Joaquín Alonso: «Ojalá pueda estar el año que viene en el Mundial absoluto»

– ¿Contento con el resultado del Mundial? ¿Se esperaba estar en la final? ¿Y el récord de España?

– Yo sabía que llegaba muy bien, que estaba en un gran momento. Me esperaba hacer un buen resultado. Sabía que si las condiciones acompañaban, el tiempo que haría sería bueno. Me tocó correr la semifinal más rápida y batí el récord de España (era 50.41). Al ver el tiempo en el marcador me sorprendí, pero en realidad me olía que podía mejorar mi marca (50.94).

– ¿Sabía cuál era el récord de España?

– Lo supe en junio cuando corrí en 50.94 (supuso batir el récord de Euskadi absoluto). Fue en ese momento cuando empecé a pensar que podía ser alcanzable. No me esperaba ese crono. Yo buscaba estar cerca de la mínima para el Mundial sub20 (51.50), pero es que la hice por mucho. Después de esa carrera en Durango en la que mejoré muchísimo, no he tenido pruebas en buenas condiciones. Un 400 vallas con viento se hace muy duro...

– De 52 a 50... sin pasar por 51.

– Así es. Tenía 52.55. Y en 2023, que fue mi primera temporada corriendo 400 vallas, llegué a hacer 53.15. Ha sido este 2024 cuando ya me he tomado en serio las vallas largas. Y los resultados han sido mejores incluso de lo esperado.

– ¿Con qué sueña ahora?

– Sé que será muy difícil, pero ojalá pueda estar el año que viene en el Mundial absoluto. Depende de la progresión que tenga. Otro de los objetivos de 2025 será el Europeo sub23. Ahora me tomaré unas semanas de descanso, la pista cubierta la plantearemos sin presión y al aire libre ya será otra historia.

– Antes hacía las vallas cortas, ¿no? ¿Por qué se pasó a las largas?

– Llevo desde los ocho años practicando atletismo. Siempre entre Hondarribia e Irun, en el BAT. La primera vez que hice unas vallas cortas fue en 2022. Y en 2023, durante la pista cubierta, también entrenaba para ello. No fue hasta el verano pasado cuando empecé con las vallas largas. A mí me gustaban las cortas, pero por mi físico y forma de correr me decían que probara el 400. Yo dudaba, pero poco tardé en darme cuenta de que, efectivamente, me venía mejor la prueba larga.

– ¿Por qué empezó con el atletismo?

– Era el más rápido de clase. Incluso ganaba a los mayores. Por eso elegí el atletismo. Y, además, siempre he sido muy competitivo.

– ¿No ha practicado ningún otro deporte?

– Suelo ir con los amigos a surfear. Aunque ahora, como es normal, ya me están cortando. Como estoy teniendo buenos resultados... Es lo que toca. Me gusta, pero entiendo que haciendo surf tengo riesgo de lesionarme.

– Su segundo apellido es Pasquini. ¿Tiene sangre italiana?

– Mis padres son argentinos, aunque yo ya nací en Donostia. Ellos se conocieron en Argentina y, como la situación no era la mejor allí, se vinieron. Mi abuelo era de Lugo. Y, sí, mi madre tiene antepasados italianos.

– ¿Alguno de ellos practicó atletismo?

– Mi madre hizo en el colegio, pero lo dejó pronto. Mi padre hacía taekwondo. No tengo ningún familiar que haya practicado atletismo a buen nivel.

– ¿Además de entrenar, ¿estudia?

– Estudié en Talaia, en Hondarribia, hasta la ESO, después el Bachiller lo hice en Pío Baroja, en Irun, y ahora estoy estudiando Ingeniería Mecánica en la UPV. Me está costando. No me fue demasiado bien el curso pasado. A ver si los profesores me ayudan un poco más, porque este año con las concentraciones, competiciones... no ha sido fácil.