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La primera semifinal devuelve parte del orden establecido a un Campeonato del Cuatro y Medio fértil en resultados sorprendentes, así como en derrotas y ... apuros de los favoritos. Uno de los tres pelotaris escritos con mayúsculas el día de la presentación, Joseba Ezkurdia, estará el domingo 20 en la final del Bizkaia de Bilbao. Veremos si su rival es otro de los de siempre, Jokin Altuna, o uno de los nueve inconformistas, Aitor Elordi.
Ezkurdia defiende como pocos. Su capacidad para llegar a pelotas imposibles y devolverlas al frontis ha quedado patente de nuevo en el Labrit, entregado al esfuerzo de los protagonistas y donde superó 22-14 a un Peio Etxeberria a buen nivel pero al que en los momentos de la verdad le ha faltado ese plus imprescindible para asaltar a los grandes. Las semifinales, las finales y los partidos al todo o nada requieren un carácter competitivo superior al de las liguillas.
Sacó fuerte y con dirección el de Arbizu. Dirigió de maravilla la pelota de zurda a bote desde abajo en varias ocasiones. Empleó la dos paredes de volea para acabar el tanto o por lo menos desplazar al contrario. Hace falta acertar en ataque para ganar partidos de semejante envergadura.
Ezkurdia
22
-
14
Peio Etxeberria
Tiempo de juego: 54 minutos y 46 segundos.
Pelotazos a buena: 247.
Tantos de saque: Ezkurdia, 6. Etxeberria, 3.
Faltas de saque: Ezkurdia, 1. Etxeberria, 1.
Pasas del cuatro y medio: Ezkurdia, 0. Etxeberria, 0.
Tantos en juego: Ezkurdia, 11. Etxeberria, 7.
Tantos perdidos: Ezkurdia, 3. Etxeberria, 4.
Marcador: 4-0, 4-2, 5-2, 5-3, 8-3, 8-4, 11-4, 11-10, 16-10, 16-11, 17-11, 17-13, 19-13, 19-14 y 22-14.
Tantos de diez o más pelotazos: 10 (seis para Ezkurdia y cuatro para Peio Etxeberria).
Momios de salida: 100 a 60 a favor de Ezkurdia. 40 a 100 por abajo.
Botilleros: Mattin Ezkurdia ocupó la silla de su hermano Joseba y el manista Andoni Gaskue se sentó en la de Peio Etxeberria.
Incidencias: lleno en el Labrit de Pamplona por segundo sábado consecutivo. Un millar de espectadores.
Sin embargo, enfrentarte a un pelotari valiente con potencia para contrarrestar tu poder y atrevimiento suficiente para moverte de un lado a otro exige una capacidad defensiva que Ezkurdia lleva a un extremo fuera de lo común. Zancadas amplias le permiten llegar a las tablas de contracancha. Frena para no irse demasiado lejos, cambiar de dirección y correr a por la pelota al txoko o al cuatro. Nueva parada y vuelta a empezar. Así varias veces. Forzó a Peio Etxeberria a seguir en tensión, a buscar otra jugada. «Me obligaba a darle otra más y me ha costado decidir», reconoció el de Zenotz.
No solo eso. También encontró Ezkurdia la manera de frenar el saque de Peio Etxeberria, autor de un total de cinco tantos directos de saque con el primer disparo y nueve de saque-remate en los partidos de la liguilla frente a Darío y Altuna III. Esta vez tuvo que conformarse con tres y uno, respectivamente, bagaje corto para sus aspiraciones de alcanzar la final.
Adelantarse 4-0 da tranquilidad. También a pelotaris experimentados como Ezkurdia. Y eso que el saque y el dominio del primer tanto correspondieron a Peio Etxeberria, quien vio con pesar cómo su gancho botaba en la contracancha. El de Zenotz no tomó la delantera en el electrónico en ningún instante.
Se repuso de un inquietante 11-4 para aproximarse a un tanto, 11-10. Sin embargo, su siguiente remate, una dos paredes de zurda que pudo significar el 11-11, se le marchó fuera por centímetros, por menos de lo que falló el gancho del tanto inicial.
Fueron los mejores momentos de Peio Etxeberria dentro de una actuación positiva en líneas generales, esperanzadora para el futuro y confirmación también de que necesita dar otro paso para instalarse entre los aspirantes a los grandes títulos individuales, sobre todo dentro del cuatro y medio, su distancia mientras no se demuestre lo contrario.
El 12-10 dio paso a otro estirón en el marcador obra de Ezkurdia, capaz de defender con uñas y dientes el 13-10 antes de firmarlo con una dejada de zurda al txoko. Unos minutos después llegaron dos tantos de saque, el cuarto y el quinto de su serie. El 16-10 le permitió maniobrar con mayor tranquilidad, aunque sin bajar la guardia, con la misma tensión.
Joseba Ezkurdia
No le descentró la falta de saque del 17-12, preludio de un cambio de estrategia de Peio Etxeberria con el saque. Empezó a ejecutarlo desde la pared izquierda. Lo hizo dos veces y a la segunda cometió uno de esos errores que se pagan caro: dejó pasar la pelota al creer que el resto de Ezkurdia iba a botar en la contracancha y entró dentro. Exceso de vista.
Tres años después de su segundo título, cosechado en 2019 en el Navarra Arena tras retener el conseguido un año antes en el mismo frontón, Ezkurdia vuelve a la final del Campeonato del Cuatro y Medio. Lo hace a los 31 años, en plena madurez, en un momento álgido de su carrera deportiva. También es la sexta final del delantero de Arbizu en las tres grandes competiciones oficiales de la mano. Ha disputado dos del Campeonato de Parejas, ambas con éxito, y una del Manomanista, la perdida contra Laso el 29 de mayo, hace poco más de cinco meses.
Peio Etxeberria
Ha reaccionado de manera inmejorable a aquel doloroso 22-7. Ni siquiera caer ante Elordi en la primera jornada de la liguilla le descentró. El joven impulsivo que desperdiciaba ventajas claras en duelos de alto voltaje ha adquirido poso y ya no deja entrar a cualquiera en terrenos de su propiedad. Por muy amigo que sea Peio Etxeberria, le exigió el DNI, el pasaporte, el permiso de conducir... Le faltaban unos papeles. Ezkurdia defiende su territorio.
Jokin Altuna, tres veces campeón de la distancia y defensor de la txapela, se enfrenta a Aitor Elordi, el pelotari en mejor forma del Campeonato del Cuatro y Medio, esta tarde en el Bizkaia de Bilbao (ETB1, 17.00 horas). Uno y otro están sobre aviso. El amezketarra sabe que su rival viene de ganar a Laso y Ezkurdia. El de Mallabia no se fía de un especialista curtido ya en compromisos de esta envergadura.
«Los dos tenemos mucho que ganar, está en juego una final», apunta Altuna III. «Sería la primera para Aitor y la séptima para mí, pero no por eso me hace menos ilusión. Cada vez valoro más lo que estoy haciendo y eso me da mucha fuerza».
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