia moderada por el jefe de Deportes de DV Álvaro Vicente. Los valores inherentes a la actividad física, tanto si se practica con ánimo competitivo como si responde a un fin meramente ocioso, sirvieron de hilo conductor de la charla.
Roberto Olabe empezó con una reflexión acerca del proceso de fichaje de un jugador en un ámbito tan profesionalizado y exigente como el fútbol en Primera División. Personalizó la cuestión en Brais Méndez –8 goles y 4 asistencias en lo que va de temporada–, cuya adaptación en el club ha sido tan rápida como satisfactoria. «Más allá de sus características técnicas, va a ser importante la aproximación al jugador. Cómo conoces al jugador. Es importante que esos encuentros no sean inmediatos a la incorporación. Hay que valorar cuándo les vemos, qué les contamos y, sobre todo, qué ven ellos en nosotros. Qué es lo que interpretan de lo que ocurre en este club. Para el rendimiento va a ser importante la adaptación de un jugador y el primer paso en esa dirección tiene que ver con lo que él identifica sobre qué es lo que generamos entre todos aquí».
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Olabe explicó la conveniencia de que el futbolista que se va a incorporar entienda la idiosincrasia que rodea no solo al club, sino a su entorno. Por ejemplo, que «empezamos construyéndonos desde el capital social existente. Hablo del impacto que tiene en Gipuzkoa la presencia del abonado, por encima del 5%. Hablo de la relación con los clubes convenidos. De una manera de hacer. Todo eso fue lo que vio Brais en un proceso de relación que empezó hace tres años».
Desde los intangibles de un club grande, Maialen Chourraut transitó hasta el valor de la bondad en una persona individual a la hora de ser deportista. «Eso de que para ser buen deportista hay que ser buena persona es una afirmación muy generalizada. En el deporte habrá de todo. A mí, al menos, me gusta ser buena persona e intento serlo. Me parece que es importante porque somos referentes para la sociedad. Hay mucha gente que nos mira. Cómo no vamos a actuar de forma correcta cuando somos un escaparate. Sientes una satisfacción interior cuando colaboras y eres parte de la sociedad».
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félix morquecho
arizmendi
Trasladó el moderador la idea del comportamiento individual a quien ha recibido el sobrenombre de 'caballero del golf' y elaboró su tesis Olazabal. Citó «el respeto a los contrarios, el cumplimiento de las normas y la ética de trabajo. Hoy tenemos una tecnología que nos ayuda a estudiar y analizar muchas cosas. Roberto y Pablo conoceréis todas las estadísticas rivales y nosotros también contamos con estudios biomecánica del movimiento. Cuando empezamos no teníamos estos elementos. Nos apoyábamos en los compañeros, en los que teníamos al lado. Es muy difícil mantener un gran nivel a lo largo de una temporada, siempre llega el momento complicado, y el tener la ayuda o apoyo del compañero, con el que vas a tener que competir, crea relaciones y vínculos. Al final, te ganas el respeto de compañeros que son contrarios».
Roberto olabe
pablo laso
maialen chorraut
No solo el compañerismo. La práctica deportiva sirve para transmitir más valores en la vida, tal y como subrayó Amagoia Eizaguirre. «El deporte te ayuda a extrapolar todos esos valores a todas las facetas de la vida. El practicado a nivel popular te lleva a tener disciplina, por ejemplo. Sirve de base para que como persona vayas evolucionando. Nuestros mayores enemigos somos nosotros. Nuestros mejores amigos deberíamos ser nosotros. A esa relación contigo mismo ayuda el deporte. Ahora se habla mucho de gestión emocional. El deporte es el antídoto que más ayuda a trabajar la salud mental. Por eso estoy muy contenta de haber nacido en un entorno en el que el deporte forma parte del ADN. Vivo en Madrid y allí no tiene tanto arraigo».
