Se confirmaron los peores presagios. Lucas Eguibar tiene roto el tendón de aquiles de su pierna izquierda y dice adiós a la temporada. El snowboarder donostiarra se lesionó de gravedad ayer mientras disputaba la final de consolación de la prueba de la Copa del Mundo ... que se ha celebrado en Cortina D'Ampezzo (Italia).
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En un momento de la bajada, Eguibar, que marchaba en segunda posición, trató de encontrar un hueco por el interior para adelantar a su rival y colocarse primero pero, tras realizar un pequeño salto, se tocó con otro corredor y se fue al suelo. El donostiarra, que terminó octavo después de ser tercer en semifinales, supo al instante que no era una caída cualquiera y tuvo que ser atendido en la propia pista, donde se pasó varios minutos explicando a los técnicos lo que había sentido.
Pese a abandonar la pista por su propio pie, aunque apoyado en los sanitarios, ya en el hotel las sensaciones no eran buenas. De hecho, tal y como se puede ver en una 'story' de Instagram, Eguibar expresó que debía pasar por el hospital para conocer el alcance de su lesión.
Tras la exploración, a media tarde de este domingo el rider guipuzcoano ha confirmado que sufre una lesión en el tendón de aquiles y que se despide de este curso. En una publicación en su perfil de Instagram, el campeón del mundo hace dos años ha reconocido que «todavía no me salen las palabras... pero simplemente gracias a todos por vuestro apoyo. Pronto más noticias. Os quiero gente», rezaba el comunicado junto a la fotografía que acompaña a esta noticia.
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No es la primera vez que Eguibar tiene que hacer frente a una grave lesión. Hace dos años y medio, el snowboarder sufrió una grave lesión de espalda tras notar una especia de chasquido mientras disputaba una prueba de la Copa del Mundo en la localidad sueca de Idre Fjäll. En ese momento llegó a pensar en echarse a un lado de la alta competición porque los dolores en la zona lumbar le tenían martirizado. El donostiarra tenía dos protusiones discales así que después de probar diferentes vías conservadoras, optó por someterse en Barcelona a un tratamiento de células madre con idea de poder entrenar y competir sin estar pendiente de su espalda.
Todo eran incógnitas en ese momento porque nadie le aseguraba que podría volver a competir con los mejores. Si se le preguntaba por los Juegos de Invierno de Milán en 2026, él pasaba página. «Quedan muy lejos», zanjaba dejando entrever que no lo veía nada claro.Sin embargo, una vez más, el donostiarra dio un paso adelante. Acostumbrado a pelear con adversidades como el fallecimiento en 2017 de su entrenador Israel Planas (con 41 años) a causa de un infarto cerebral o el accidente en moto de su hermano Nico en 2013 que le dejó en coma y le causó daños cerebrales, Eguibar se repuso y volvió a competir.
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Esta vez no será menos y Eguibar, demostración de constancia y esfuerzo, seguirá dando que hablar una vez se recupere de la grave lesión sufrida ayer en Italia.
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