El Super Amara afrontará cinco partidos en quince días tras el parón

Tras la calma viene la tempestad. En este caso el Super Amara se aplica el refrán invertido, teniendo en cuenta que tras este último parón liguero se le vuelven a acumular los compromisos al tener que mediar entre la Liga y la Copa EHF, con cinco partidos en quince días y tres largos viajes. El parón obedece a la disputa de la primera eliminatoria de la Copa, de la que el equipo estaba exento.

Estos contrastes forman parte de la normalidad dentro del calendario de la temporada. A estas alturas ya está olvidado el doloroso empate que obtuvo el Aula Valladolid en Bidebieta y todas las fuerzas se concentran para sacar adelante la eliminatoria contra el Dunaújvárosi húngaro, antiguo Dunaferr, una empresa nada fácil, y seguir firme en la Liga.

En la competición doméstica, el sábado visitará al Porriño y el próximo miércoles recibirá al KH-7 Granollers. El sábado 10 debutará en tierras magiares en la competición continental y antes de resolver la eliminatoria el domingo 18 en Donostia tomará rumbo a Elche, donde recalará en el pabellón El Carrús el jueves 15.

Para Imanol Álvarez esta quincena puede ser un punto de inflexión de la temporada al considerar que los tres partidos ligueros «nos pueden valer para colocarnos bien o mejor en la Liga» mientras que recuerda que lo que está en juego en Europa es «entrar a jugar la fase de grupos».

Del Porriño, que viene de sorprender al HGB Zuazo en Barakaldo, comentó que «es un equipo peligroso en su campo, que ha hecho una plantilla muy completa». De sus efectivos comentó que «estamos con ganas de competir y estamos entrenando muy bien».

El Bidasoa-Irun y el Amenabar-Zarautz disputarán la final de la Euskal Kopa tras superar ayer a domicilio en sus respectivas semifinales al Trapagaran (19-35) y al Egia-Kopidin (20-25).