El espíritu de superación fue otra de las aristas que abordó la mesa redonda, de la mano de Nerea Salinas, quien incidió en la idea de «la necesidad de encontrar un equilibrio». Consciente de que el deporte lleva consigo «intentar una y otra vez el objetivo, puede ocurrir que perdemos ese equilibrio emocional y nos expresamos hacia fuera en vez de hacia dentro. La ausencia de enfermedad no quiere decir que estás saludable. El deportista que se supera continuamente siempre tiene un efecto primario, que es el que todos vemos, y otro secundario, más a largo plazo y que deja poso. La clave está en cómo volver a ese equilibrio porque además la idea es envejecer mejor».
La intersección entre individuo y grupo fue otro gran foco de debate. «A veces hay gente que tiene unos valores que no son buenos para tu equipo», sentenció Laso. «Igual son buenas personas, pero no para mi grupo. En mis equipos he intentado que el grupo transmita unos valores, más que un jugador meta una canasta. Intento que sean importantes para lo que luego quiere desarrollar el equipo. ¿Eso asegura ganar? No. Igual tener mejores jugadores te acerque más a la victoria. Pero yo soy de los que creo que me va a acercar más a ganar tener un buen grupo, no sé si de buenas personas, pero sí de personas que sean capaces de trabajar juntos». Laso desveló que «desde fuera, ahora que vivo en Madrid, sí que percibo algo de esto en la Real. Sin embargo, al vitoriano no le tembló el pulso a la hora de discrepar con Olabe en el siguiente punto.
El director de Fútbol del club txuri-urdin se refirió a la frase «somos como jugamos, jugamos como somos», que a su entender «encierra algo súper potente: desde el modelo de identidad que tenemos, hasta el modelo de juego, porque creo que es participativo, transverseal, integrador... Refiere a muchas de las cosas que proponemos desde la propia sociedad. No es solo la Real. Va más allá de un club. Ahora mismo estamos en ese tiempo en el cual tenemos el reto de cambiar el capital social y convertirlo en capital emocional, y tenemos que hacerlo a través de los valores adecuados».
Pablo Laso puso la chispa a la mesa redonda a raíz del lema citado por Olabe. «¿Somos como jugamos? Yo vivo cerca de donde entrena el Atlético de Madrid y allí pone 'luchamos como hermanos'. Y veo el túnel del Manchester City y también hay una frase que dice no sé qué. Sinceramente, huyo de estas frases. Si yo digo en el vestuario que hay que luchar como hermanos, igual uno me dice que el suyo está en Cabo Verde. Las frases están bien, pero cualquiera pinchamos en internet y las buscamos. Es como en la mili. El valor se presupone. Pues he visto tíos muy 'cagaus' en la mili. El primero yo. Estos estereotipos de lo que tenemos que ser son algo que se debe transmitir en el día a día y en el trabajo. Esos valores no pasan por una frase sino por que el jugador entienda qué es lo que pretendes para que luego le puedas decir que esto o aquello no está bien. Huyo de prototipos. No vale ponerlo en una pared y que sea el lema. Es algo que cuesta mucho tiempo y es importante conseguir. Con una frase no vas a convencer a alguien para que te dé lo que quieras».
Se incorporó a la discusión la formadora Eizaguirre. «Lo que sirve es lo que a tí te ayuda. La clave está en la autogestión. ¿Puedes ser humilde y ambicioso? Es importante definir qué es humilde o ambicioso. Lo que a veces ocurre en equipos y empresas es que hay falta de comunicación. Cada uno entiende algo diferentes. Es importante definir las palabras para que todos estén alineados. A mí sí me gustan las frases. Lo que nos decimos nos afecto a cómo actuamos. Si la frase la entiendes bien y la interiorizas, incide en la reprogramación mental».
