La suerte de algunos locos

Para quienes ser de la Real forma parte de nuestra identidad, no existe nada más grande que el sentimiento de pertenencia al club de nuestra tierra, una pasión que compartimos además con familiares y amigos. Por eso, la continuidad de Martín Zubimendi en una declaración de amor poco usual en estos tiempos nos ha llenado de emoción y orgullo.

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Sentimientos que podríamos trasladar perfectamente al turf y a lo que significa este día para nuestro hipódromo. Nuestra carrera no es la mejor del mundo, pero tampoco pretende serlo. No es necesario. Se trata de la carrera que nos une cada año a todos los que amamos las carreras de caballos. La de casa, la que compartimos y la que nos ha hecho felices desde que vamos al hipódromo cada 15 de agosto.

Es hora de desterrar a aquellos que se atreven a infravalorar a quienes anteponen los sentimientos. La Real no es el Liverpool, ni el hipódromo de Longchamp el de San Sebastián, ni la Copa de Oro el Grand National... Pero para ser felices ningún lugar como el hogar, junto a los que quieres.