
Unai Laso | Campeón del Cuatro y Medio
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Unai Laso | Campeón del Cuatro y Medio
«Debería llorar más; en la final lo solté y estoy contento»Solo un puñado de horas después de ganar su primera txapela del Cuatro y Medio, Unai Laso recibe en el frontón de López ... de Pamplona, en el barrio de Iturrama. Un frontón donde ha jugado mucho con los amigos y poco de blanco. Donde se lo ha pasado bien. Territorio sentimental junto a su casa familiar. Y también elige el lugar por un motivo práctico: su padre se llevó la txapela tras la final y tenía que ir a recogerla. El delantero de Bizkarreta realiza una comparecencia colectiva. Hoy vuelve a la primera línea, en la presentación del Campeonato de Parejas que tendrá lugar en el Navarra Arena. El ritmo de la pelota profesional no da tregua.
– ¿Cómo está un día después de ganar la final?
– La verdad es que ahora estoy contento, pero el domingo sufrí durante todo el día. Estoy muy contento, aún medio emocionado con todo lo que pasó en la final. La verdad es que estoy bien.
– ¿Una final como esta es un ejemplo de cómo dar un punto más física y mentalmente?
– Sí. Durante todo el partido no disfruté nada. Creo que no estuve en la cancha en muchos momentos, pero seguí. De juego sabía que estaba muy bien porque me he sentido bien durante todo el campeonato, pero mentalmente me vinieron un poco los fantasmas, los malos pensamientos. Jon (Mariezkurrena, su botillero) hizo un gran trabajo. Creo que confiaba en mí más que yo mismo en muchos momentos del partido, y la verdad es que entre todos hemos ganado esta txapela.
– ¿Ha sido de los partidos más duros mentalmente que ha jugado?
– Sí, por todo. Es una final, empiezas perdiendo, como me ha pasado otras veces, y darle la vuelta a eso... También quiero darle las gracias a la psicóloga con la que estoy. Al final, es un trabajo que llevamos haciendo todos los días, pero en los momentos puntuales hay que sacarlo porque es entonces o nunca. La verdad es que al final todo ha salido bien y estoy contento.
– ¿La cosa se le puso muy cuesta arriba cuando Peio Etxeberria empezó la final por delante?
– Sí, Peio jugó muy bien. Me sentía incómodo todo el partido. Estaba dando muchísimo a la pelota. Con la izquierda me metió a la contracancha muchísimas veces y en el cuatro y medio eso es muy importante. Hizo un gran partido. Ya dije que él también se merecía esta txapela como yo, pero tiene que ganar uno.
– ¿Qué supone haber conquistado esta txapela?
– Nada, bueno, nada no (risas). Ha sido increíble y hay que disfrutar el momento. Ahora toca la presentación del Parejas (hoy por la mañana en Pamplona) y volver a la vida normal. Esto es así. El domingo fue todo como un sueño, pero hay que volver. Ahora estamos aquí y ya está. Entrenaremos otra vez, como todos los días, e iremos a la presentación. No nos podemos quejar. Somos unos privilegiados. Este es mi trabajo y me gusta mucho.
– ¿Al término del partido se fue a la parte de atrás del frontón Bizkaia y lloró?
– Sí, sí. Me emocioné mucho al final. Fue una gran victoria y, como es normal, me emocioné. Me vino a la cabeza toda la gente que ha estado en los malos momentos sobre todo. Y, bueno, hay que llorar. Pocas veces lo hago; debería llorar más. Es algo que me cuesta siempre y en la final lo solté y estoy contento. Terminó el partido di un montón de abrazos. Al final, soy muy sentimental y me gusta agradecer a todo el mundo. Tengo que agradecer a todos. En el descanso del tanto 12 entré al vestuario y todos me decían 'venga, que puedes'. Y al final lo conseguí.
– ¿Fue un momento clave?
– Tenía que creer que podía ganar, porque me estaban viniendo muchos pensamientos malos. Con el 10-14 conseguí el tanto 11. Grité y me solté. A partir de ese momento jugué con más confianza. Peio hizo algún fallo y me dije que él también estaba incómodo. Estábamos jugando tantos muy duros y los dos estábamos muy cansados.
– ¿La txapela es la confirmación de su regreso a lo más alto después de la lesión?
– Sí, es el trabajo. He recuperado bien. Siempre tenemos molestias, pequeñas lesiones que no se dicen nunca, pero sí, sí. Al final, a los 40 o 50 años no sé cómo estaremos, pero cascados seguro.
– ¿De qué está más orgulloso de la final?
– De todo en general, no sé. De poder darle la vuelta a una sensación muy mala que tenía en la cabeza. Sobre todo, de eso, de haber pasado momentos malos durante el partido y haber sabido darle la vuelta. De demostrar que aunque la cosa se ponga negra puedes cambiar el juego como sea e intentar ganar de alguna otra forma.
– Tras el Manomanista y el Cuatro y Medio, ahora, ¿a por la txapela del Parejas, la única que le falta?
– Bueno, ya veremos. Yo que sé. Ganar el Parejas es siempre muy complicado. Ya hemos jugado dos finales, lo que es mucho, pero espero llegar a más.
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