Animado Pablo Laso, y sabiendo que se metía en otro charco, no dudó en hacerlo. «Yo no creo en los psicólogos deportivos en deportes de equipo. No creo. Creo en el psicólogo deportivo en un deportista. Seguro que Maialen tiene uno. Tavares tendría que tener uno. Se tiene que dar una situación muy personal. Tiene que haber una motivación muy personal».
Puso un ejemplo para que los presentes le entendieran. «Tuvimos una derrota muy amarga. Nos robaron una Copa a la cara. El equipo se quedó echo polvo. Reuní a todos en un momento tan difícil para que todos dijeran lo suyo. ¿Sabéis qué soltó uno? 'A mí la prima no me la van a pagar'. Su motivación era económica. No es una crítica. Es verdad. Quién le va a pagar. Si yo meto a un psicólogo en un grupo de veintitantos cuando a uno lo que le importa es la prima, otro lo que quiere es jugar mañana para resarcirse y otro... En cambio, soy defensor del psicólogo deportivo personal. Todos necesitamos ayuda. El club es el que tiene que intentar que es motivaciones personales vayan de la mano. El gran mérito es que las motivaciones personales no se distraigan y valgan para que un grupo pueda seguir creciendo».
Este tema dio pie a que Maialen Chourraut realizara una revelación personal. «A mí siempre me ha costado mucho competir. Mi sensación ha sido que no soy buena competidora. Que entrenando saco más brillo a lo que hago. A los 17 años entré en el equipo nacional y ahora tengo 39. Pues fue a finales de 2020 cuando vi que unos cuantos trabajaban con psicólogo, con Joxean Arruza concretamente, y yo le dije que quería trabajar con él. Ahí empezó nuestra relación».
Después de eso, la de Lasarte-Oria ha logrado una plata en los Juegos Olímpicos de Tokio, no sin preocupaciones por el camino. Después de Río me costó encontrar mi sitio. Iba detrás de una lesión y no levantaba cabeza». ¿Cómo lo hizo? La receta es clara. «Desde los 17 años hasta los 39 he pasado mil etapas personas y profesionales diferentes, pero mi objetivo diario ha sido mejorar. ¡Me fascina buscar la mejora! Me fascina meterme en el agua o incluso estar en casa cenando y pensar cómo puedo ser mejor al día siguiente».
josé maría olazabal
Recogió el guante Olazabal, otro que sabe que durante una larga trayectoria hay momentos dulces y amargos. «Todos los deportistas van a pasar por situaciones difíciles y a veces es complicado darle la vuelta. Yo sí creo que un psicólogo a nivel individual va a ser positivo. Te da herramientas para enfocar la situación de una manera diferente y que sea más llevadero. Yo tuve que dejar de competir dos años. Casi no podía andar. Y es duro porque tú crees que tienes cualidades para competir y tienes que ver a tus rivales por televisión. Le das vueltas a la cabeza. ¿Volveré a jugar? Ayuda tener un buen apoyo familiar, o el de un psicólogo, que te haga ver las cosas de otra manera. Te das cuenta incluso de que no todo es deporte en la vida. Lo pasé mal, pude darle la vuelta y empecé a encontrarme mejor, a practicar otra vez. Volví a la competición y a conseguir triunfos. El deporte nos prepara para esos momentos. La llamada resiliencia. Hay veces que pienso que el deporte es ingrato en general. Tú sabes, cuando empieza la temporada, que vas a fracasar más veces que las que vas a triunfar, y tienes que estar preparado para eso. Es importante que seas capaz de levantarte del suelo. Te hace ser mejor persona y mejor deportista».
Nerea Salinas enlazó con el tema al asegurar que «mi trabajo no consiste en tratar las fortalezas del deportista, sino identificar sus puntos vulnerables y acompañarle». Puso sobre la mesa una de las frases de la jornada. «O ganas, o aprendes; no se pierde». Y lo explicó. «Solo en el proceso, has aprendido y eres mejor».
