120 euros para una final descafeinada

Amezketa vuelve a sonreír. Su vecino más ilustre continúa haciendo historia. Pero tiene fans llegados de Abadiño y Ermua, no solo de Amezketa y alrededores. El frontón Bizkaia registró un lleno técnico con 2.733 espectadores que, eso sí, se quedaron con ganas de más. Seguro que duele pagar 120 euros y que la final salga rana. En ningún caso es motivo para pitar a nadie, pero menos a uno de los mejores pelotaris de la historia como es Altuna III. No es la primera vez y sobra. «Mucho juego de luces y DJs y luego no podemos escuchar al campeón en el frontón», decía un pelotazale.

Del mundo de la pelota también llegó menos gente. Integrantes de Aspe y Baiko como Exposito, los hermanos Alberdi o Larrazabal, otros retirados como Kepa Peñagarikano, Jon Erasun o Mikel Beroiz, de Uharte, acompañado del aficionado Eneko Yoldi. Estos dos iban con su amigo Peio. No pudo ser. El remontista Juanenea ocupó su lugar en el rebote con toda la cuadrilla. Una final descafeinada se vive mejor con amigos. Pese al parón, no se vieron futbolistas como otras veces, pero sí leyendas como el portero zarauztarra José Ángel Iribar, quien charló amistosamente con el Cuco Ziganda y José Luis Mendilibar. A rueda se dejó ver el gran Marino Lejarreta y en la popa de la trainera Gorka Aranberri, patrón de Urdaibai. Otros clásicos que siempre salen en las fotos volvieron a posar sonrientes. A sus 64 años el aizkolari Joxe Mari Olasagasti sigue imponiendo, al igual que Xabier Zaldua, especialista del euskal pentatloia. Pocas bromas. No faltaron autoridades y políticos: Eider Mendoza, el alcalde Juan Mari Aburto y Andoni Ortuzar.

La fiesta, en cambio, fue «más familiar» de lo habitual en Amezketa. Se cenó en petit comité y no en sagardotegis o grandes comedores. El pueblo recibió al campeón con bengalas, cánticos y un pasillo de niños que sueñan ser como Altuna III. Este perdió en la grada y ahí sí que se impuso Peio Etxeberria, pero él continúa a lo suyo. Se abstrae sobre la cancha y realiza lo que mejor sabe; hacer disfrutar al aficionado, incluso a los que le pitan.

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• Campeonato del Cuatro y Medio (Pelota)