La juventud de Otaño pudo con la experiencia

Eneko Otaño confirmó su progresión como aizkolari y demostró que en la actualidad muy pocos pueden superarle en una plaza. Arria V lo intentó, pero su rival estuvo por encima desde el primer tronco. Solo hubo dos kanaerdikos en los que el veterano recortó la desventaja, justo en el ecuador (en el décimo) y en el decimoprimer tronco. En los 18 restantes Otaño fue más rápido, lo que hizo que la renta aumentara en todo momento.

En la previa, Arria V afirmaba que el aizkolari que cortara en 45 minutos se llevaría la apuesta. Acertó de pleno. La madera que presentaron en la plaza ambos aizkolaris no era tan diferente. Ni la de Orbegozo era tan exigente como se podía suponer, ni la de Otaño era tan buena como se podía pensar. Eran maderas exigentes, pero sin ser excepcionalmente duras o blandas. La madera no fue factor diferencial.

Otaño sacó ventajas considerables desde el primer tronco. De los 17 segundos iniciales, se pasó a una diferencia de 35 en el segundo kanaerdiko. La diferencia entre los troncos dejaba la duda, pero la renta no dejaba de agrandarse en los siguientes kanaerdikos, a pesar de no hacerlo de forma tan abultada. En el sexto, la ventaja de Otaño era de un minuto, y en el noveno tronco ya era de dos. A mitad de trabajo a ambos aizkolaris les separaba un minuto y 52 segundos. Cerca de un kanaerdiko.

La decoración no varió en la segunda mitad del desafío. Eneko Otaño vio que la ventaja no disminuía y que tenía la apuesta encarrilada. Eso encendió al de Beizama, mientras que Arria V se vino un poco. A partir del decimosegundo tronco, los dos minutos de ventaja fueron creciendo hasta los tres en el decimoquinto. Orbegozo peleó sin rendirse hasta el decimoctavo kanaerdiko, con 3:49 de desventaja, pero sabiendo que Otaño estaba cerca de terminar, en los dos últimos troncos se dejó llevar. Realmente los casi seis minutos de renta serían menos quitando esos dos últimos kanaerdikos. Pero la superioridad de Otaño se vio reflejada de forma nítida.

La apuesta demostró que el de Beizama está preparado para retos muy altos y que la edad no perdona. Arria V volvía a una apuesta de aizkora cuatro años después y esa inactividad, unido al paso del tiempo, pudo influir en su rendimiento. El nivel de Otaño puede ser para el futuro un regalo para la aizkora, ya que entre Larrañaga, Vicente, Otaño y porqué no Atutxa se pueden ver duelos espectaculares.