El Adarraga acaba puesto en pie

Con un llenazo de la época de Titín III, el frontón Adarraga disfrutó por todo lo alto de una tarde (otra) en que Altuna III puso patas arriba el frontón logroñés. Convirtió una combinación desequilibrada por las circunstancias en un duelo vibrante, que se decidió casi por la mínima. El campeón manomanista y Aldabe –sustituto del lesionado Tolosa– acabaron perdiendo 22-20 frente a una pareja de peso como la formada por Zabala y Zabaleta, que con todo su poder no pudieron evitar caer en el juego del amezketarra, un maestro para llevar los partidos a su terreno y enredar en su juego a cualquiera. Zabala debió de salir con dolor de cabeza del Adarraga. Una escapada de zurda de Zabaleta cerró el partido y evitó males mayores para la pareja azul, que salía con el dinero a su favor y pasó un mal trago.

Aldabe, que llegó al profesionalismo a una edad en la que uno ya ha visto cosas, a los 27 años, sabía lo que se le venía encima. Estuvo bien el de Igantzi, pero sin poder pasar a dominar en ningún momento. Con solo nueve meses de profesional y ante una pareja de campeonato, lo lógico es que le tocara ver la espalda de Zabaleta toda la tarde. Zabala salió arrollando, pero Altuna intervino y, una vez más, cambió la inercia del partido, hasta el punto de intimidar al delantero riojano.

La actuación del campeón fue asombrosa, incluso con ingredientes extra respecto a otras. Sin dominar un tanto en todo el partido, se anotó once en jugada y tres saques. No falló ni uno. En el resto de saque del 19-21 entró de gancho casi desde Viana, con los pies entre el cuadro cinco y medio y seis. Zabala no pudo ni moverse. El dibujo del amezketarra puso en pie a la parroquia riojana, entregada ante lo que estaba viendo. Todo el Adarraga brindó una ovación cerrada al campeón, que se extendió a los cuatro pelotaris al final del partido. Los más de cien pelotazales que se quedaron en la puerta ante el cartel no hay billetes lamentaron no haber podido entrar al Adarraga. Hay ambiente de pelota en Logroño estos días, más que en años anteriores.

Aldabe se pasó el partido a remolque, pero defendió y trabajó. Como es normal acusó el ritmo. No está acostumbrado este tipo de envites y enfrente estaba Zabaleta. Hizo un partido completo y supo entrar bien de aire a muchas pelotas. Que el duelo se terminase con ese dos paredes a raíz de una escapada de zurda da una idea de los apuros que pasaron los azules. Un partido que parecía que no iba tener color pudo caer de cualquier lado y acabó con el Adarraga en pie para despedir a los pelotaris, con Altuna de figura.

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