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ENRIQUE ECHAVARREN
Miércoles, 6 de enero 2016, 12:31
Aitor Zubieta ha vuelto a sufrir en sus propias carnes el azote de las lesiones. El zaguero de Etxarri será operado el martes en Pamplona para solucionar una lesión crónica en el tendón de Aquiles izquierdo y también de una rotura parcial del menisco externo de su rodilla derecha. Se ha visto obligado a decir adiós al Campeonato de Parejas, en el que jugaba con Irribarria. Los médicos estiman que tendrá que estar de baja seis meses.
«Trato de tomármelo con filosofía. He tenido antes varias operaciones importantes de la rodilla y ahora ha llegado esto. Es una cosa a la que nadie se acostumbra, pero hay que asumirlo como viene», declara el zaguero etxarriarra, quien reconoce que «llevaba tiempo arrastrando molestias. En septiembre me estropeé el menisco de la rodilla derecha jugando en Bermeo y me ha seguido dando bastante la lata. Después de San Mateo estuve parado un mes para ver si me recuperaba del menisco. Volví, jugué un par de partidos, en Donostia y Elizondo, y me encontré bien. Pero al tercero tuve la mala suerte de que al cuatro tanto se produjo la rotura del tendón de Aquiles».
Zubieta trata de relativizar su situación y buscarle el lado positivo. «Es lo que me ha tocado y no se puede seguir más tiempo así. Tengo que pasar por el quirófano sí o sí. Ahora tengo que ponerme en manos de los médicos y confiar en que todo salga bien. A partir de ahí, el resto está en mis manos».
Prefiere ser cauto y no marcarse plazos para volver a vestirse de blanco. «Me han dicho que lo del tendón de Aquiles irá más para largo. Los primeros meses serán duros, pero ya estoy acostumbrado. En las otras ocasiones en las que me han operado he llevado bien la rutina de la rehabilitación, alternando los viajes a Pamplona con el tratamiento aquí en Etxarri. Serán sesiones de mañana y tarde. Sé que va a ser una baja larga. Cuando me rompí el cruzado, a los cinco meses ya estaba otra vez vestido de blanco. Estoy deseando que me operen para volver a jugar partidos cuanto antes. Eso es lo que más echamos de menos los pelotaris cuando estamos parados».
Había puesto muchas ilusiones en el campeonato, que se han visto rotas a las primeras de cambio. «Siempre quieres estar bien, también en los torneos de verano, pero para los zagueros el plato fuerte de la temporada es el Parejas, sin duda alguna. El año pasado me salieron bien las cosas -llegó a la final con Pablo Berasaluze- y esperaba sentir las mismas sensaciones con Irribarria. No le conocía mucho, pero me gustaba cómo jugaba. Tenía ilusión por hacer cosas bonitas, pensaba que iría a más a medida que avanzase el campeonato y lo que he hecho ha sido romperme. Me queda la pena de no haberle podido ayudar a hacer un buen campeonato».
Vio por televisión, no se pierde un partido, ganar por primera vez el domingo en el Beotibar de Tolosa a su hasta ahora compañero y a su sustituto, Merino I. «Iker me encantó. Jugó una barbaridad a pelota. Se soltó a mitad de partido, le vi con muchísima confianza, entrando a la pelota sin miedo y le salieron bien las cosas. Lo demás lo tiene. ¿Miguel? Todos sabemos que es un zaguero cumplidor, muy trabajador. Además, ahora está con confianza, con gracia y va a cumplir de sobra en el campeonato. Acaban de lograr el primer punto y seguro que irán a más, pero en esta jornada les tocan Aimar y Urrutikoetxea. Eso son palabras mayores».
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