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Joseba Ezkurdia regresa a la final del Cuatro y Medio navarro seis años después. Lo hace tras superar el viernes en un partido duro e intenso, además de fallón. El navarro ganó a su amigo Peio Etxeberria sin cuajar un buen partido. «No fue un buen partido porque los dos fallamos mucho». Al de Arbizu le costó conciliar el sueño. «Estoy muy cansado, terminamos los dos muertos porque la paliza fue importante. No he podido dormir bien entre la fatiga y la tensión», lamentaba Ezkurdia, que al menos entiende que «llegaré con chispa a la final, tengo días de descanso».
Ezkurdia tuvo dos grandes ventajas, primero 9-3 y luego 15-11, aunque el amor propio de Peio Etxeberria le obligó a remontar. «Al principio, cuando iba ganando, no tenía buenas sensaciones. Iba por delante gracias a los fallos de Peio. En el 15-16 hice una dos paredes que me salvó. Le vi adelantarse, toqué pared y me salió bien. Pude hacer el tanto y fue clave porque no perdí el saque».
Ezkurdia es uno de los pelotaris que mejor se coloca en el centro de la cancha, algo que no hizo la noche del viernes en Sopela. Su nivel de juego baja sobremanera si ocurre. «Desde el principio no tuve buenas sensaciones, sobre todo porque no me iban las piernas. Me colocaba más tarde, entraba a destiempo y no hacía daño. Al menos estoy con confianza».
joseba ezkurdia
Delantero de Aspe
Tras ese 16-16 fue un coser y cantar, toda vez que Etxeberria terminó exhausto y cedió demasiada pelota. «No perdí el saque más y gracias. Peio me hacía mucho daño y pasaba a dominar cada tanto. Yo estaba a obligado a defender y dar siempre un pelotazo más. A partir de ahí, traté de jugarle largo y al txoko, también a los pies, y ahí estuvo más incómodo», desgrana Ezkurdia.
El navarro luchará 'en casa' por una txapela que no tiene. Su rival lo conocerá esta tarde. «Lo veré por televisión», confiesa, aunque le es indiferente con quién verse las caras el jueves al mediodía en el Labrit. «¿Qué si prefiero a Peña II? No sabría qué decirte, Jon Ander está jugando un montón, es muy peligroso y eléctrico. Me da igual contra quién jugar, aunque si gana Laso tendré la oportunidad de tomarme revancha tras la final Manomanista, donde no estuve a mi nivel. Espero responder para ganar», desea con ganas.
El verano siempre trae consigo muchos festivales, partidos, y a veces lesiones, algo «a evitar, sin duda». Pese a ello, Ezkurdia encara la segunda mitad de la temporada con la conciencia bien tranquila, aunque consciente de que «aquí hay que ganar».
Resume sus primeros meses. «Estoy satisfecho con lo hecho hasta ahora, creo que estoy haciendo un buen año. En el Parejas fui de menos a más y en el Manomanista llegué a la final, pero no todos los días se juegan esos partidos. Ahora, otra final en otra modalidad diferente, hay que ser regular y competitivo. Me quedo con eso». Sabe que el verano es duro. Final en San Fermín, el Parejas y luego el Masters. «Es lo que todos queremos».
Joseba Ezkurdia vuelve al Labrit para tratar de llevarse una txapela que no tiene. Ha tenido dos oportunidades, ambas ya lejanas en el tiempo, y en ambas fue derrotado. La primera data de 2014, cuando un joven Ezkurdia, de 23 años, sucumbió ante la veteranía de Aimar Olaizola (22-11). Sufrió el de Goizueta, que pasó del 12-11 al 22-11. Indescifrable fue la de 2016. Tenía la victoria en sus manos ante Urrutikoetxea tras colocarse 5-15, pero el vizcaíno le remontó también un 15-19 y un 20-21. «Fue más dolorosa, tenía la final en la mano, iba ganando fácil y la perdí. Esa derrota me hizo mucho daño y tengo una espinita clavada», rememora.
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