Herri Kirolak

Gari Garmendia: de los 7,26 kilos a los 200

Esa nueva ilusión es la de ser harrijasotzaile. «Tenía claro que 2022 sería mi último año como atleta. Competí por última vez en julio», recuerda el idiazabaldarra. Vestía la camiseta de la Real Sociedad (se formó en el Txindoki), llegó a ser internacional sub20 en un encuentro en Portugal, colecciona medallas conseguidas en Campeonatos de España de categorías inferiores, pasó cinco años estudiando y entrenando en Estados Unidos, su mejor marca con la pesada bola fue de 15,87 metros. «Tenía claro que quería seguir compitiendo. No tenía ningún tipo de duda. Me llena muchísimo. Dudaba entre un deporte de equipo, que es lo que me faltaba con el atletismo, y uno de fuerza». Indeciso, se vino arriba y probó al mismo tiempo con el balonmano (en Ordizia) y el levantamiento de piedras, en la 'Joseba Ostolaza harri-eskola'.

«He jugado a balonmano durante prácticamente toda la temporada, pero me hacía daño en el Aquiles. Como harrijasotzaile, en cambio, me he adaptado bastante bien, más rápido de lo esperado», confiesa Gari, consciente de que aún tiene mucho que aprender pero conocedor también de que va por buen camino. «Perurena, Izeta y mi entrenador, Joseba Ostolaza, me dicen que siga currándomelo, que si soy constante voy a mejorar». El ya exlanzador de peso va a Orio un par de días a la semana «a tocar piedra», aunque es en su garaje, en Idiazabal, donde hace gimnasio. «Me monté ahí una buena zona para entrenar durante la pandemia».

¿Competir? Ya lo ha hecho. «Cuando empecé a entrenar pensábamos que no sería hasta este verano cuando lo haría, pero todo fue muy rápido y me estrené en una exhibición al mes y medio de empezar. Hubo un lesionado y me animé. Ya en enero me estrené en una competición de verdad. Este deporte me gusta porque hay modalidades muy diferentes. En el lanzamiento de peso hay un círculo que mide siempre lo mismo, un tipo de concurso que es siempre igual, una bola que siempre pesa lo mismo... Aquí la cosa cambia mucho: en primavera es época de 'harri-txikia, con muchas repeticiones y para los que tienen caja; en verano, harri-baldarra (piedras irregulares), de habilidad; y en invierno, harri-handiak, de hasta 200 kilos y con competiciones de unos tres minutos tratando de levantar la piedra el mayor número de veces posible».

Gari está probando «de todo. Quiero conocer todas las modalidades y más adelante ya valoraremos cuál se me da mejor o cuál me motiva más». Sus 130 kilos de peso y su fuerza le ayudan (270 kilos tiene de marca personal en sentadilla, 250 en peso muerto, 170 en pectoral, 150 en cargada...), pero también los rápidos movimientos de cintura que es capaz de hacer gracias a lo aprendido en el atletismo. «Estoy seguro de que me está ayudando muchísimo todo lo que he entrenado con el lanzamiento de peso. Mi adaptación está siendo muy buena. Cada vez somos más los que estamos llegando a este deporte desde otros. Y creo que esto es muy interesante».

Tanto la ama como el aita de Gari eran 'herri-kirolariak'. Y a finales de enero, coincidiendo con las fiestas de Idiazabal, madre e hijo pudieron enfrentarse en una exhibición. «Su grupo de hace años y mi cuadrilla nos medimos practicando en diferentes deportes. Yo intenté levantar una piedra de 200 kilos. Y lo conseguí».

En estos pocos meses que lleva 'jugando' con las piedras también ha tenido tiempo para salir en un programa de televisión. «Fue en ETB, en 'Harri-herri'. Entré como reserva». Y, por supuesto, ya le ha hablado de este deporte a otros lanzadores de peso. «Creo que Dani Pardo, leonés que fue en mis últimos años compañero en la Real, lo haría muy bien. Y Lorenzo Hernández, granadino, ya me ha dicho que quiere probar». Quién sabe si más de uno acabará como harrijasotzaile...