Irribarria se suma con nota a la causa de un Rezusta enorme

Las cuentas están claras. Cualquier empate con Laso e Imaz beneficia a Peio Etxeberria y Rezusta porque les han ganado tanto en la primera vuelta como en la segunda y el primer criterio para desempatar es el número de victorias. Y la única manera de que el de Bizkarreta y el Oiartzun no queden igualados con ellos a seis puntos es que ganen en la última jornada a Ezkurdia y Martija, por lo que estos se quedarían a lo sumo con cinco, detrás de sus compañeros de empresa. No hay manera de que acaben séptimos.

La derrota en el Labrit, al contrario, inquieta a Laso e Imaz, sustituido por segundo semana consecutiva por Eskiroz. De momento quedan pendientes de lo que suceda el martes en el Beotibar, donde les conviene una victoria de Peña II y Mariezkurrena II sobre Ezkurdia y Martija para garantizar su acceso al playoff. En caso contrario, necesitarían uno de estos dos resultados en la última jornada: la derrota del delantero tolosarra y el zaguero de Berriozar ante Peio Etxeberria y Rezusta en el Labrit o una victoria suya frente a Ezkurdia-Martija en el Astelena.

La presencia de Irribarria revitalizó a una pareja que venía de cuatro derrotas consecutivas. El de Arama se sumó con buena nota a la causa de un fenomenal Rezusta, quien a su habitual seguridad –no falló ninguna pelota– sumó un dominio rotundo en la zaga sobre el voluntarioso Eskiroz y apariciones decisivas tanto a la hora de atacar como de defender. El de Makirriain trató de capear como pudo el temporal.

Irribarria aportó poderío con la zurda, hasta el punto de que la pareja se acercó por momentos al nivel de sus mejores días, entre los que que hay muchos brillantes. El de Arama firmó además buenas jugadas, incluidos tres tantos de saque-remate, y defendió las acometidas de un Laso que le buscó desde lejos la mayoría de las veces y desde cerca en contadas ocasiones. Le sobraron quizá dos o tres acciones inoportunas a la contra, pero este Irribarria ofrece mejores sensaciones que el reciente Peio Etxeberria.

Por momentos dio la impresión de que Laso jugaba en solitario contra dos. Aún así, se aproximó al 17-18 después de ir rezagado 13-18. Lo intentó con casta, con valor, con fe.. Sin embargo, ganar requería apoyarse más en el compañero porque enfrente tuvo a una pareja de verdad, seria y muy superior en pegada.