Una vez elegidas, Jaka y Altuna III intercambian las pelotas para probar las del rival ayer en el Bizkaia de Bilbao Luis Ángel Gómez
Pelota

Jokin Altuna, séptima final a los 24 años

Altuna III supera las seis que Irujo y Ogueta llevaban a esa temprana edad en la suma de los tres grandes campeonatos

Joseba Lezeta

Bilbao

Jueves, 24 de diciembre 2020

El propio Jokin Altuna reconoce que para valorar la carrera de un pelotari hace falta una perspectiva más amplia y subraya la capacidad de las grandes figuras de mantenerse a un primerísimo nivel con el paso de los años y pese a la aparición ... de nuevos rivales. El amezketarra lleva seis años y medio de profesional, periodo durante el que ha dibujado un palmarés notable. Sin embargo, a nada que las lesiones le respeten, todavía le queda mucha pelota por delante.

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Lo único indudable es la precocidad de Altuna III al más alto nivel. No se trata solo de su quinta final consecutiva del Cuatro y Medio, logro que nadie antes había conseguido en esta competición. Ni en la corta primera época, entre 1953 y 1957, ni en la ya extensa que arrancó en 1989 y cogió ya a Julián Retegi, dominador de la distancia, con 35 años.

Hay otro registro que refleja la relevancia de la irrupción de Jokin Altuna en el campo profesional. Con la del domingo en el Bizkaia de Bilbao suma a sus 24 años siete finales de Primera, todas individuales. Además de las cinco de la jaula, posee dos en el Manomanista. De momento presenta un palmarés con dos txapelas, pendiente de lo que suceda en el duelo ante Jaka del domingo por la tarde en Bilbao.

Sorprende que el amezketarra no haya despuntado de manera similar en el Campeonato de Parejas, dado que también se maneja de maravilla en esa modalidad. Cargar pronto con la responsabilidad principal en las combinaciones y que la empresa haya recurrido a él para arropar a zagueros más jóvenes o de menor entidad ha condicionado sus resultados.

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«Doy muchísimo valor a mi séptima final», confiesa Jokin Altuna. «Pero acaba un campeonato y empieza el siguiente. Jugaremos el domingo la final y el martes tendremos la presentación del Parejas. No hay tiempo ni para saborear un logro ni para lamentarte de algo que no has conseguido».

Insiste el amezketarra en que «lo más importante es ser consciente de que lo que vale es el presente. Pensar en cosas grandes que he logrado o en derrotas no me sirve de nada. Mi trayectoria en profesionales está siendo buena, disfruto de la pelota, pero debo seguir aprendiendo y mejorando».

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En el acumulado de finales a los 24 años Altuna III supera a su ídolo Juan Martínez de Irujo, otro prodigio de precocidad. El de Ibero llevaba seis a esa edad, repartidas a partes iguales entre el Manomanista y el Campeonato de Parejas. Ganó cuatro. Pocas fechas después de cumplir 25 años, el genial pelotari navarro se plantó por primera vez en una final del Cuatro y Medio. Y venció.

La irrupción del Ciclón

José Mari Palacios 'Ogueta' es otro ejemplo de manista que se codeó con los mejores de su época a temprana edad. Su irrupción coincidió con los inicios de la primera etapa del Campeonato del Cuatro y Medio, lo que le permite equipararse en este tipo de estadística con los pelotaris actuales. El Ciclón se estrenó en una final en 1954 con solo 19 años.

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El caso de Ogueta posee peculiaridades. Su presencia en las finales se circunscribe a ese período de su carrera. Jugó su última final de un campeonato individual a los 24 años, en el Manomanista de 1960, cuando Hilario Azkarate le arrebató la txapela.

Las tres primeras de las seis finales individuales de Ogueta corresponden al Cuatro y Medio; las tres siguientes, al Manomanista. Venció en tres y cayó en tres. Todas llegaron antes de que cumpliera 25 años. Como las siete de Altuna III. Conviene apuntar que Ogueta solo pudo disputar una edición del Campeonato de Parejas, en 1961, ya a los 25 años.

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Apuestas

  • 100-90 a favor de Altuna III pueden ofrecer los corredores antes del partido. Los momios de salida se han equilibrado en las últimas horas debido a que hay movimiento importante de bajistas. Parece que se ofrecerán ochentas o noventas a cienes por abajo. La variación respecto a la final manomanista es notoria. Entonces se cantó 100 a 70 por Altuna III (50 a 100 por abajo).

Altuna III también rebasa en número de finales al campeón manomanista más joven de la historia, Iker Irribarria, presente en cinco: tres del Manomanista y dos del Parejas. El de Arama se ha impuesto en tres de ellas. Números espléndidos los suyos.

También Rubén Beloki y Patxi Eugi llegaron con fuerza al campo profesional y tardaron poco en subir a lo más alto del podio en las grandes competiciones. Pero ambos sumaban menos finales, cinco cada uno, a la edad actual de Jokin Altuna. Beloki tenía tres del Manomanista y dos del Parejas, de las que ganó cuatro y perdió una. Eugi presentaba una mano a mano en toda la cancha y cuatro en el acotado, con un recuento de tres victorias y dos derrotas.

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Las cuatro pelotas elegidas para la final. L. A. G.

El desarrollo deportivo de Altuna III invita irremediablemente a la comparación con Aimar Olaizola, uno de los referentes más cercanos. El de Goizueta había jugado tres finales a la edad actual del delantero de Amezketa, una en cada especialidad. Se había impuesto en una, el Cuatro y Medio de 2002, y había cedido en las otras dos. Quizá en aquel momento alguien osara colgarle la etiqueta de perdedor... Si algo le ha distinguido ha sido justo lo contrario.

Curiosamente, Galarza III -padre de Ladis Galarza- lucía también un cómputo de finales envidiable a los 24 años: tres, las mismas que Olaizola II. Dos correspondían al Manomanista y una al Parejas, competición en la que casi desde un inicio le tocó cargar con peso y dar ventaja en las combinaciones. Tuvo que esperar hasta el Manomanista de 1991, recién entrado en la treintena, para calarse su primera txapela.

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