Jokin Altuna | Finalista del Cuatro y Medio
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Jokin Altuna | Finalista del Cuatro y Medio
«Tengo asumido que a mí no me piden estar en las finales, sino ganar»Jokin Altuna (Amezketa, 27 años) tiene dos preocupaciones deportivas antes de la final del Campeonato del Cuatro y Medio que le enfrentará a Peio Etxeberria el domingo 19 en el Bizkaia de Bilbao. Una, con nombre y apellidos: Peio Etxeberria Vitorini. La otra, ... con sustantivo y adjetivo: hombro izquierdo.
– ¿Qué tal el hombro?
– Dolorido. Cuando decidí jugar la semifinal ya sabía a lo que iba y era consciente de cómo tendría el hombro el lunes. Sigue cargado. Ayer, martes, estuve en el fisioterapeuta y volveré mañana.
– Incluso recibió tratamiento nada más acabar la semifinal.
– Oier Oregi no tenía prisa y me trató un poquito después de quitarme los tacos. Salí tarde del frontón. La espera se le hizo larga a mi hermana. El lunes, después de la comida, empecé a acusar todo: la tensión, el cansancio... No es por el golpe que me di contra la pared.
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– ¿Le han recomendado solo descanso o debe realizar ejercicios?
– Dedico una hora diaria a los ejercicios con las gomas y hago todo lo que me ordenan. El hombro suele estar duro por las mañanas y me ayuda a mejorar la circulación en esa zona.
– ¿En qué consiste el tratamiento de fisioterapea?
– ¡Qué no me hace Oier! Son sesiones de dos horas. Con las manos, con la máquina... El día de la consulta me envía por adelantado qué va a hacerme ese día. Confío plenamente en él.
– ¿Cómo afecta a su juego esta fisura en la zona de la clavícula?
– Cerca del frontis tampoco lo noto tanto porque la pelota trae poca fuerza. Cambia cuando viene lejos y me obliga a forzar el brazo. Ya en el partido contra Peña II fallé tres pelotas claras desde el cuatro en los primeros tantos. Me cuesta. A la hora de restar los saques estoy dejando pelota más adelante que otras veces. Es todo. No entrenarme, el miedo... Pero sé que la final está ahí y quiero quitarme de la cabeza lo del hombro para centrarme en el partido. Me gustaría completar dos sesiones buenas de frontón la semana que viene.
– ¿Ha superado el miedo a romperse?
– El único peligro para romperme es golpearme de nuevo contra la pared. Nadie ha roto esta articulación en un movimiento normal con el brazo.
– Y después de la final...
– Desconozco cómo estaré los días siguientes y no sé lo que me dirán los especialistas. Dicen que esta lesión necesita normalmente entre cuatro y seis semanas, pero prefiero no aventurarme. Tocará guardar reposo y atender a lo que digan los especialistas.
– El día de la elección declaró que tenía pendiente la visita al doctor Mikel Sánchez.
– Sé que anda muy ocupado. Antes estaba de viaje y ahora, con operaciones. Iré, sí, aunque todavía no tengo fecha.
– ¿Le hablan de infiltraciones?
– Sí, pero no es algo de lo que quiera abusar. Tengo 27 años y no creo que sea bueno. Las infiltraciones permiten seguir jugando sin entrenarte, pero entiendo que no me aporta nada positivo. Me queda una carrera larga por delante y también debo mirar por ello. Hablaré con los especialistas y haré lo que me digan.
– ¿Es el campeonato más complicado que ha disputado?
– En 2018 tuve una rotura en el bíceps. No hay ocho campeonatos iguales. Por eso es díficil llegar a ocho finales seguidas. Otros pelotaris también han sufrido problemas. Cuando estás bien, no te das cuenta. En realidad, es una gozada ir a entrenarte con normalidad y llegar con confianza al partido. Ha sido un campeonato difícil desde ese punto de vista. Pero estoy ahí y las excusas no sirven. Si hubiera perdido contra Jaka, no habría dicho nada del hombro. Y si pierdo la final, tampoco nadie me escuchará nada al respecto. Voy a por todas, a por la txapela.
– Tuvo dudas para jugar la semifinal. ¿En quiénes se apoya en esos momentos de incertidumbre? ¿A quién escucha?
