![Jokin Altuna: cinco finales, dos txapelas y cinco historias](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202111/12/media/cortadas/cuatro-medio-U1301010092540G1B--1968x1216@Diario%20Vasco-DiarioVasco.jpg)
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Jokin Altuna descuenta las horas para su sexta final consecutiva en el Campeonato del Cuatro y Medio, marca que por sí sola le otorga la condición de número uno actual de la distancia. Nadie antes había enlazado tantas, ni siquiera las cinco que encadenó ya con la del año pasado. Aunque estos números invitan a mirar atrás al protagonista, el delantero amezketarra huye de condescendencias. No quiere caer en la desatención: «Mi objetivo no es romper récords, sino ser cada día mejor pelotari», afirma convencido.
«Nadie se acostumbra a jugar finales», añade. «En la primera que disputé estaba nervioso, pero hice un buen partido. A veces te sueltas a medida que avanza el encuentro. Ojalá sirva mi experiencia en las finales y pueda vencer, pero creo que si gano a Laso no será por esa razón».
Niega que su mayor número de finales –seis del Cuatro y Medio más tres del Manomanista– aumente el grado de responsabilidad. «Cada uno tiene la presión que se pone a sí mismo. Tampoco creo que Unai me supere en ilusión porque puede ganar su primera txapela y la mía sería la quinta».
Ekaitz Saralegi, botillero de Altuna III hasta que las empresas decidieron eliminar esa figura –recuperada posteriormente a petición de los propios pelotaris–, ha tenido la fortuna de vivir las cinco finales anteriores cerca de su pupilo, bien desde la silla o desde la grada. El antiguo delantero de Asegarce guarda recuerdos y detalles de aquellos partidos especiales.
«En la primera, la de 2016, tenía 20 años, era muy joven aún y se enfrentó en el Ogueta de Vitoria a un Bengoetxea VI que atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera», apunta Saralegi. «Jokin cuajó una buena actuación. Con 21 iguales, Oinatz ejecutó en el txoko una de esas jugadas de zurda con efecto que tan bien domina. Llegó Altuna pero no pudo levantarla».
Un año después, en 2017, otro 21 iguales para poner a mil los corazones de los seguidores del amezketarra. «Jugó contra Urrutikoetxea en el Bizkaia de Bilbao, una final dura, aquella en la que un pelotazo de Jokin tocó en la espalda de Mikel, fue a buena, siguió el tanto y cayó del lado de Jokin. Ya con 21-21, Altuna llevó a buena un pelotazo muy complicado y el último se le escapó fuera a Urrutikoetxea».
Tres semanas después Saralegi cumplió la promesa de ir a pie desde Bilbao a Amezketa. «Creía que lo hice cuando Jokin ganó la txapela manomanista a Aimar Olaizola». No, fue unos meses antes, Empleó dos días en completar el recorrido.
Peor les rodaron las cosas en la final del Cuatro y Medio de 2018, la primera de las dos en las que se enfrentó a Ezkurdia. «Esa se disputó ya sin botilleros, pero estuve en el frontón. Me acuerdo del 15-14, un tanto exigente en el que Jokin volvió a tomar la delantera en el electrónico después de ir por detrás un buen rato. A continuación Ezkurdia se marchó casi directo al 22».
Un año más tarde, repetición de protagonistas, de escenario y casi de resultado. Volvió a ganar Ezkurdia, esta vez 22-16. Altuna sumó un tanto menos que doce meses antes. «Quizá llegó mejor de forma, pero aquel frontón no le ayuda. Ya durante un entrenamiento al que acudí junto a Jokin, comprobé que la pelota hacía extraños al salir de la pared izquierda. Como Joseba le da mucha velocidad, la tarea defensiva se complica».
Saralegi otorga un valor especial a la victoria cosechada por Altuna III en la edición precedente, la de 2020, tras batir 22-9 a Jaka en el Bizkaia. «Fuimos juntos en el coche a Bilbao. Era la época en la que solo podían llevar un acompañante debido a la pandemia. Jokin llegaba a los pocos días del disgusto que supuso perder la final manomanista contra el propio Erik. Le doy un mérito enorme a esa txapela».
Cinco finales, dos txapelas y cinco historias. Pero conviene no dejar de lado que las finales son cuestión de dos. El propio Jokin Altuna lo explica de maravilla: «En unas finales logras dar tu mejor nivel y en otras, no. Pero el contrario también tiene mucho que decir. En las dos contra Ezkurdia no lo conseguí porque él fue superior. En las otras, sin embargo, me encontré mejor».
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