La presión emergió como otro de los elementos de análisis a la hora de analizar los factores del deportista y, una vez más, Laso fue tajante. «La presión la tiene todo el mundo. ¿Que en el Real Madrid es mayor? Mentira. ¿La Real no la tiene? ¿Maialen no tiene presión? ¡Todo el mundo tiene presión. La presión te la pones tú. No puede ser que te la pongan otros. En Madrid tienes que ganar, pero también te dan herramientas par ganar. En Donostia me dijo el jefe: 'No te voy a pedir ganar todos los partidos, pero tenemos que estar aquí'. Eso podría ser presión. Tú tienes que asumirla. Si creo que no puedo ir a un lugar, el primero que no voy a ir soy yo. Si vengo a San Sebastián y me dice el jefe que tenemos que ganar la liga Endesa, le digo que 'suerte y apoyo'.
Y el acento también se puso en la responsabilidad del formador del deportista. Roberto Olabe mencionó «naturalizar» ese proceso. «Somos defensores de que no buscamos al chico o chica extraordinario, buscamos al que tiene algo extraordinario. A partir de ahí, nos encargamos de acompañarle mejorando todo lo que necesite. En Europa se habla mucho de los clubes que aciertan en la transición del filial al primer equipo. Aquí la transición la entendemos a los 12, 13 o 15 años. Entendemos que un jugador tiene potencialidades, algo por lo que merece estar ahí. Luego es darle estabilidad al proceso y naturalidad. El joven no nace preparado. Vamos a acompañarle, a hacerle partícipe del proceso. Vamos a mirar con naturalidad la posiblidad de que Aihen debute en el Bernabéu. Si lo que percibe es vértigo, seguro que él también va a sentir vértigo. En la Real los jugadores son buenos porque no saben que podían ser de otra manera».
Olazabal, aprovechando este tema, hizo hincapié en la capacidad de los profesionales en ayudar a generaciones venideras. Citando un proyecto en el que colabora con Basque Team, habló de que «tenemos que aportar a la sociedad transmitiendo los conocimientos adquiridos en toda una trayectoria para ayudar a los que vienen a que sigan luchando. Me refiero a hacer lo que está en nuestras manos para que tengan más facilidades para llegar alto».
El golfista hondarribiarra abordó asimismo la coherencia en la vida como en el deporte cuando se le preguntó por la división que hoy existe entre el circuito PGA y el saudí. «Yo soy tradicionalista. Este nuevo circuito lo que ha llegado es con un montón de dinero. Ha comprado una serie de jugadores. Yo soy más partidario de llegar a lo más alto a través de los méritos conseguidos en el campo. Aquel es un circuito cerrado de 48 jugadores y juegan entre ellos, lo hagan bien o mal. En el PGA tenías que ganarte tus derechos de participación para el año siguiente. Si no, tienes que ir a un sistema de clasificación. Respeto la decisión de los jugadores que han ido al circuito saudí, donde veo un conflicto es en que también quieran ser partícipes de lo que tenemos en el PGA o el tour europeo. No comulgo con esa idea. Si tomas una decisión en la vida, la tomas con todas las consecuencias. Querer soplar y sorber al mismo tiempo suele ser complicado».
Dejar de sacralizar el resultado es otra de las enseñanzas que dejaron los ponentes. Pablo Laso contó que «ha habido días en los que he perdido y me he ido contento. Aquí me pusisteis a parir, la prensa digo, cuando entrenando en Donostia perdimos un partido. Me acuerdo que el equipo contrario se puso en zona y quedaban 10 minutos. Tiramos nueve triples solos. No metimos ninguno y perdimos. Si has conseguido tirar solo... Es como si la Real pierde y ha fallado seis penaltis».
El evento terminó con un buen sabor de boca. Chourraut aseguró que «París (los Juegos) es un sueño. Tengo ganas de coger la mochila todos los días y trabajar por el sueño, sabiendo que lo importante es el camino. El aprendizaje de todos los días».
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