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Gaizka Lasa
San Sebastián
Viernes, 13 de diciembre 2024, 06:50
Entre los participantes de un campeonato de harrijasotzailes no se prodigan ni físicos de profesión, ni siberianos de procedencia. Stepan Tsirkin aúna ambas condiciones y es uno de los ocho inscritos en el Campeonato de Euskal Herria de piedras grandes que tendrá lugar este sábado ... por la tarde (18.00 horas) en Asteasu. De Rusia a Gipuzkoa y de la halterofilia a la piedra, un doble viaje geográfico y emocional explica la presencia del componente exótico de esta competición.
Llegó en 2013 a Donostia con un contrato de tres años como investigador en el Donostia International Phisics Center y en cuanto se asentó en su nuevo destino –vivió en Orio los primeros cuatro años y se mudó a la capital después–, buscó el modo de continuar practicando halterofilia, deporte con el que explotaba su enorme fuerza en Omsk, ciudad cercana a la frontera con Mongolia. «Allí hacía halterofilia y judo. También lanzamiento de peso. Me gusta hacer ejercicio. Y cuando llegué aquí busqué en internet dónde poder seguir con mi actividad». Tenía 27 años y encontró acomodo en el Club Deportivo Zarautz.
Demostró su potencial con un título de campeón de Gipuzkoa y un subcampeonato de Euskadi. «Me lo tomaba relativamente en serio, aunque nunca he sido profesional. Me entrenaba tres o cuatro días a la semana, unas dos o tres horas cada sesión». Con el tiempo, echó raíces en Euskadi. Aquí nació su segundo hijo –vino con su mujer y un niño de dos años– y conoció esa curiosa práctica de unos fortachones autóctonos levantadores de piedras. «Lo vi en la tele y también en alguna plaza. Me gustó». Hace dos años se animó a probar y desde entonces se ejercita en la Harri Eskola de Joseba Ostolaza en Aia.
Desde el inicio advirtió notables diferencias respecto a lo que ya conocía. «Lo más novedoso para mí era tener que hacer varias alzadas. En la halterofilia solo levantas el peso una vez. Me iba mejor aquello», confiesa la mole de 188 centímetros de altura y 125 kilos.
«Le indiqué que aquí el mayor rival es ese objeto circular que cuelga de la pared: el reloj», cuenta Joseba Ostolaza, su maisu. «Esto consiste en levantar cuantas veces puedas la piedra que tienes delante y entra en juego la resistencia. Le cuesta acostumbrarse a eso. También hay que enseñarle a respirar entre alzadas. Ha solido marearse al hacer apneas», concluye el experimentado harrijasotzaile.
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Tsirkin progresa sin frustraciones. Es perfectamente consciente de sus limitaciones. «Los compañeros con los que levanto piedras pueden hacer más repeticiones que yo. Y yo puedo levantar una sola vez más que ellos. Es otra técnica. Cada deporte tiene la suya. Si haces 10.000 veces el mismo gesto, te sale mejor. En ello estoy».
Participó en verano en la Igeldoko Harria en la Plaza de la Trinidad y quedó prendado por el ambiente. «En halterofilia no hay tanta gente. Me parece divertido participar en una competición. Se vive otra sensación. Además, es una motivación. Te ayuda a prepararte. Tengo la intención de seguir compitiendo». Fue séptimo de doce participantes en la Igeldoko Harria con doce alzadas, ocho menos que Mikel Lopetegi 'Urra'.
Tampoco tiene mayores pretensiones para hoy. «Disfrutar y llegar a los números que nos hemos propuesto entre el entrenador y yo para los tres minutos que hay de tiempo en cada ejercicio: cuatro alzadas a la rectacungular de 200 kilos, cinco al cilindro de 175 y seis a la cúbica de 150. Ya veremos qué fuerzas me quedan para la bola de 125 kilos».
Tratará de ir mejorando, pero sin obsesiones. Lo primero son su trabajo –hoy en día en el Centro de Física de Materiales– y su familia: mujer más dos hijos, uno de doce años y otro de nueve, jugadores de hockey hielo y hockey sobre patines respectivamente. «Ya les enseñaré a levantar piedras cuando sean mayores». Mientras tanto, a disfrutar de la cultura vasca. «La txuleta y la sidra son lo que más me gusta».
Urdax Magunazelaia (Abadiño, 1997) es el gran favorito en el Campeonato de Euskal Herria de piedras grandes que se disputa este sábado (18.00 horas) en Asteasu, título que ha ganado los dos últimos años con grandes exhibiciones. El zarauztarra Jokin Eizmendi, que hace un mes se adjudicó en Zizurkil el campeonato de Gipuzkoa, también suma cuatro txapelas, la última en 2021, y tratará de dar guerra al favorito. Junto al siberiano Stepan Tsirkin completan la nómina de ocho participantes Imanol Royo, Gari Garmendia, Xabier Aranburu, Sergio Mielgo y Gorka Etxeberria. El trabajo consistirá en levantar cuatro piedras diferentes en series de tres minutos: la rectangular de 200 kilos, la cilíndrica de 175, la cúbica de 150 y la bola de 125. Ganará quien mayor número de kilos levante.
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