– Todos quieren que juegues. La empresa, la familia, los amigos... Ven la txapela a dos partidos. 'Ya pararás luego, inténtalo'. En mis lesiones siempre he tenido mucha confianza en Oier Oregi, quien al principio veía muy negro llegar a tiempo. Ya el martes y el jueves de la semana pasada empezó a ser más optimista. Me dijo que no tocase la pelota hasta el viernes. También José María Urrutia, médico de Aspe, me ha ayudado mucho. Quienes saben son ellos.
– Coaching, psicólogo...
– Se trata de tirar adelante con lo que tienes. No soy el primer pelotari que vive esta situación o una similar. Todos tenemos en nuestro interior un loco que nos habla en negativo. Lo pasé mal al inicio y me desanimaba. Cuando empiezas a ver la luz, cambias de opinión. Lo único que puedes hacer es poner todo de tu parte en la recuperación.
– Peio Etxeberria, su rival en la final, le ha ganado dentro del cuatro y medio en tres ocasiones, en Bergara, en Mungia y en el Atano III.
– Y además bien. Es un contrario incómodo para mí y para todos los pelotaris. No te deja jugar. Despliega siempre un estilo agresivo. Cuando se precipita, posee recursos para devolver a buena pelotas complicadas... Ha sido el mejor restador de saques del Campeonato con diferencia. Ya venía jugando bien desde el verano y llegaba con ganas. Me motiva jugar contra un oponente supercomplicado.
– Rival nuevo en la final.
– He jugado contra un Urrutikoetxea en su mejor momento, contra Oinatz, contra Aimar en semifinales, contra Joseba, contra Erik cuando ha estado muy bien. Peio no es un pelotari desconocido. Es quien mejor campeonato ha completado. Me preocupa este enfrentamiento, pero seguro que también le preocupa a él.
– Es fuerte físicamente, como Ezkurdia.
– Sí, pero son diferentes. Peio es capaz de jugar a un ritmo muy alto y a su vez resistente. Rápido de piernas, posee fondo. Me parece supercompleto. Tienes que estar bien para jugar acelerado todos los tantos. La primera parte de la semifinal del Ogueta resultó muy dura y él apuesta por eso. Coincidimos en muchos entrenamientos y sé que ve muchos partidos. Pregunta y le gusta aprender de otros.
– Las alegrías son las mismas con 20 que con 27 años.
– Me identifiqué con Peio Etxeberria el sábado. La primera vez que alcancé la final todo era nuevo para mí. La ilusión es distinta. El domingo cené con mi primo y me preguntó si me acordaba del ambiente que hubo en Amezketa la noche que llegué a mi primera final. Ahora, cierran los bares a las once y no hay nadie en la calle. Y la gente también trabajaba entonces el lunes...
– Explotó en el centro de la cancha del Astelena.
– Cuando andas con problemas lo ves difícil. Si del 15-8 me hubiera ido al 22 no habría tenido esa adrenalina en mi interior. Si lo pasas tan mal, sueltas todo. Sucede en el momento. En realidad, soy un chico tranquilo. Aparte de eso, Eibar es un frontón caliente donde la gente me anima mucho y siento su cercanía. Había numerosos amezketarras. Te sale, y ya está. Son diez segundos. Al undécimo ya te pones a pensar en el siguiente partido.
– ¿Nota que los rivales le tienen ganas?
– Sí, claro. También noto que hay pelotaris que juegan más tranquilos contra mí, por ejemplo Ezkurdia. Me ha pasado a mí. Enfrentarme a Aimar era un caramelo. Y con eso no digo que yo sea ahora como Olaizola II en aquella época. Entra gente nueva en las finales. Elordi, Peio... A mí no se me exige estar en las finales, sino ganar. Lo tengo asumido. Si no gano, se me critica más que a otros.
– Presenta grandes números.
– Los números no ganan finales.
– Logra evadirse de la pelota.
– Sí, aunque me cuesta. Cuando me retire seguiré viendo pelota. Me encanta. Si voy a cenar con los amigos el viernes, mi plan ideal es con televisión para no perderme el partido de la noche. Y si salimos el sábado, intento quedar hacia la hora que acaba la emisión de pelota. Soy consciente de que me va a resultar imposible no ver todos los partidos del Campeonato de Parejas.
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