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Peio Etxeberria (Zenotz, 26 años) afina la puesta a punto y descuenta los días para la final del Campeonato del Cuatro y Medio ... que le enfrentará a Unai Laso el domingo 24 en el Bizkaia de Bilbao. Confía en que la experiencia de la del año pasado le sirva en esta ocasión.
– Segunda final seguida en el Campeonato del Cuatro y Medio.
– Algo ilusionante y bonito para mí. Viví la primera con ansiedad. Todo era nuevo y creo que me vino grande. Entre estas dos finales he jugado otra del Parejas en la que me acompañó Zabaleta, un tío con experiencia. Nunca hubiera pensado que iba a disputar dos finales seguidas, ni dar el nivel que estoy dando.
– ¿Tan grande le vino la primera final?
– En ese momento no lo sientes así, te das cuenta luego. Recuerdo el calentamiento y la salida a la cancha. Creía que me sentía muy, muy bien, pero en realidad, estaba sobreexcitado, fuera de la realidad, y Altuna me dio una tunda increíble. Por mérito suyo y porque yo ni me acerqué a lo que soy.
– Los días previos, sin embargo, transmitía normalidad...
– Los viví sin ninguna tensión, pero llegó el día del partido y...
– ¿Lo más difícil de una final?
– Todo lo que le rodea. No estamos acostumbrados a jugar ante tanta gente y los quince días anteriores son distintos a los de tu rutina. Vayas al sitio que vayas, te hablan de la final y eres el centro de atención.
– ¿Llega arriba para quedarse?
– No doy vueltas al quedarme o no quedarme. Es mucho más importante el día a día. Mira, parecía que Altuna iba a jugar todas las finales del Cuatro y Medio, llega un contrincante que en un momento dado lo hace mejor que tú, lo cual no significa que sea mejor que tú, y te gana. Eres un Jokin Altuna que lleva ocho años de primer espada o si no lo haces bien se olvidan de ti. Hay que ser realista. Con el tiempo te das cuenta de que importa el trabajo diario, no obsesionarte. Esto va y viene, así es la vida. Mi sitio es pelear día a día y mi mayor contrario soy yo.
– Ha superado situaciones complicadas como quedarse fuera del último Manomanista.
– Las he gestionado bien porque siempre he tenido un objetivo claro: luchar. En la vida y en el deporte. Hay decisiones que no están en tu mano.
– ¿Se sintió menos valorado cpor Aspe cuando la empresa le dejó sin plaza en el Manomanista después de ganar el Parejas?
– En ese momento supone una decepción grande. Después hemos mantenido nuestras reuniones, nuestras conversaciones. Han sido gratificantes. Lo solucionamos cuando tocaba y no tengo nada que decir ante eso.
– Su 2024 es difícil de mejorar.
– Está siendo un año bonito. Recuerdo que también lo fue 2023. Aquel verano jugué todos los teloneros con buenos resultados y le di importancia. Llegué bien al Cuatro y Medio del año pasado, mi primera final. Gané el Parejas con un buen Zabaleta. El Masters fue bueno aunque caímos en semifinales. Con un gran Jon, ahora mismo el mejor pelotari de su empresa. Esa es la realidad y he sido consciente de quiénes han sido mis compañeros. Vencer en el Torneo San Mateo con Rezusta me ayudó para llegar con buen sabor de boca a este Cuatro y Medio.
– ¿Considera que posee un estilo propio dentro de la jaula? ¿Se ve distinto a los demás?
– No. Soy Peio, Peio Etxeberria. Tengo mis temas como lo de la respiración, pero no me veo diferente. Saco y resto como los demás. Quizá una de mis características sea meter ritmo.
– Me refería a eso. Parece que en sus partidos disminuye el tiempo entre pelotazo y pelotazo.
– En el duelo entre Laso y Altuna parecía que Unai manejaba el ritmo. Es verdad que al compartir tanto tiempo con Ezkurdia algo se te pega. Igual Joseba lo ha heredado de Irujo.
– ¿A qué responde su ritual entre tanto y tanto?
– Son muchas horas invisibles de trabajo. Necesito ese tiempo para ir atrás porque busco estar cien por cien concentrado. Empecé cuando me sometí a una terapia, hace de ello diez años. No voy a cambiar. Eso lo tengo claro.
– También se tomó su tiempo entre tanto y tanto la noche que cometió cuatro faltas de saque en un partido ante Ezkurdia en junio. El método no es infalible.
– Quien juega es la persona, no el método. Aquel día perdí yo y el de este Campeonato del Cuatro y Medio también soy yo.
– En algún partido se le ha visto prudente con el saque...
– Aquel partido contra Ezkurdia en Zumarraga me causó un trauma que me está costando superar. Saco desde los tres años y llegar a creer que se te ha olvidado sacar. En algunos partidos he tenido pánico a la falta de saque y a la pasa. Eso se supera a base de plantarle cara. Estamos en ello.
– En la semifinal contra Jaka el juez le señaló un descanso sin pedirlo. ¿Se dio cuenta?
– Sí fui muy consciente de ello. No le di ninguna vuelta. Hizo su trabajo, él sabrá si bien o mal. Como si me hubiera señalado 300 descansos... Yo, adelante.
– En la final se cruzan dos verdaderos 'peleas'.
– Sí, es verdad. Si hago bien mi trabajo, será un partido durísimo porque estoy seguro de que Laso sí lo va a hacer.
– ¿Le beneficia una final dura?
– Lo que me beneficia es el cartón 22. Digo lo de duro porque si lucho cada tanto tendré mis opciones de victoria.
– Ganó a Laso en la liguilla.
– No me sirve de referencia. Hay cinco semanas de diferencia entre aquel partido y la final. Quizá Unai no tuvo su mejor día en el Labrit, pero en la final será el mejor Unai, eso lo tengo claro. Vendrá con todo y alto de moral.
– ¿Qué tiene Unai Laso?
– Es muy tirado para adelante, gallo. Le caracteriza eso. También sabe lo que es vivir circunstancias muy malas. Cuando salió de la empresa tuvo claro que quería seguir. Otro igual habría tirado la toalla. Y está en la final por ese carácter, por su amor propio.
– Distintas personalidades.
– Soy más prudente. Me gusta mucho la prudencia.
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